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ATENAS, Grecia, 12 de febrero.- El Parlamento griego aprobó ayer el programa económico de austeridad que activará el rescate financiero del país y su mantenimiento en la zona euro, como había sido solicitado por los acreedores del país.
Poco antes de esa votación crucial para el país y la zona euro, el primer ministro, Lucas Papademos, había dicho que los diputados griegos asumirían su responsabilidad y definirían la elección más importante para Grecia: avanzar con Europa y la moneda única.
Una bomba incendiaria cae entre un grupo de policías en la plaza de Syntagma de Atenas. / Yannis Behrakis (reuters)
“La violencia y la destrucción no tienen lugar en una democracia”, había definido el primer ministro.
Unas 100,000 personas, según la Policía, se manifestaron ayer en Atenas (80,000) y Salónica (20,000) contra el nuevo plan de ajuste dictado por la UE y el FMI.
En la capital, seis personas resultaron heridas en enfrentamientos entre fuerzas antidisturbios y grupos de jóvenes en las calles adyacentes a la plaza Sintagma, frente al Parlamento. Todos fueron hospitalizados según fuentes del Ministerio de Salud. Además, se habían registrado 54 personas heridas en el transcurso de la noche.
La aprobación parlamentaria desembocó en multitudinarias protestas y violentos disturbios que calcinaron varios edificios del centro de Atenas.
Los incidentes estallaron cuando un grupo de personas ejerció presión para romper el cordón policial dispuesto en torno de la Asamblea Nacional, y la Policía replicó de inmediato lanzando gases lacrimógenos sobre los manifestantes.
Los asistentes se replegaron entonces hacia las calles adyacentes, rápidamente convertidas en campos de batalla, y lanzaron piedras y cócteles molotov contra las fuerzas de seguridad. Los enfrentamientos se prolongaron durante más de dos horas en el centro de la capital, en un clima de guerra urbana.
Un inmueble de una planta, sede de un negocio de cristales de lujo, fue incendiado en el centro de Atenas.
Según la Policía 18 edificios estaban en llamas, la mayoría por cócteles molotov. Decenas de miles de personas habían comenzado a acudir en la tarde a la plaza Sintagma para manifestarse, convocadas por las dos grandes centrales sindicales griegas: la GSEE (sector privado) y Adedy (público), así como por la izquierda radical.
La manifestación atrajo a familias enteras y a personas de todas las edades. Un anciano, que portaba una máscara de gas y anteojos de natación, intentaba abrirse paso entre la muchedumbre. Entre tanto, un vendedor de máscaras de papel para protegerse de los gases lacrimógenos hacía su agosto. El compositor griego Mikis Theodorakis también se sumó. “Los diputados se disponen a votar medidas que van a llevar a la muerte a Grecia (...), pero el pueblo no va a ceder”, exclamó.