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Su avance es silencioso y los daños sólo se conocen cuando la enfermedad ya está en su última fase, es la cirrosis por alcoholismo, un problema de salud muy común en Yucatán.
Este padecimiento que se caracteriza por daño irreversible al hígado puede tener varias causas: hepatitis b o c, obesidad, uso de herbolaria, drogas, medicamentos y consumo de alcohol.
Al respecto, la Dra. Brenda Herrera Chi, especialista del área de gastroenterología y endoscopía del Hospital "Ignacio García Téllez" del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) dio a conocer que cinco de cada diez pacientes atendidos son casos de cirrosis complicados, ya que presentan los síntomas, como vómito de sangre, deterioro mental y retención de líquidos.
Mencionó que en Yucatán las dos causas más comunes de cirrosis son por alcoholismo y por padecimiento de hepatitis b o c.
En amable entrevista, explicó que el problema con la cirrosis es que el paciente se da cuenta de su existencia hasta que ya es muy tarde, por lo que suele diagnosticarse en su fase final cuando ya hay sangrado interno, vómito de sangre, deposiciones de color negro, tipo chapopote y retención de líquidos en el vientre que hacen que el paciente parezca embarazado.
—Estos síntomas pueden presentarse en su totalidad, en algunos casos presentarse de manera aislada, pero también hay la posibilidad de que el paciente no presente ninguno de ellos.
Dra Brenda Herrera Chi, especialista del área de gastroenterología y endoscopía del Hospital "Ignacio García Téllez" del IMSS.
Agregó que la cirrosis por alcoholismo también ocasiona deterioro mental, que puede expresarse a través de agresividad hacia la familia; y encefalopatía hepática, es decir, quedarse dormido por mucho tiempo.
Destacó que desafortunadamente 70% de los pacientes que han experimentado sangrado o evacuaciones anormales pueden presentar este mismo síntoma al año siguiente y 50% de ese 70% fallecerá.
—El problema es que los daños a la salud por la cirrosis por alcohol continúan a pesar de que el paciente ya ha sido diagnosticado porque para muchos de ellos es muy difícil dejar la bebida. Esa ya es otra enfermedad, llamada alcoholismo.
A una pregunta, dijo que la cirrosis por alcohol también está relacionada con antecedentes genéticos, ya que hay personas que pueden tomar por años y no tener problemas con su hígado.
Agregó que en el sureste hay factores que propician el consumo de alcohol, como por ejemplo el clima cálido, que "invita" a la ingesta de cerveza. Pero además, hay otros factores asociados con el padecimiento, como la obesidad.
Precisó que en el caso de la obesidad el deposito de grasa en el hígado termina inflamándolo.
—Claro que si alguien bebe a diario hasta embriagarse es muy seguro que pueda padecer cirrosis hepática.
A pesar de no tener estadísticas, comentó que la cirrosis por alcoholismo suele ser más común en hombres, aunque en Yucatán el número de las mujeres que la padece es mucho más alto que el del centro del país.
Manifestó que aunque generalmente los síntomas de la cirrosis por alcohol pueden presentarse después de los 50, también hay casos en que se presenta en jóvenes.
Señaló que el daño al hígado puede detenerse si se descubre en su fase de fibrosis, es decir, antes de volverse una cirrosis hepática.
Finalmente, indicó que un examen de sangre puede ayudar a detectar si existe algún problema en el hígado, si éste presenta plaquetas bajas o un tiempo prolongado de coagulación.
—Definitivamente, la mejor prevención contra esta enfermedad es no beber alcohol, pero si esto no puede evitarse, el hacerlo de manera ocasional y el realizarse exámenes de sangre puede ayudar a prevenir males mayores. L.I.