631 palabras
Cuatro estrellas
Con coloridos créditos iniciales de estética sesentera, Michael Winterbottom abre el telón de una película que gira en torno a la maldad y los impulsos homicidas: "El asesino dentro de mi". Protagonizada por Casey Affleck, Jessica Alba y Kate Hudson, esta cinta está basada en la novela homónima de Jim Thompson.
Es la historia de Lou Ford, un alguacil texano con cara de niño, vocecita apagada, aspecto pulcro y carácter reservado. Bajo ese aire inocente se esconde un psicópata afectado por conflictos infantiles; un hombre que busca un simple pretexto para liberar sus demonios a través de la violencia y el asesinato.
Lou tiene el encargo de un adinerado hombre de negocios, que desea que asuste y saque del pueblo a Joyce (Jessica Alba), una prostituta que se ha relacionado sentimentalmente con su hijo. En vez de cumplir con su misión, Lou inicia una relación con Joyce basada en una perversa atracción sadomasoquista.
El asesino dentro de mi explora el placer generado a través de la violencia y el dolor. Es un relato fuerte porque se centra en los aspectos más oscuros y retorcidos de la mente humana. La novela busca adentrarse en la psique de un asesino con un índice elevado de maldad y sadismo. El uso de la voz en off, sirve a Winterbottom para recrear el aspecto intimista de la novela.
El trabajo actoral de Casey Affleck es de una solidez contundente, y consigue transmitir, a través de la voz y la mirada, la trastornada visión de Lou Ford. Aunque no goza de la misma fama que su hermano Ben, Casey está demostrando —desde "El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford"— ser el actor con más tablas en la familia Affleck.
Jessica Alba ha crecido desde su desafortunada aparición en "Los 4 fantásticos", desafortunadamente la industria empieza a encasillarla en personajes sexuales. Para completar la terna protagónica, Kate Hudson, que aunque tiene menos apariciones que Alba, demuestra ser una actriz más madura.
La película peca de misógina y las mujeres son reducidas a simples objetos sumisos y sádicos, carecen de fuerza y están colocadas en la trama para complacer los instintos de Lou. No sorprende en nada que la novela haya encantado a Stanley Kubrick.
El problema de este filme es que por momentos se siente contenido. Especialmente en la forma tan timorata en que Winterbottom aborda la compleja relación entre Lou y Joyce. Este director inglés ya se había mostrado bastante desprejuiciado al mostrar escenas de sexo en su anterior película 9 orgasmos, pero aquí parece haber tenido miedo de generar escándalo. Sin embargo creo que la historia lo ameritaba ya que, en la novela, la motivación criminal del protagonista se dispara a partir de sus perversas relaciones con Joyce.
En lo que sí da rienda suelta es en la manifestación gráfica de la violencia. Particularmente en un primer asesinato, donde la cámara se regocija en un montaje sádico que no ofrece concesiones.
Lo mejor: los créditos iniciales, la soberbia actuación de Casey Affleck y la banda sonora que sabe sacar provecho del contrapunto.
Lo peor: algunos efectos especiales que rompen —en la escena final— el tono realista del filme y Winterbottom que se contiene al contar una novela perversamente oscura.