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Para ellos, la Casa de Montejo, el Pasaje Picheta y el Palacio de Gobierno han estado siempre ahí. Los han visto, pero hasta hoy, no habían visitado su interior, ni mucho menos se habían preguntado cuál era la historia detrás de ellos. Ahora las cosas han cambiado.
Son estudiantes de primaria que participan en el segundo Taller Literario Infantil "Mi Centro Histórico", organizado por el Patronato para la Preservación del Centro Histórico de Mérida, que de esta manera se enfoca al sector más joven de la población: los niños.
La presidenta de esta organización civil, Zazil Canto Ureña, dio a conocer que este segundo taller, inaugurado el pasado 8 de enero, tiene como objetivo que los niños conozcan, disfruten y valoren su centro histórico.
Agregó que este curso, con duración hasta el 2 de abril, no sólo combina actividades dentro de la Oficina de Gestión del Patronato, sino también recorridos por el centro histórico para darles a los niños, e incluso a los papás, una perspectiva diferente —que puede ser fascinante— de los sitios y edificios emblemáticos de esta importante parte de la ciudad.
Los niños del Taller Literario "Mi Centro Histórico" visitan el Pasaje Picheta para conocer la historia del edificio.
Por lo pronto, las visitas de los niños se han convertido en una verdadera convivencia familiar, en la que padres, hijos y hasta abuelos comparten historias de la Mérida antigua.
Zazil Canto manifestó que durante el recorrido realizado el sabado pasado por el Pasaje Picheta, el Palacio de Gobierno y la Casa de Montejo, los niños literalmente se convirtieron en pequeños turistas de su propio Centro Histórico.
—Para muchos fue una gran sorpresa enterarse, por ejemplo, que el Pasaje Picheta, que ocupa el edificio de la Casa del Alguacil, fue una cárcel y mucho después un cine.
Agregó que el Palacio de Gobierno, un edificio muy conocido por los yucatecos, también resultó una verdadera revelación para los niños, ya que la gran mayoría no había entrado a verlo.
Dijo que más que la arquitectura en sí, los niños disfrutaron las pinturas de Fernando Castro, fotografiándolas entusiasmados. La vista de la Catedral desde el balcón de Palacio de Gobierno también tuvo mucha demanda para los niños y los padres.
—Es increíble cómo lo cotidiano adquiere otro sentido cuando nos tomamos tiempo para conocerlo, recorrerlo y admirarlo.
El recorrido también incluyó la Casa de Montejo, en donde se ofreció una visita guiada para los niños y sus familias.
Ahi no sólo escucharon sobre la historia del edificio y de sus famosos propietarios sino también oyeron explicaciones sobre diversos artículos que aún pueden apreciarse en el interior del inmueble, como candelabros.
Los niños al salir de la visita a La Casa de Montejo. En todo momento, el grupo contó con la vigilancia de la Policía Municipal para el resguardo de su seguridad.
Zazil Canto manifestó que el Taller Literario Infantil "Mi Centro Histórico" se imparte esta vez a niños que habitan o que estudian en escuelas de esta parte o de la ciudad. Los niños que provienen de los colegios fueron propuestos por sus propios planteles.
Finalmente, recordó que la primera vez que se impartió el taller fue el año pasado, pero de una manera diferente, ya que a petición del DIF Municipal se adaptó para los menores de La Casa de los Niños, un centro en el cual hijos de locatarios de los mercados del Centro Histórico o de vendedores en la vía pública traían a sus niños para recibir, durante parte del día, educación, alimentación y otros cuidados.
La meta al concluir el curso es que los niños elaboren un libro con dibujos sobre sus impresiones al recorrer y conocer el centro histórico bajo una nueva perspectiva. L.I.