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Para todos aquellos que quisieran experimentar, literalmente, una "aventura de otro mundo" al ser los primeros seres humanos en habitar otro lugar del universo que no sea la Tierra, les tenemos dos noticias: una buena y una mala.
La primera es que se dice que pronto se podrá mandar una nave tripulada a Marte con la intención de poblar el llamado "planeta rojo", la segunda es que no se podrá regresar...
Esto viene a colación, pues hace poco el científico norteamericano Stephen Hawking declaró que la supervivencia de la raza humana depende del diseño de estrategias de "colonización" de otros planetas.
El plan inicial de la NASA consiste en enviar dos naves, con una pareja de tripulantes cada una, quienes llevarían todo lo necesario para la superviviencia en ese inhóspito ambiente por el resto de sus días.
Los candidatos a tripulantes, que según la Agencia Espacial norteamericana abundan aunque Usted no lo crea, requieren conocimientos científicos, de hecho uno de ellos debe de ser físico. También necesitan estar "entraditos en años" (haber pasado la edad reproductiva) de tal manera que su esperanza de vida sea de unos veinte años... ¿Reúne Usted los requisitos? ¿Se anima a hacer el viaje de su vida?
A continuación le presentamos algunos pros y contras para que Usted decida realizar o no esa "aventura de otro mundo".
Por algunas de sus características no tan diferentes a las terrestres, el "planeta rojo" es donde hay mayores posibilidades de sobrevivencia de vida humana, obviamente después de la Tierra.
Los días en ambos planetas son similares, pues los días marcianos sólo duran 39 minutos y 35.244 segundos más que los terrestres.
Las estaciones también se parecen en ambos, aunque las marcianas duran unos dos años (terrestres) aproximadamente.
Otras ventajas marcianas son que cuenta con atmósfera, aunque mucho más delgada que la nuestra, y que su suelo contendría agua según recientes estudios. Esto significa que en Marte habría cantidades significativas de todos los elementos necesarios para la vida.
Desafortunadamente, por su lejanía al Sol que le hace recibir sólo la mitad de los rayos solares que recibimos los terrícolas, la temperatura en Marte es mucho más baja que en prácticamente cualquier lugar sobre la faz de la Tierra: entre 63 y 104 grados centígrados bajo cero.
Además su órbita es más "excéntrica", lo que propiciaría mayores cambios climáticos.
La baja presión atmosférica es otro tema a considerar. Obligaría a los primeros pobladores a usar equipos específicos para elevarla.
La gravedad marciana por su parte —equivalente a una tercera parte la terrestre— afecta a la masa muscular y produce descalcificación ósea, por lo que también requeriría especial atención.