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DALLAS, Texas, Estados Unidos, 24 de julio.- Después de pasar dando tumbos durante toda la Copa Oro 2013, México no logró seguir adelante con su paso vacilante y, una vez más, se encontró con Panamá para caer 2-1 y consumar el fracaso.
Y es que así como inició su participación en el torneo de CONCACAF lo terminó, en un mar de dudas, errores, incertidumbre y falta de precisión en los pases, en el ataque y debilidad al momento de defender.
Temprano inició el ataque de la Marea roja, misma que ya antes le había demostrado sus debilidades al Tri, que no la fortaleza misma, y a los 12 minutos de juego ya le habían hecho daño.
Así como inició el Tri su participación en el torneo de CONCACAF, así lo terminó, en un mar de dudas, errores, incertidumbre y falta de precisión en los pases, en el ataque y debilidad al momento de defender.
En una mala salida de la Selección Mexicana, Alejandro Castro perdió el balón, mismo que fue recuperado por un demonio llamado Alberto Quintero, quien sirvió en el área para Blas Pérez, quien no desaprovechó para enviarlo al fondo para el 1-0.
Efectivamente, Panamá llegó a este partido con la firme convicción de que podían volver a vencer al Gigante de la CONCACAF, se sentían con las armas necesarias para hacer el milagro y colarse a la final; sin embargo, eso no denotaba que en verdad fueran un cuadro poderoso e invencible.
México tuvo una tenue luz de reacción, principalmente en Marco Fabián y Luis Montes, quienes fueron los únicos jugadores que mostraron coraje, dignidad y, sobre todo, nivel de selección, y al minuto 25, producto de una jugada entre los dos, el de los Esmeraldas puso el empate 1-1 tras gran jugada del rojiblanco.
Los comandados por José Manuel de la Torre lograron mantener el dominio durante lo que restó del primer tiempo; sin embargo, la poca imaginación en el medio campo y la nula efectividad de los delanteros, les impidió darle la vuelta al marcador.
Al mismo tiempo que inició la parte complementaria, regresaron las dudas, el mal manejo del balón y los errores en el terreno de juego, por lo que al 61', en un tiro de esquina, Román Torres remató de cabeza y mandó el esférico al fondo de la red para enmudecer a una tribuna plagada de mexicanos.
Fue el disparo que mató todas las esperanzas tricolores, el que nuevamente les mostró que el juego de conjunto no existe, que habían llegado hasta la semifinal de la Copa Oro gracias a las individualidades y le debilidad de la mayoría de los equipos del área y que, lejos de que los demás equipos elevarán su nivel, el conjunto mexicano había dejado de hacer lo suyo para seguir siendo el mejor.
Ni los gritos de desesperación de El Chepo, ni sus lamentos, ni sus enojos, lograron cambiar la historia de este fracaso, sembrando dudas en la afición, respecto a su continuidad al frente de la Selección Mexicana de cara a la continuación de la eliminatoria rumbo a la Copa Mundial Brasil 2014.
Tras este gran logro de la Marea Roja, Panamá se verá las caras con Estados Unidos en la Final del torneo en busca de medio boleto a la Copa Confederaciones.
El destino de un equipo como el Tri, sobre todo cuando se le sigue considerando favorito en la región, no es otro que la humillación y el ridículo.
No hay mezcla más funesta en el fútbol que cometer errores que te cuesten goles y no tener la capacidad de sobreponerte con recursos ofensivos efectivos que puedan dañar al rival.
El destino de un equipo así, sobre todo cuando se le sigue considerando favorito en la región, no es otro que la humillación y el ridículo.
La Selección Mexicana de fútbol quedó fuera de esta edición de la Copa Oro al caer derrotada contra Panamá por marcador de dos goles a uno anoche en el Estadio de los Vaqueros. Fue echada de este torneo de local, ante su gente, lo que sin duda aumenta el descrédito y la culpa.
