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—No creo que la elección a la presidencia de México sea una cuestión de género, sino una contienda entre dos candidatos —Josefina Vázquez Mota y Enrique Peña Nieto— porque Andrés Manuel López Obrador no logra superar 17% de preferencias electorales, aseguró la analista política Denise Dresser.
Agregó que para quienes tengan que elegir entre las dos opciones mencionadas, la decisión será regresar al pasado o votar por una continuidad que "ha rendido muy pocos frutos".
Ante esta situación, opinó que la única oportunidad real que tiene Josefina Vázquez Mota para ganar la presidencia de México es romper con esa continuidad y ser la imagen de un panismo que reconoce sus errores, que admite haber pactado con los poderes fácticos, "haber privilegiado élites" y "haber emulado las peores prácticas políticas del pasado".
—Para ganar, Josefina Vázquez Mota necesita reinventarse ante un electorado que está a punto de darle un voto de castigo, aunque muchos otros vean al copete electrónico como una regresión política después de solo 12 años del PAN.
Destacó que Vicente Fox Quesada, al convertirse en el primer presidente de México proveniente de la oposición, tuvo una gran oportunidad. Pero la dejo ir. Gran parte de la culpa recae sobre sus hombros, al truncar la transición frente al PRI; por rajarse y doblegarse ante del poder fáctico de las televisoras, por obsesionarse con Andrés Manuel López Obrador y por haberse casado con Martha Sahagún.
Insistió en que para que el PAN retenga la presidencia del país no basta la novedad del género, ya que aunque la candidata del PAN aparenta ser una mujer muy hábil, "no ha demostrado tener convicciones", por lo que tendrá que desarrollarlas en los meses que se avecinan.
Por otra parte, se refirió a la lista de candidatos de los tres partidos como "una bofetada de cinismo a la ciudadanía".
—En esa lista está Emilio Gamboa, vinculado con Camel Nacif y con las redes de protección de pederastas en Quintana Roo; Fernando Larrazabal, el hermano del exitosísimo vendedor de quesos de Monterrey; y Manuel Bartlett, que ahora está en un partido que fue fundado para combatir todo lo que Bartlett representó y que además fue el responsable de la caída del sistema y el fraude contra Cuauhtémoc Cárdenas, fundador del partido donde ahora es candidato.
Lo digo en mi libro "El país de uno" y lo vuelvo a repetir: el sistema político que tenemos está mal armado porque permite la votación de élites impunes. Tenemos que hacerle una serie de transformaciones muy importantes, porque de lo contrario simplemente continuaremos siendo espectadores de la peor elección, como cómplices del "reciclaje de políticos".
Denise Dresser durante la presentación de su libro "El país de uno" en la FILEY.
En el marco de la Feria Internacional de la Lectura de Yucatán (FILEY) Denise Dresser presentó su libro "El país de uno", el que catalogó como un diagnóstico de la situación del país y de su gente. El resultado, dice, "es un país conformista, con privilegios y que ha tenido una historia de discriminación".
Agregó que también habla de la familia Salinas de Gortari; la compara con un clan italiano, así como de la impunidad como una condición necesaria para el funcionamiento de este sistema político.
—Tengo un capítulo llamado "Los que nos mantienen maniatados" donde escribo sobre el daño que hacen los monopolios públicos y privados. Como el de Carlos Slim, al que comparo con un ballena en el lago de Chapultepec y al gobierno federal, como una chinampa, "porque no ha logrado regularlo de manera eficaz".
Mencionó que también escribió sobre ese primer poder: Televisa, que en lugar de ser el cuarto poder que vigila a los otros tres, se ha convertido en el más importante, "hasta imponerse sobre los poderes constitucionalmente electos". Asimismo, el libro menciona a Ricardo Salinas Pliego, de Televisión Azteca y da tips para que el país crezca, terminando precisamente con esos monopolios que tienen maniatado al país.
Denise Dresser manifestó que su análisis arrojó una democracia disfuncional, por carecer de elementos que sí tienen las democracias funcionales. En el caso de México, existe partidocracia, que es más una cleptocracia. No hay reelecciones, pero sí hay "trampolín para políticos", aunque se trate de gente que ha hecho un pésimo trabajo. Además, en esta democracia, hacen faltan ingredientes fundamentales, como la rendición de cuentas y los contrapesos.
En cuanto a la lucha contra el narcotráfico, dijo que "la estrategia gubernamental ha resultado contraproducente", porque México solo tiene de dos sopas: legalizar la droga o colombianizarla.
—Me han preguntado si mi libro tiene un final feliz, y sí, sí lo tiene. Hay un capítulo que llamé "Yo, ¿qué puedo hacer?", con la idea de brindar al lector una especie de manual ciudadano que presenta 10 puntos para formar ciudadanos más críticos, participativos y dueños de su propio país, un país que durante demasiado tiempo ha vivido amenazado por sus partidos y los monopolios.
Este libro es un llamado a la acción y de la apropiación de este país que nos ha sido quitado durante tanto tiempo. Es realmente, una carta de amor a México donde argumento que esa crítica que algunos consideran profunda, forma parte de la premisa que tenemos de mirarnos a nosotros mismos, pero haciéndolo también de una forma amorosa, para recordar que hay motivos para la esperanza.
La politóloga también se refirió al tema de la educación, del que comentó su participación en el documental de Carlos Loret de Mola "De Panzazo", señalando que, ante las cifras espeluznantes que México tiene en educación, esta debería ser "la obsesión" del próximo presidente de México.
—El próximo presidente del país no debería dormir en las noches sin pensar en el tema de la educación, porque eso va a decir cómo va a ser México en los próximos 30 años; y en librarnos de un sistema creado para engendrar personas pasivas en lugar de participativas; y en el que los niños aprenden mucho de sometimiento y poco de álgebra, mucho de simulación y poco de cívica. El diagnóstico es demoledor.
A una pregunta, dijo que es muy pronto para saber si alguno de los candidatos tiene rasgos de esa obsesión, porque no han avanzado las campañas formales.
"A mí me gustaría que la exigencia social fuera esa obsesión con la educación. Pero, ¿por qué los candidatos no lo incluyen en su lista de prioridades? Porque no ven en la sociedad un contexto de exigencia. ¿Qué quieren los mexicanos? Primero que nada, seguridad, y luego empleo, crecimiento económico, que también debería ser la otra obsesión del presidente de México: cómo hacer rico al país.
Finalmente, señaló que hay que apagar la televisión, que es el principal distorsionador de la realidad, y leer para empezar a conocer a verdaderamente a México. L.I.