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Nadie sabe cuando pasará, pero de lo que sí están seguros los vecinos del área es que tarde o temprano el edificio de la calle 47 entre 60 y 62 del Centro se derrumbará, ya sea en parte o totalmente, hecho por el cual peatones y automovilistas corren peligro.
La fachada, débil por el paso del tiempo y la falta de mantenimiento, se cae poco a poco todos los días.
Son los empleados de Aseo Municipal los encargados de retirar las piedras o pedazos del edificio que parecen advertir que el edificio podría colapsarse en cualquier momento, ya sea con una fuerte lluvia o viento o incluso con algún accidente, si algún vehículo chocara con la fachada.
Por dentro, las paredes están rotas al igual que los techos en los que crecen algunos arbustos y la pequeña escalera, situada cerca de la entrada, muestra también el detorioro en el que se encuentra el segundo nivel del edificio.
Este edificio, que algunos de los más antiguos vecinos del rumbo recuerdan como el colegio "Cristóbal Colón", una escuela a cargo de religiosas, es desde hace más de 15 años un peligro latente, ya que su estructura está totalmente afectada por el abandono en el que se encuentra el predio.
Varios de los entrevistados comentaron que hace aproximadamente unos cuatro años una parte del edificio se derrumbó hacia adentro de la propiedad lo que motivó la presencia del Ayuntamiento de Mérida.
Sin estar conscientes del peligro que representa la construcción abandonada, esta pareja camina tranquilamente.
Rafael Sulú Kú, empleado de la sastrería "Huchim", que se encuentra frente al predio abandonado, comentó que en esa ocasión pensaron que se trataba de un incendio por el humo que se veía, pero finalmente resulto el polvo que se levantó al colapsar una parte de la casa.
—Ese día vino el Ayuntamiento, entró para ver los daños y luego acordonó la casa, pero eso fue todo lo que hizo. Y como ve, la casa sigue siendo un peligro para todo el que pasa.
Agregó que una parte del predio —un pequeño local ubicado a un costado de la construcción antigua— tampoco se ha ocupado en los últimos diez años.
El edificio abandonado causa mucho interés entre locales y extranjeros que quieren comprarlo y remodelarlo; sin embargo el dueño no aparece.
—Mucha gente está interesada en comprar esa casa, sobre todo los extranjeros porque les parece que pueden remodelarla. Vienen y nos preguntan quién es el dueño, pero ni nosotros que llevamos en este lugar 15 años sabemos de quién es la propiedad.
Los propietarios de una lonchería cercana al edificio abandonado manifestaron que lo último que funcionó en el local de la casa fue una imprenta de la Papelería ABC, que ya desapareció.
De acuerdo con los vecinos, en este local, que forma parte del edificio abandonado, funcionó hace más de 10 años una imprenta, que al parecer dejó el local por temor a un derrumbe.
—Hay gente que viene a comprar y que nos cuenta que estudió en ese edificio cuando era la escuela "Cristóbal Colón", pero ya no saben más sobre el tema.
Manuel Gómez Martínez, propietario de la florería Corazón de Rosas señaló que además del riesgo que representa el edificio, estudiantes de la preparatoria, ubicada en la calle 47 con 62 y 64, usan lo que queda de la fachada como basurero para las envolturas de sus frituras y para sus botellas de refrescos.
—Ojala alguien pudiera hacerse cargo de este edificio y rescatarlo porque es bonito y sería una lástima que se cayera. Claro, que lo peor sería que causara alguna tragedia porque mucha gente y automovilistas pasan cerca de él diariamente.
La posibilidad de un accidente de este tipo no es lejana. Hace más de 30 años en la esquina de la 58 con 59, conocida anteriormente como el "Elefante Blanco", donde hoy se encuentra el Congreso del Estado, se levantó una estructura de un edificio abandonado de aproximadamente cinco pisos cuya cornisa colapsó matando a un automovilista que pasaba por esa calle.
En años recientes, en el Centro Histórico, también se han dado casos de albañiles y de peatones que han resultado heridos por la caída de partes de edificios abandonados.
Los estudiantes de una preparatoria cercana usan el marco de esta ventana como basurero para las envolturas de sus frituras.
A fin de conocer quién es el propietario del edificio de la calle 47 con 60 y 62, Artículo 7 verificó en el Registro de la Propiedad del Estado de Yucatán, encontrándose dos posibles dueños del predio en cuestión. Uno, la Institución de Beneficencia Privada Leandro León Ayala y el otro, el Sr. Raúl de la Peña Domínguez.
Ante el peligro que representa el predio abandonado queda una pregunta en el aire: ¿no hay algo que el Instituto de Nacional de Antropología e Historia (INAH) o el Ayuntamiento de Mérida puedan hacer para evitar una tragedia que parece inevitable? L.I.