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La diputada Lizbeth Medina Rodríguez, dio digno cerrojazo al periodo de sesiones del congreso estatal, dando por tercera vez la espalda a sus compañeros de la bancada blanquiazul, votando junto con los priistas a favor del exhorto que pretende amordazar a la ciudadanía y a todos los críticos al sistema, emulando a Antonio Hadad Manzur, cuyo mal ejemplo se sentía presente en el aire.
Lizbeth Medina hizo rondar entre los panistas el fantasma de la traición
Fue una sesión en la que el congreso estatal se tornó en constituyente para dar paso a la aprobación de reformas a la constitución estatal, planteadas por el congreso de la unión, en lo concerniente a la práctica deportiva y la activación física y en lo referente a incorporar modificaciones en materia de derechos humanos, término que sustituye en el título del capítulo primero de nuestra carta magna al concepto manejado anteriormente, de garantías individuales.
Entre a los asistentes a la sesión, estuvo el presidente de la comisión estatal de derechos humanos, Jorge Victoria Maldonado, cuya presencia fue repetidamente saludada por los integrantes de las diferentes bancadas.
A nuestra legislación se incorporó el concepto pro persona, que propicia que ya no se hable de individuos sino de personas. Las reformas indican que el estado debe procurar la protección de los derechos humanos e incorporar este concepto al sistema educativo, se establece el asilo político como un derecho para aquellas personas perseguidas por sus ideas en sus países de origen. Asimismo, establece que el sistema penitenciario debe basarse en el respeto a los derechos humanos y que en caso de perturbación grave de la paz pública, no podrán suspenderse el derecho a no ser discriminado, a la libertad de pensamiento, de profesar cualquier creencia, a la protección de la familia, al nombre y establece que las autoridades que no sigan las recomendaciones que reciban, deban explicar la razón de su proceder y sus titulares pudieran ser citados a comparecer ante el senado para explicar su conducta.
El diputado Renán Barrera pidió el voto a favor de estas reformas, que explicó implicaban conceptos que manejaba la doctrina del Partido de Acción Nacional y que ahora figurarían en nuestra legislación, como el que se refiere a la dignidad de la persona, destacando que el estado no otorga los derechos, sino únicamente los reconoce.
Jorge Victoria Maldonado, presente en el congreso
Posteriormente llegó el momento de proceder a la aprobación del exhorto a no ofender a nadie, especialmente a las mujeres, tendiente a proteger a la gobernadora de la crítica opositora, motivado por las declaraciones del sociólogo Luis Ramírez Carrillo a un rotativo local. La diputada Magaly Cruz tildó el exhorto de innecesario y absurdo, considerando que solo pretendía acallar las críticas de los inconformes con la actuación del ejecutivo.
El diputado del PRD Edilberto Rodríguez, manifestó que no votarían a favor del exhorto, pues habían cosas más importantes que aun permanecían en la congeladora.
Acto seguido, la diputada Lizbeth Medina, tomó la tribuna para intentar justificar su voto en contra de la bancada blanquiazul, protestando ser panista, pero recalcando que por su carácter de presidenta de la comisión de equidad de género y por su condición de mujer, votaría a favor del exhorto, junto con el PRI. Era indudable que esta vez no se equivocó. La traición se había consumado.
Llegado el punto de los asuntos generales, la diputada Magaly Cruz hizo un balance de la actuación de los diputados panistas en el presente periodo de sesiones, solicitando que se agilizara el proceso legislativo en lo concerniente al desahogo de las iniciativas, destacando que la presente no era una legislatura de avanzada.
Mauricio Sahuí le ripostó que no era así, toda vez que a pesar de tener mayoría, los priistas habían buscado siempre el diálogo con las otras fuerzas políticas y resaltando que han aprobado leyes valiosas no solo por su número, sino por su contenido, por lo que a su juicio, si eran un congreso de avanzada.
Acto seguido, se procedió a la clausura del periodo de sesiones con la firma del acta respectiva.