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El verano trae consigo el calor y por consecuencia, la búsqueda de una forma para mitigarlo, como por ejemplo, los baños de piscina o en el mar, pero estos esfuerzos por refrescarse pueden traer consecuencias para la salud, especialmente para los niños.
Al respecto, el Dr. Felipe Alonzo Vázquez, titular de Prestaciones Médicas del Hospital Regional "Ignacio García Téllez" del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), explicó que es precisamente en verano cuando se presentan casos de otitis externa por la entrada de agua en el oído ocasionada por los baños de piscina o de mar; agua que al entrar, no sale, causa inflamación, infecta la piel y produce un dolor muy intenso. Los grupos más vulnerables son los niños menores de cinco años.
—Si desde el primer día entró el agua al oído y se quedó, al día siguiente ya empezó a molestar. El problema es que generalmente los niños no se bañan solo un día en piscinas o en el mar, así que es mucha la incidencia de meterse al agua. Entonces, si desde el primer día entró agua al oído y no salió, esta mantiene la humedad e inflama el canal auditivo.
Comentó que las molestias de este padecimiento son comezón, dolor, el oído, este se tapa y materia en su interior. La principal molestia de la otitis externa es, sin duda, el dolor; es tan intenso como el dental.
Dio a conocer que otra de las causas de la otitis externa es un traumatismo en el conducto auditivo, que se puede dar cuando se utilizan muchos cotonetes o constantemente se está limpiando el oído. La lesión puede ser peor cuando la gente utiliza otras cosas para limpiarse el oído, como invisibles, clips, plumas, llaves o lo que tenga a la mano. Estos objetos pueden traumatizar el conducto e inflamarlo.
—En verano, las estadísticas por este padecimiento ascienden de 10 a 20% en niños menores de cinco años.
Sobre el tratamiento, explicó que lo primero que se recomienda al paciente es que no le entre más agua al oído, por lo que cada vez que se bañe tendrá que tapar el oído con algodón y un poquito de vaselina, para que cuando caiga el agua de la regadera, no moje el algodón. La persona tiene que mantener seco el oído, por lo menos 10 días.
Agregó que, simultáneamente, se dan medicamentos orales, como antiinflamatorios, antibiótico y analgésicos, dependiendo de qué tan severo esté el problema. El paciente también tiene que utilizar gotas para los oídos por lo menos 10 días. Cuando el caso es muy severo, entonces requiere un tratamiento inyectado.
Dio a conocer que la otitis también está presente el resto del año, pero ya no en su forma externa, sino en la de tipo media aguda, que es ocasionada por cuadros gripales.
Explicó que el oído medio está conectado a la nariz por medio de un tubito que se llama Trompa de Eustaquio, que funciona como una especie de drenaje para la mucosidad que se forma en el oído y que llega a la nariz a través de ese conducto.
—Cuando hay algún proceso infeccioso de vía respiratoria superior, como la rinitis, faringitis, amigdalitis o combinaciones de estas, se inflama toda la mucosa de la garganta y de la nariz; y cuando ese tubito se inflama, se cierra.
Si cierras el drenaje, ya no sale la mucosidad producida en el oído, lo que ocasiona que se vaya acumulando, que se infecte y produzca las molestias de una otitis media aguda. Los síntomas incluyen dolor, sensación de oído tapado y fiebre.
Precisó que cuando es demasiada la secreción purulenta que se ha formado, la pus tiene que buscar por dónde salir, y al estar cerrado el conducto natural, lo que hace es empujar la membrana del tímpano, que es muy delgada y que, por la presión, se rompe, dejando así salir la pus. Cuando esto sucede, la fiebre desaparece. La otitis media aguda es más común en invierno porque aumentan las enfermedades en la vía respiratoria superior. Al igual que la otitis externa, este padecimiento es más común en niños menores de cinco años.
Si el tímpano no se rompió, no tienes de qué preocuparte que le entre agua. Aquí no se afecta la piel del conducto. Pero hay que dar antibiótico, antiinflamatorio, analgésico y como el tubito va de la nariz al oído, hay que darle tratamiento a la nariz para que el tubito mejore, como gotas descongestionantes de la nariz y hacer ejercicios para obligar que el tubito se vuelva a abrir —que se llaman de soplar— uno es mascar chicle, porque al hacerlo y tragar saliva el tubito se abre. Otro es conseguir un globo para inflar y desinflar varias veces al día, porque al soplar se hace presión sobre la trompa para abrirla. El otro es tapar la nariz y soplar.
Advirtió que si el tímpano se rompió por la presión, y la pus es poca y la perforación es pequeña, no hay problema, porque cuando se seque la secreción y deje de salir, esa pequeña perforación se seca sola. Pero si esta es muy grande, entre 40% o 50% más grande, el tímpano se queda perforado, por lo que va a ameritar cirugía delicada para colocar un injerto en el tímpano y sellar la perforación.
—Pero si el niño tiene 3 años y se perforó el tímpano, no podrá intervenírsele quirúrgicamente hasta que tenga 11 o 12 años, porque el injerto se coloca sobre el tímpano y no hay forma de suturarlo; solo está asentado para que lo mantenga pegado. Si el menor brinca o corre demasiado, como lo hacen los niños pequeños, el injerto se mueve, y ya no sirvió la cirugía. En ese caso, hay que volver a operar.
Mencionó que, al igual que en los casos de otitis externa, en este padecimiento nunca debe entrar agua al oído porque si entra por la perforación, puede infectarlo.
Finalmente, dijo que cuando se produce una perforación por otitis media aguda la audición baja un poquito, dependiendo del tamaño de la perforación.
—Afortunadamente, aunque la mitad de los casos de otitis media tienen perforación en el canal auditivo, la mayoría de los casos es pequeña, por lo que se cierra sola apenas deja de salir la pus. L.I.