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CIUDAD DEL VATICANO, 31 de marzo.- Gestos emotivos, palabras claras y acentos inusuales: el nuevo papa Francisco ha vuelto a desplegar todo su encanto en la primera Semana Santa de su pontificado, dejando en evidencia su estilo propio y sin dejar de sorprender a los fieles.
El argentino Jorge Mario Bergoglio, de 79 años, siguió llevando el calor a los corazones de los peregrinos y fieles católicos y criticando a una Iglesia demasiado "egocéntrica".
Conocido ya en Roma como un rompedor del protocolo por renunciar a algunas insignias y lujos papales y predicar de pie, el papa ha seguido sorprendiendo con una novedad: vestido con una sencilla casulla blanca para su discurso de Pascua ante la multitud congregada en la plaza de San Pedro, Francisco renunció hoy a pronunciar la habitual bendición "urbi et orbi" (a la ciudad y al mundo) en decenas de idiomas, como le gustaba hacer a su predecesor Benedicto XVI, y sólo utilizó el italiano para desear a los fieles unas felices pascuas.
Al final de la misa en San Pedro, Francisco quiso dar una vuelta entre la multitud (250,000 personas) que lo esuchó e hizo detener varias veces el jeep para abrazar a los enfermos y a los niños que estaban presentes.
Francisco se emocionó con un jovencito enfermo, a quien sostuvo en sus brazos y besó con cariño.
El Papa en la Plaza de San Pedro abrió las puertas de su corazón, salió al encuentro de los demás y brindó el gozo de su fe.
Sumido en sus pensamientos, el "papa de los pobres" presidió en la noche de Viernes Santo el Via Crucis ante el Coliseo de Roma, escuchando meditaciones sobre las guerra, el sufrimiento y los problemas sociales y rezando en voz baja. La Cruz de Cristo es la respuesta de los cristianos al mal, dijo a la multitud congregada en la oscuridad con el telón de fondo delColiseo. Poco antes, el jesuita se había postrado en el suelo de la basílica de San Pedro para rezar.
Son pequeños gestos con los que el papa Francisco muestra que no sólo predica la humildad, sino que también la vive, y así se está ganando el corazón de los fieles.... y de los fotógrafos que lo siguen.
Las novedades que trae Francisco a la Iglesia Católica se han podido ver estos días de Semana Santa. El jueves, Bergoglio realizó el tradicional lavado de pies, un signo de servicio imitando lo que hizo Jesucristo en la última cena con sus apóstoles, en una prisión para menores.
En un gesto inédito para un papa, Francisco se arrodilló ante una joven mujer, a la que también lavó y besó los pies. Además, eligió a jóvenes de distintas religiones. Después les infundió ánimo diciéndoles: "No se dejen robar la esperanza. ¿Entendido?".
No hay duda de que la Iglesia Católica tiene ahora un papa cercano con la gente al que le gustan los baños de multitudes y el contacto con las personas.
Y todo pese a que este pontífice no es especialmente joven y le puede resultar difícil arrodillarse para realizar esos actos de humildad. Durante las ceremonias ha destacado que quiere estar al servicio de dios y de su Iglesia y eso le exigió atender a actos y más actos con motivo de la fiesta de la Resurrección de Jesucristo.
Fieles de todo el mundo se alegraron con el Sumo Pontífice en la mayor fiesta del catolicismo.
Pero entre y acto y acto, el papa aún halló tiempo para mantener una larga conversación telefónica con su predecesor Benedicto, retirado a la residencia de Castel Gandolfo, en el sur de Roma. Allí no podrá acudir el papa Francisco a descansar tras los movidos días de Semana Santa, como solía hacer Benedicto, pues al terminar las fiestas de Pascua le espera mucho trabajo en el Vaticano.
Las duras críticas a la Iglesia de los últimos años siguieron resonando en Semana Santa. "Quien no se abre a sí mismo, en lugar de ser un mediador, se convertirá en un intermediario, un administrador", dijo Francisco en referencia a la Iglesia y los sacerdotes en presencia de 1,600 religiosos a los que pidió acudir "a las periferias", donde domina el sufrimiento y el derramamiento de sangre.
"No es en la propia experiencia o en la introspección reiterada en la que se encuentra al Señor", sino que más bien los sacerdotes deben acudir donde otros esperan el Evangelio, señaló en una misa el jueves. Y después siguió sus palabras con gestos como la visita a la prisión.
El nuevo papa aún no ha definido a su "equipo de gobierno" en El Vaticano, pero ya practica su estilo propio, siguiendo los métodos de los jesuitas, escuchando a todos y hablando con todos para después decidir en solitario desde el Trono de Pedro, analiza el diario turinés "La Stampa".
Disciplina, obediencia y responsabilidad son palabras clave aprendidas por Bergoglio.
Pero no puede hacer todo, como tuvo que explicar el portavoz Vaticano Federico Lombardi: emociona con sus discursos y sermones, pero este papa no canta en las ceremonias. (DPA)
Un peregrino le entregó una camiseta de su equipo de futbol, el San Lorenzo de Almagro, que el Papa recogió encantado.
'Hay que salir, hay que ir al encuentro con los demás y llevar la luz y la alegría de nuestra fe'.
'Hay que salir siempre con el amor y la ternura de Dios'.
El saludo de cerca a los peregrinos encendió el entusiasmo general.
La elección de Bergoglio está obrando como un bálsamo espiritual. El Papa Francisco está provocando que muchos fieles que estaban alejados de la religión vuelvan.