El equipo dirigido por José Manuel de la Torre no sólo perdió el título conseguido en el 2011. No, fue derrotado por segunda ocasión consecutiva por los panameños, que los habían superado ya en el juego inaugural de esta competición, el pasado 7 de julio.
Este cuadro inobjetable, más la pésima actuación que tuvieron en la Copa Confederaciones de Brasil, más el incierto paso que el equipo sostiene en la eliminatoria mundialista, enrarecen muchísimo el aire que aún respira El Chepo de la Torre.
Anoche su equipo fue superado y nadie en su sano juicio puede argumentar lo contrario.
Dos errores groseros permitieron los goles panameños: en el primero estuvieron involucrados Joel Huiqui, Alejandro Castro (que perdieron inocentemente la pelota al intentar salir dominándola) y pudiera decirse también que el portero Jonathan Orozco, que regaló su primer poste. El segundo gol fue un regalo de Huiqui, que se durmió tras el cobro de un tiro de esquin y permitió que le anticipara de cabeza el defensor central Román Torres.
Ofensivamente, sin que pudiera presumirse nada, el Tri fue mejor a la ofensiva en el primer tiempo, cuando consiguió el empate Luis Montes, tras rematar un buen centro por izquierda de Marco Fabián.
Luego fue el triste retrato de sí mismo en esta Copa. Algo de entusiasmo, mucho apuro y la estúpida improductividad ante la meta rival de siempre.
En la segunda mitad, con el rejón mortal del segundo gol panameño, que llegó a los 60 minutos, el equipo nacional llegó ante la meta de Penedo más por vergüenza que por recursos y calidad. Obviamente así no sale a favor nada. Ni a Marco Fabián. El más dotado técnicamente del equipo, que tuvo el empate a los 78 minutos, quiso bombear la pelota y Penedo alcanzó a rasguñarla para enviarla a tiro de esquina.
Ofuscados, los mexicanos se desesperaron y los panameños le pusieron oficio, inventando lesiones. Pero nadie puede hablar de nada raro. La final de la Copa Oro de la CONCACAF enfrentará a los Estados Unidos vs Panamá el próximo domingo en Chicago. Quizá se extrañará a los mexicanos... Hablo de los aficionado, no de los que hoy componen a su representación futbolística.
Miguel Layún y su frustración por la derrota.
Miguel Layún no podía esconder la frustración de la derrota ante Panamá y que le costó a México la eliminación de la Copa Oro.
Explicaciones había muy pocas ante lo sucedido en el terreno de juego.
"Fallamos en lo que teníamos que hacer, en lo que nos pidió el Cuerpo Técnico, cada uno pensará las cosas que dejó de hacer, en lo particular, en este tipo de situaciones pienso bastante de lo que hice, de lo que dejé de hacer, de lo que pude haber hecho para tratar de sacar una conclusión y aprender, obviamente estoy molesto con la situación, conmigo por no haber logrado el objetivo y bueno, hay que darle la vuelta lo antes posible, porque mañana hay que regresar con los clubes y hacer un trabajo importante", expresó el jugador mexicano.
"A mí sí me molesta, no trato de ocultar nada porque los objetivos que teníamos eran claros"
--¿Está en crisis el Tricolor? "No sé si llamarlo crisis, desafortunadamente no se han logrado los objetivos, no se han logrado los resultados que todos quisiéramos, Confederaciones, Sub-20, hoy nosotros, creo que hay que ser realistas, no se ha obtenido lo que se propuso y bueno, como comentaba, esperemos que en las Eliminatorias se pueda revertir toda esta situación y este bachecito en el que se cayó".
Layún aceptó que un golpe como el que recibieron la noche del miércoles, en lo personal lo deja dolido, porque tenía la ilusión de llegar a la Final de la Copa Oro.
"A mí sí me molesta, no trato de ocultar nada porque los objetivos que teníamos eran claros. Los compromisos que teníamos con la gente, con el Cuerpo Técnico, eran claros y simplemente no logramos el principal, que era estar en Chicago", finalizó. (Agencias)