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Del Blog de Emily Nagoski, Ph.D..- En mi clase pasé mucho tiempo hablando de cinco principios morales, enfocándome especialmente en la 'pureza', pues tiene mucho que ver con la politización del sexo y el género.
La idea de los principios morales es que nacemos con un paquete de potencial moral que se estructura en cinco categorías. Una de ellas es la 'pureza', la noción de que el cuerpo es un templo que puede ser desacralizado por actividades y contaminantes inmorales. La pureza se evalúa con cuestionarios de este estilo:
Cuando Usted decide si algo está bien o está mal, ¿cuánta importancia le da a las siguientes consideraciones?
-Si alguien viola las normas de pureza y decencia
-Si alguien hace algo repulsivo
-Si alguien actúa de tal forma que Dios lo aprobaría y
¿Cuán fuerte es su aprobación o rechazo?
-La castidad es una virtud importante y estimable
-Yo diría que algunos actos son incorrectos porque son contra natura
-La gente no debería hacer cosas repugnantes, ni siquiera cuando nadie salga perjudicado.
Mientras Emily estudia desde su postura ideológica las reacciones hacia los tópicos de género, se estrena 'Shame', película de Steve McQueen sobre la adicción al sexo.
Y en general, los liberales dan muy poca importancia a estas cuestiones, mientras que los conservadores las consideran prioritarias.
Excepto cuando se habla de sexo. Aparte de aquellos asuntos relacionados con la orientación sexual, los liberales y los conservadores no difieren mucho en su evaluación moral de la sexualidad; pongamo que le presentamos a alguien estos dos escenarios:
Una mujer de 34 años disfruta masturbarse mientras abraza a su oso de peluche favorito.
O
A un hombre de 25 años le gusta masturbarse mientras su perro lame complaciente los genitales de su amo y parece disfrutarlo.
Y le pregunta Usted a su interlocutor cómo se siente con la información, cómo se sentiría si estas personas lo invitaran a cenar, o cómo se sentiría si vieran una foto del caso. La afiliación política no predice cómo responderá la gente.
Tampoco predice si dirán qué está bien o no, y por qué. Tanto liberales como conservadores tienen las mismas probabilidades de utilizar la 'ética de la divinidad', un código moral acerca de los usos apropiados del cuerpo.
Lo innegable es que el sexo vende. Pregúntenle a Lindsay Lohan.
Esa fue mi clase del miércoles, ¡y luego apareció esto en mi pantalla:
Una página de facebook llamada 'Haga que las niñas exploradoras vuelvan a estar limpias' (la página se propone 'separar a las niñas exploradoras del feminismo radical en general y particularmente de la planeación familiar)!.
!!LIMPIAS!!
Para los que viven en las cavernas, las girl scouts acaban de admitir a una niña transgénero (nació varón, pero desde los dos años se identifica como niña) que desea ser guía (en realidad no se ha integrado porque su mamá quiere que le ofrezcan disculpas porque la primera persona a quien solicitó el ingreso de su hija la llamo 'it' (ni niño ni niña: eso). Lo evidente es que las características de un grupo no predicen necesariamente las características de los INDIVIDUOS en ese grupo).
Esta novedad convierte a las Girl Scouts en un grupo 'sucio', según las sucias mentes de algunos cristianos fanáticos del género.
(No es que yo esté juzgando...)
Como sea, la palabra 'limpio' es un ejemplo cristalino de cómo el valor pureza se aplica en asuntos relativos al sexo y al género.
¿Y yo? Ayer me compré tres cajas de galletas de las que venden las Girl Scouts. Galletas deliciosas y sucias.