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CARACAS, Venezuela, 11 de abril.- Con pajaritos en el hombro, junto al astro de futbol argentino Diego Maradona, el candidato presidencial bolivariano Nicolás Maduro encabezó un multitudinario acto de cierre de campaña en Caracas para las elecciones presidenciales que definirán el domingo al sucesor del fallecido Presidente Hugo Chávez.
Bajo una lluvia de papel picado, entre las luces multicolores, Maduro apareció en la tarima con Maradona, amigo cercano de Chávez, quien llegó ataviado con una gorra con los colores de la bandera venezolana y una camisa roja, el color del chavismo, estampada con el número 10.
"La mano de Dios está con nosotros", gritó un conductor del acto, arrancando una locura de aplausos y vivas de la muchedumbre.
Acompañado del astro argentino, Diego Armando Maradona, Nicolás Maduro cerró su campaña presidencial. (EFE)
Vestido de blanco, junto a su esposa Cilia Flores y funcionarios del gobierno, Maduro, un corpulento hombre de 50 años, de característico bigote negro, llegó hasta la tarima a bordo de una camioneta que se abrió paso con dificultad, durante más de dos horas, desde el Palacio presidencial de Miraflores por abarrotadas avenidas de Caracas.
A su paso, saludaba con el puño en alto y lanzaba besos, mientras la muchedumbre emocionada gritaba consignas, ondeaba banderas nacionales, hacía sonar trompetas y mostraba afiches con el rostro sonriente de Chávez y su delfín. "¡Viva Chávez, viva Maduro!", decían a coro.
"Soy chavista, socialista y antiimperialista. Aquí todos estamos conscientes de que vamos a votar por Chávez", dijo entre la multitud un hombre vestido íntegramente de rojo y quien ondeaba una enorme bandera de Venezuela con un pintoresco pajarito de papel en la punta del asta.
En el arranque oficial de la campaña, Maduro narró que estaba orando cuando se le apareció Chávez en forma de pajarito y silbó como dándole la bendición. Desde entonces este animalito se ha convertido en símbolo de su campaña.
Desde las ventanas de los imponentes edificios caraqueños, muchos saludaban. La maquinaria del partido no escatimó nada para la gran fiesta del cierre de una agresiva y breve campaña de diez días, tras la muerte de Chávez el 5 de marzo de cáncer.
Al caer la noche, estallaron en el cielo luces multicolores de fuegos artificiales lanzados desde lo alto de un emblemática torre de Caracas.
Maduro, un ex chofer de bus, acude a las elecciones con una ventaja holgada de más de diez puntos porcentuales sobre Capriles, abogado de 40 años y gobernador de Miranda (norte).
Flor Palacios, un ama de casa de 55 años que empapeló su vestido rojo con boletas de sufragio y broches con el rostro de Chávez y Maduro, dijo a la AFP, refiriéndose a los opositores, que está "100% segura de que los 'fascistas' no volverán, están enterrados para siempre".
"Nuestro gigante nos dejó un legado, estamos tristes porque murió, es irreparable, pero vamos a votar por su hijo", dijo la mujer, quien pintó en su frente con letras en rojo el nombre de Maduro.
Bailando al ritmo del pegajoso reggaetton que dice "Chávez te juro, mi voto es pa' Maduro", se paseaba entre el mar humano un muñeco de Chávez, de unos dos metros de alto, vestido con una chaqueta con los colores de la bandera venezolana (amarillo, azul y rojo).
"Esta victoria será como un tiro al piso (segura). Queremos seguir viviendo en socialismo", afirmó Timo Olivero, un constructor de 54 años.
"Si no cumple, así como lo ponemos arriba lo ponemos abajo, porque somos el pueblo. Debe de cumplir el legado de mi comandante presidente", expresó Mayerly Flores, una joven de 31 años, que llevaba un bigote postizo, el rasgo más visible de Maduro.
A 250 km de Caracas, en Barquisimeto, Capriles, quien perdió por 11 puntos frente a Chávez en octubre pasado, cerraba campaña ante otra multitud. A la tarima llegó también a bordo de una camioneta, ataviado con una camisa y gorra, con los colores de la bandera venezolana. Antes de empezar el discurso, lloró. (AFP/MILENIO)