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AFGANISTÁN, 14 de marzo.- La visita del secretario de Defensa norteamericano, Leon Panetta, a Afganistán comenzó este miércoles con un incidente que ha puesto de relieve los fallos de seguridad de la misión de la OTAN en el país. En un oscuro incidente, aún no aclarado, un camión robado irrumpió en la pista de la base de Camp Bastion mientras su avión aterrizaba.
A pesar de que posteriormente no se encontraron explosivos en el vehículo, el conductor, de nacionalidad afgana, ha salido de él en llamas y posteriormente ha fallecido por las heridas. Panetta ha resultado ileso según fuentes del Pentágono, que han evitado calificar el incidente de ataque. Esta es la primera visita de un oficial norteamericano a Afganistán desde la matanza de 16 civiles por parte de un sargento, el pasado domingo, que ha reavivado allí el antiamericanismo.
Leon Panetta, a su llegada a la base Shukvani, en Afganistán. / SCOTT OLSON (AFP (Pool))
Camp Bastion es una base aérea bajo control británico aledaña a Camp Leatherneck, que controla el Marine Corps de EE UU. Ambas se hallan en Helmand, provincia del sur del país, donde los talibanes mantienen, junto a Kandahar, una gran parte de su insurgencia. La masacre del domingo ocurrió en Kandahar, donde el sargento responsable se halla detenido, a la espera de que finalice la investigación de los hechos.
El Pentágono mantuvo la agenda de Panetta, sin revelar el incidente hasta 10 horas después de que ocurriera, cuando el Secretario había abandonado Helmand con destino a Kabul. Sus portavoces desmintieron informes, difundidos por varias cadenas de televisión, de que el camión hubiera estallado en el momento del aterrizaje y de que la vida de Panetta hubiera corrido peligro.
“No podemos confirmar, en ningún modo o forma, que el vehículo robado estuviera relacionado con la llegada del Secretario o con su visita”, dijo el portavoz del Pentágono, George Little. Aun así, los mandos del Pentágono incrementaron la seguridad en Camp Leatherneck y otras bases durante la visita de Panetta.
Los 200 soldados a los que se dirigió el Secretario en esa base del Marine Corps fueron obligados a dejar sus armas fuera de los barracones donde se reunieron, algo muy poco habitual en un frente de guerra. Posteriormente, Panetta acudió al Puesto de Combate Shukvani, donde las tropas norteamericanas luchan junto a soldados georgianos.
En su visita, Panetta se reunió con mandos de la OTAN, con soldados y con diversos líderes tribales afganos. En diversas conversaciones, reiteró la intención de la Casa Blanca de mantener el calendario de retirada previsto, pactado con la cúpula militar norteamericana.
“Es importante que nosotros, EE UU, Afganistán y las fuerzas de la OTAN, mantengamos la estrategia que nos hemos marcado”, dijo Panetta a los periodistas que le acompañaban, según informa Associated Press. Todas las partes implicadas, dijo, “deben ponerle fin a esta guerra de forma responsable, acabando la misión en la que todos nos hemos embarcado”.
El presidente Barack Obama ha ordenado que las tropas se replieguen antes del final de 2014, cuando se cumplirán 13 años del inicio de la guerra. Antes de septiembre se habrán retirado 33.000 soldados, de los 100,000 que EE UU tiene en la zona. El Pentágono aun no ha detallado el ritmo al que el resto de tropas seguirán regresando a partir de entonces.
Según un acuerdo estratégico firmado entre Washington y Kabul, el Ejército norteamericano tiene ahora la potestad de juzgar al sargento detenido por la matanza del domingo. Según avanzó Panetta en el vuelo de camino a Asia, los fiscales militares podrían pedir para él la pena de muerte, si se le declara mentalmente capacitado para ser sometido a juicio. El presunto autor ha sido trasladado de la provincia de Kandahar, donde se produjo la masacre, hacia Kuwait, según han confirmado fuentes del Pentágono.
Panetta estará en Afganistán dos días, durante los cuales tiene previsto reunirse también con las autoridades afganas, y entre ellas, con el presidente Hamid Karzai. A su llegada a la provincia de Helmand hubo dos ataques insurgentes. Un artefacto explosivo colocado en una carretera causó la muerte de ocho civiles. En la cercana Kandahar, otra explosión dejó un muerto y dos heridos, todos miembros de los servicios de inteligencia afganos, según informa la agencia France Presse.
El suboficial estadounidense que presuntamente asesinó a 16 civiles
el domingo pasado en la provincia de Kandahar, sur de Afganistán, fue transferido fuera de ese país, dijo este miércoles un portavoz del Pentágono.
"Fue transferido fuera del país, sobre la base de recomendaciones legales", afirmó a los periodistas el capitán de la Marina John Kirby, quien explicó que había sido enviado a otro centro penitenciario -que no precisó- porque en Afganistán no poseían la infraestructura carcelaria para este caso.
Dieciséis civiles afganos, entre ellos niños y ancianos, murieron a manos del soldado estadounidense que la madrugada del domingo salió de su base en la provincia de Kandahar, bastión talibán del sur de Afganistán, para llevar a cabo la matanza, según datos preliminares de la investigación. Luego volvió a la base donde se entregó.
Los investigadores del Ejército estadounidense tienen imágenes de video que muestran al suboficial de 38 años en el momento que se rinde, afirmó a la AFP una fuente estadounidense en Afganistán. El móvil del crimen, así como el estado psicológico o psiquiátrico del militar todavía no se han precisado, tres días después de los hechos.
El militar todavía no fue inculpado. Según el secretario de Defensa de Estados Unidos, Leon Panetta, si es hallado culpable por la justicia militar estadounidense, corre el riesgo de pena de muerte.
Interrogado sobre si la transferencia del acusado fuera de Afganistán significaba que no sería juzgado públicamente en ese país, como pidió la Cámara Baja del Parlamento afgano, Kirby dijo que era "demasiado temprano" para sacar cualquier tipo de conclusión.