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El retorno a Yucatán de Patricio Patrón Laviada, virtual ex procurador federal de protección al ambiente, para dedicarse a las tareas partidistas, según sus propias palabras, ha causado gran conmoción en el ámbito político local.
Gústele o no a tirios y troyanos, Patricio es un referente en la política local y nacional, tanto para el panismo como para otros institutos. Patrón Laviada si bien goza públicamente del desafecto de algunos personajes de la política de nuestra entidad, es un hecho indiscutible que posee una figura que concita numerosas simpatías de la militancia, que cuenta con el reconocimiento y cariño de la base, de la gente de abajo.
Lo anterior, no es una opinión personal, es un hecho que he podido constatar en diversos sitios donde se ha presentado el casi ex funcionario federal (falta aún que le hagan buena la renuncia).
Y aunque exista cualquier cantidad de gente que se empeñe en negarlo y aunque el gobierno del estado pretenda ignorar o desestimar el acontecimiento, es un hecho que su regreso ha puesto inquietos a más de dos, por las consecuencias que inevitablemente traerá aparejadas, tanto en el ámbito mediático, como en el electoral.
¿A qué viene Patricio Patrón a Yucatán?, ¿Qué regresa a hacer abandonando las ventajas que representa una posición política en el gabinete federal? Solamente existen dos posibilidades: viene a formalizar sus aspiraciones para dirigir al Partido de Acción Nacional, contendiendo por la presidencia estatal del blanquiazul o viene a ir trazando su estrategia de campaña e integrando su equipo de colaboradores para lanzarse como candidato a la alcaldía de Mérida. No hay de otra. Solo puede ser alguna de las dos.
Si fuera la primera de las dos alternativas ya citadas, la presencia de Patricio infundiría rumbo a los destinos de Acción Nacional, exigencia evidentemente necesaria en nuestros días, pese a lo que pudieran argumentar en contrario sus malquerientes, esgrimiendo los argumentos ya de todos conocidos. Retomar su liderazgo, es una cuestión impostergable para Patrón Laviada, que se había concretado a permanecer ajeno a los sucesos acontecidos en nuestra entidad.
Un liderazgo fuerte, que proporcione rumbo definido y certeza de las acciones a emprender, es una de las exigencias de la militancia, más allá de la figura que lo encarne y en lo referente a Patricio, esto solo implica congruencia con la realidad que hoy impera.
Si se materializa el segundo caso, como quiera que sea, Acción Nacional robustece sus aspiraciones, habida cuenta de que la imagen de Patrón Laviada es ampliamente conocida y sus adversarios han salido completamente del PAN o tienen un pie fuera.
Además, al encabezar el grupo más numeroso en el partido, podrá negociar con las demás corrientes desde una posición de fuerza, que permita determinar con precisión el rumbo a seguir, si bien es necesario no perder de vista que el reparto de posiciones debe de ser equilibrado. Un PAN dividido, es víctima segura en la contienda electoral, sin importar el nivel de competencia.
Sabedores de todo esto, los adversarios y competidores de Patrón Laviada se aprestan a denostarlo y demeritarlo, haciendo circular todo género de especies, en aras de minar su capital político. De hecho, han iniciado su tarea ya, tanto en los medios electrónicos e impresos como en las redes sociales y aunque se empeñen en negarlo, la llegada del ex funcionario federal los llena de consternación.
Patricio deberá moverse con habilidad, manteniendo un núcleo de leales, pero permitiendo la incorporación de nuevos cuadros al esquema partidista. La lógica nos indica que los conocimientos adquiridos en su desempeño en las altas esferas de la actividad política nacional, le deben resultar profundamente redituables al trasladarse a los escenarios locales.
Lo que constituye una realidad irrebatible, es que el regreso de Patricio Patrón a la actividad política local, tendrá consecuencias mediáticas y electorales, tanto para su partido como para sus contrarios. Muy pronto veremos cuales son.
Dios, Patria y Libertad
Guillermo Barrera Fernández