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La moda en este gobierno de la nueva mayoría es que muchos de sus funcionarios en tan solo tres años y meses que lleva esta administración, pasaron de ser empleados o litigantes a ser nuevos ricos o incluso hasta empresarios. Lo anterior, forma parte de una investigación desarrollada por el periodista Edwin Sánchez y de cuyo contenido, fue posible enterarnos.
Un ejemplo claro, lo constituye el flamante secretario de fomento agropecuario Alejandro Menéndez Bojórquez, que de trabajar como empleado del servicio postal y maestro de primaria, con domicilio ubicado en Hunucma, pasó a integrar el club de los nuevos ricos de Mérida. Menéndez Bojórquez según pudo averiguarse, tiene residencia en Mérida, recién terminada, aunque faltan detalles por concluir.
Dicha residencia, construida en un terreno de casi media cuadra, está ubicado en un exclusivo fraccionamiento ubicado por el rumbo de Altabrisa, llamada Privada Marsella, cuyo costo según se pudo averiguar con un vendedor ubicado a la entrada del citado desarrollo inmobiliario, oscila en alrededor de dos millones de pesos.
Los terrenos son propiedad de la constructora Promotora Residencial, del empresario Armando Palma Peniche conocido como la "gaviota", mismo que curiosamente ha incursionado en el negocio de los productos agropecuarios.
En el fraccionamiento pueden encontrarse lotes grandes de terreno, donde uno puede construir a su gusto; siempre y cuando tenga el dinero para hacerlo.
La residencia ya concluida está valuada en cinco millones de pesos, por lo que Menéndez Bojórquez se suma al club de nuevos ricos que forman varios funcionarios de este gobierno.
Recordemos que el actual legislador priista Adolfo Calderón Sabido, también se compró hace casi un año, una residencia en el exclusivo fraccionamiento Cocoyoles, ubicado en el norte de la ciudad, cuando apenas tenía dos años de ser alcalde de su natal Tixkokob, pasando de vivir en una casa de clase media y de tener un despacho austero donde fungía como asociado en la colonia pensiones, a ser del club de nuevos ricos que visten ropa de marca, compran caballos pura sangre y toman clases de equitación con destacados rejoneadores.
Este sería otro ejemplo más del cambio de vida tan radical que experimentan ciertos políticos, que pasaron de estar considerados en la clase media, a formar parte del club de nuevos ricos de la ciudad.
Junto con éstos se encuentran otros funcionarios que en los últimos meses han estrenado sendas residencias en el norte de la ciudad o han debutado como empresarios.