528 palabras
Tres estrellas y media
Sara es una ciega que discute acaloradamente con alguien. El espectador no sabe si ese alguien existe o es solo la imaginación de la mujer. La muerte de Sara nos confirma que el misterioso fantasma es real y... es un asesino. Así comienza "Los ojos de Julia", el más reciente filme del director español Guillem Morales, autor también de "El habitante incierto".
La historia se centra en Julia y su búsqueda por revelar la misteriosa muerte de su gemela Sara. Julia no cree en el aparente suicidio de su hermana y se embarca en una peligrosa investigación que la pondrá en la mira del homicida. Al igual que Sara, Julia padece una enfermedad degenerativa de la vista, y las emociones fuertes agravan su condición, por tanto además de luchar contra un psicópata deberá ganarle tiempo a su ceguera.
La película está fuertemente influenciada por el giallo italiano de los años 70's, un subgénero del thriller cuyos argumentos giraban en torno a asesinos ocultos. Emulando su estructura de trama compleja, giros inesperados, secretos y traiciones. Siguiendo la estela de éxito que dejó "El orfanato", el filme es protagonizado por Belén Rueda, acompañada por un grupo de buenos actores españoles.
El gran triunfo de "Los ojos de Julia" es la manera en que Morales desarrolla formalmente la relación entre lo visible, lo intangible, lo difuso y lo sugerido. El hecho que el espectador adopte el punto de vista de Julia sirve para jugar emocionalmente con filtros y encuadres. Los elementos reveladores de la acción son dejados fuera de cuadro para incrementar la tensión y la intriga. Personajes a los que no podemos verles el rostro, otros que se evaporan como sombras en la noche y unos más que no son lo que parecen.
Producida por Guillermo del Toro, la cinta explora el suspenso desde el enfoque de una persona con problemas de visión. El director es efectivo a la hora de crear una atmósfera oscura y difusa, incluso en exteriores. Retomando la idea de "El habitante incierto" donde la
presencia amenazante no se ve, se intuye.
Los problemas surgen casi al inicio del segundo acto, cuando Guillem Morales se empeña complacer con explicaciones y, al mismo tiempo, asombrar con giros inesperados. Al final, la trama se le termina saliendo de las manos. Literalmente, "Los ojos de Julia" es una película que, de tanto dar vueltas, termina perdiendo la vista.
Lo mejor: Guillem Morales demuestra talento para generar atmósferas, la manera en que resuelve formalmente la ceguera de la protagonista, y sus encuadres inteligentes y sugestivos.
Lo peor: se pierde entre complejidades e intentos aclaratorios, demostrando que el guión necesitaba trabajarse más.