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MOSCÚ, 7 de octubre.- El presidente ruso, Vladimir Putin, cumple 60 años este domingo con la calle un poco menos contenta que hace 12 meses, pero con sus seguidores luciendo las mismas ganas de celebrar. Lo que en Occidente sería una anécdota en el telediario, en Rusia implica mítines, marchas e iniciativas de lo más dispar.
El año pasado el jefe del Kremlin fue obsequiado con un regalo algo picante: un calendario erótico en el que jóvenes universitarias rusas posaron muy ligeras de ropa para entretener la vista del presidente.
Este año un club motero ruso le tiene preparado para un chaleco de cuero con el emblema ruso. Pero en el ámbito institucional los obsequios rozan lo empalagoso: en Moscú, se presenta la exposición 'El Presidente, un alma bondadosa', con pinturas de estilo arte pop de Putin con animales pequeños, amigos y otros políticos.
La prensa rusa alaba muchas de las facetas del ex jefe de los servicios secretos, que lideró el país tras el caos de los años 90. Pero sólo entre líneas pueden permitirse especular sobre la llamativa tersura del rostro de Putin.
En su entorno dicen que Putin apenas presta atención al cambio de dígitos: "Es un adicto al trabajo, así que seguramente ni pensará en ello", aseguraba hace unos días uno de sus colaboradores. Las juventudes 'putinistas' se lo van a recordar por si acaso con una campaña: "Nosotros somos Rusia, Rusia es Putin".
En Moscú leerán poesías en su honor y en la ciudad siberiana de Cheliabinsk los fanáticos del presidente podrán escribir sus felicitaciones en una tarjeta gigante. El presidente lo celebrará en familia "con una lista de invitados muy corta" en la que no se descartan ex mandatarios extranjeros.
La fragmentada oposición ha intentado amargarle la fiesta a Putin. Uno de los principales críticos del Kremlin, Serguei Udaltsov, convocó a una manifestación este 7 de octubre, aunque más tarde desistió de la idea porque las fuerzas opositoras planean una multitudinaria manifestación en diciembre.
Por mucho ruido que hubiesen organizado, habría quedado diluido en los programas que prepara la obediente televisión rusa. Como no hay mejor defensa, o regalo, que un buen ataque a la oposición, los canales gubernamentales han preparado un documental contra los líderes de las protestas callejeras. Y, de postre, otro espacio que recrea un día en la vida del presidente.
El presidente aparece en él en su clásico papel de macho eslavo, trabajando incansablemente y haciendo todo tipo de deportes como la natación, mientras un reportero lo entrevista en el bordillo de la piscina.
Una de cada cinco rusas quisiera casarse con Putin, según un sondeo de organismo independiente Centro Levada, que preguntó a 2.000 féminas en todo el país. Un 6% dijo que contraería matrimonio con él "sin duda" y un 14% contestó que "probablemente" lo haría.
Estos buenos resultados no sorprenderán ya al jefe del Kremlin, que durante los últimos 10 años ha multiplicado sus posados sin camiseta o envuelto en aventuras de acción. En 2004 dos cantantes rusas grabaron una canción titulada 'Un hombre como Putin', en la que repasaban sus virtudes y pedían un marido como él.
Sin embargo, estas demostraciones cada vez suscitan más escepticismo entre algunos rusos. El mes pasado semanas, Putin se puso un abrigo blanco y gafas para un vuelo en ultraligero junto a unas grullas migratorias en peligro de extinción, las fotos trucadas y los chistes se sucedieron en las redes sociales en unos minutos. Eso sí, nadie duda de que al presidente, pese a su edad, le quedan más aventuras de ese estilo. (EL MUNDO)