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14 de marzo.- Fósiles hallados en dos cuevas del suroeste de China han revelado la existencia de un hombre hasta ahora desconocido, de la Edad de Piedra, con una inusual mezcla de rasgos físicos arcaicos y modernos, que arroja nueva luz sobre la temprana evolución humana en Asia.
Los fósiles, de una antigüedad de entre 14,500 y 11,500 años, son de hombres que convivieron con seres humanos modernos (Homo sapiens) en una época en la que la agricultura estaba en sus inicios en China, señalan un equipo internacional de expertos en un estudio publicado en la revista PLoS One.
Hasta ahora no habían sido hallados en el este del continente asiático fósiles humanos de menos de 100,000 años de antigüedad que se diferenciaran físicamente del Homo sapiens actual.
Imagen en la revista PLoS One de una reconstrucción artística de un hombre de la Edad de Piedra hasta ahora desconocido que convivió con el hombre moderno en China hace entre 14,500 y 11,500 años. (EFE)
Este hecho había llevado a los científicos a pensar que en la zona no había antecesores del Homo sapiens cuando aparecieron los primeros hombres modernos, una teoría que este último descubrimiento pone en duda.
“Estos nuevos fósiles pueden ser de una especie antes desconocida que sobrevivió hasta el final de la Edad de Hielo, hace unos 11,000 años”, señaló Darren Curnoe de la Universidad australiana de Nueva Gales del Sur, quien encabezó el estudio junto con Ji Xueping, del Instituto chino de Arqueología y Reliquias Culturales de Yunnan.
Según Curnoe, la otra alternativa sería que se tratara de representantes de una migración muy temprana y desconocida de hombres modernos desde África, que sin embargo no contribuyeron genéticamente al hombre actual.
Los restos de tres individuos fueron hallados en 1989 por arqueólogos chinos en Maludong (la cueva de los ciervos rojos) cerca de la ciudad de Mengzi en la provincia de Yunnan, pero no empezaron a ser estudiados hasta 2008 por científicos chinos y australianos.
Un cuarto esqueleto parcial apareció en 1979 en una cueva en Longlin, en la vecina región autónoma de Guangxi Zhuang, pero permaneció en el bloque de piedra donde fue descubierto hasta 2009, cuando fue reconstruido.
Los cráneos y dientes de Maludong y Longlin son muy similares entre sí y denotan una mezcla inusual de rasgos anatómicos arcaicos y modernos.
Los científicos denominan a estos hombres “pueblo de los ciervos rojos” porque cazaban ciervos rojos hoy extintos y los cocinaban en la cueva de Maludong.
“El descubrimiento del pueblo de los ciervos rojos abre un nuevo capítulo en la historia de la evolución humana -el capítulo asiático- y es una historia que sólo ahora está empezando a contarse”, afirma Curnoe.
Aunque Asia hoy cuenta con más de la mitad de la población mundial, los científicos aún saben muy poco sobre cómo evolucionaron allí los humanos modernos después de que nuestros ancestros se asentaran en Eurasia hace unos 70,000 años.
Hasta ahora los estudios sobre los orígenes humanos se han centrado sobre todo en Europa y África, debido en gran parte a la ausencia de fósiles en Asia y al desconocimiento en torno a la antigüedad de los pocos restos hallados en esa zona.