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Hace poco el gobierno nacional de Ecuador hizo una amplia campaña a favor del uso de focos ahorradores. Efectivamente, estos focos permiten ahorrar energía eléctrica y disminuir el costo de la energía para el usuario.
Sin embargo, no se informó a los usuarios de ciertos peligros y las precauciones que se deben tomar. Tampoco en los empaques de estos objetos se indicaban tales aspectos.
Los riesgos para la salud humana dependen de la contaminación ambiental por el Mercurio que contienen los focos ahorradores.
Si se rompe un foco, el mercurio contamina el aire de la habitación y sus finas partículas se depositan en los tejidos: cortinas, alfombras, ropa y más, donde permanecen por largo tiempo y para peor se transforman en metil-mercurio, sustancia altamente tóxica.
En otros países se han adoptado ya las medidas apropiadas en salvaguarda de la salud humana.
El Department for Environment, Food and Rural Affairs, del Reino Unido (Inglaterra) entre otras recomendaciones sobre qué hacer en caso de que se rompa un foco, menciona las siguientes:
1) Salir de la habitación y dejar que se ventile por lo menos quince minutos,
2) Limpiar el sitio donde cayeron los pedazos utilizando guantes de caucho,
3) No usar aspiradora, evitar que se levante polvo y si es del caso no inhalar ese polvo, recoger los fragmentos de vidrio y colocarlos en fundas dobles de plástico (aunque lo mejor es ponerlos en un recipiente de vidrio con tapa),
4) Limpiar el área de contacto con un paño húmedo y a éste no depositarlo en el bote de basura sino en recipientes o contenedores especiales que deberían existir en los sitios de venta de los bombillos o en otros que manejaran las autoridades correspondientes.
5) Precauciones semejantes deben adoptarse con los bombillos que terminan su vida útil y se eliminan.
6) Adviértase que los niños son más susceptibles a los efectos tóxicos mencionados antes. Por supuesto, si a una persona le ha ocurrido ya el percance y se le ha roto un foco ahorrador, la situación no es de severa gravedad, pero ha de prestar gran atención en el futuro para tomar las debidas precauciones.
Si bien es cierto que estas recomendaciones se refieren a los focos ahorradores, el hecho es que desde hace mucho tiempo rigen normas semejantes para desechar toda clase de pilas o baterías, desde aquellas que se utilizan en pequeños radio-receptores hasta las baterías grandes de los vehículos, pues todas ellas contienen sustancias químicas tóxicas que pueden contaminar el medio ambiente.
Las pilas y baterías deben colocarse en los botes o recipientes apropiados.
Muy oportuno sería que en el país se adopten las medidas preventivas necesarias, entre ellas, que los fabricantes de bombillos ahorradores, en los empaques de sus productos, hagan constar los mayores riesgos y las medidas a tomar por parte de los usuarios. Y no estaría de más que el gobierno retomara la campaña en pro de los focos ahorradores pero, esta vez, con un amplio despliegue de sus riesgos y las formas de prevenirlos.