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Experto en el manejo de ganado bovino, ovino y caprino, el MVZ José Ramón Glory Morales sostiene que es factible una cuenca lechera, dotando de suficientes cabras a familias que viven en la otrora zona henequenera de Yucatán.
Basa su argumento en cifras: Si cada familia tuviera en su traspatio un promedio de diez cabras, cada animal produce al día tres litros de leche y cada litro se cotiza en $15, esa familia tendría garantizado un ingreso mínimo de $450 diarios.
Por supuesto, en ese ejemplo hablamos de una producción conservadora porque en clima templado las cabras producen hasta cinco litros de leche al día. Y debemos tomar en cuenta que la excreta de las chiva se vende como oro, porque es el mejor de los abonos para la agricultura, indicó.
El especialista sostuvo que esa cuenca lechera tendría garantizado el éxito porque hay muchos hoteles y restaurantes de la península que demandan derivados de la leche de cabra, en especial quesos y dulces, pero la producción local es mìnima y no cubre ni la mínima parte de ese mercado.
El MVZ Glory Morales invitó al presidente de la Fundación Produce Yucatán, A.C., Pedro Cabrera Quijano, al rancho El Cortijo, ubicado en el kilómetro 55 de la carretera Hopelchén-Mérida, en el vecino estado de Campeche.
En este rancho se constata la bondad de la caprinocultura en la región. Es un proyecto que impulsa desde hace varios años la agricultura y la ganadería. En el caso de la caprinocultura, se está en la búsqueda de una raza de cabra mestiza que combine la resistencia de las cabras locales con la elevada producción lechera de la raza Sanem.
Produce Yucatán aprovecha esa experiencia en la integración de un proyecto de transferencia tecnológica, cuyo objetivo es dotar en forma gratuita asesoría y asistencia técnica a familias de comisarías de Mérida que estén interesadas en beneficiarse con la crianza de cabras en el traspatio.
Se escogieron las comisarías meridanas para empezar ese plan piloto por su cercanía con los centros de estudio e investigación, pero se busca que más adelante el proyecto de las cabras rebase las fronteras de la capital yucateca y se establezca como una opción socioeconómica y de alimentación en comunidades marginadas, con un esquema similar al que se aplica en el programa de multiplicación de granjas de traspatio de cerdo pelón.
Durante la visita a Hopelchén, Cabrera Quijano sostuvo que la crianza de cabras es una alternativa para combatir la desnutrición infantil y para promover la actividad productiva en las zonas rurales con altos índices de marginación.
Recordó que en la reciente edición de la Feria de Xmatkuil, la granja Interactiva contó con diez cabras mediante los cuales miles de visitantes, en especial los niños, se familiarizaron con su manejo, participaron en concursos de ordeña y en cursos teórico-prácticos sobre la elaboración de quesos y dulces a base de esa leche.
Además, la propuesta de crianza de cabras se enlaza con el nuevo modelo de ganadería que impulsa a nivel nacional la SAGARPA, en coordinación con la Fundación Produce Michoacán, ya que esos animales obtienen en el pastoreo de huaxim el mejor alimento para producir queso de alta calidad.
La leche de cabra tiene proteínas similares al de la vaca pero su nivel nutricional es más elevado. Está comprobado que quienes no toleran la leche materna, de fórmula o de vaca sí pueden consumir, sin problema alguno, la de cabra porque no causa alergias. Por eso se escogió como una solución de fondo al problema de la desnutrición infantil en Yucatán.
Al respecto, el presidente de la Asociación Ganadera de Sucilá, Wilmer Monforte Marfil, indicó que las cabras, consideradas en Europa como las vacas de los pobres, están ahí, deambulando sin que nadie las vea, en muchos traspatios yucatecos, están en espera que alguien descubra su verdadero potencial: son una excelente propuesta para atacar de fondo la desnutrición infantil, porque su leche tiene alto valor nutritivo.
Los investigadores de la Facultad de Veterinaria de la Uady, añadió, desarrollaron desde hace más de un lustro estudios que comprueban que Yucatán tiene todo para ser una potencia para la crianza de cabras pero nadie se ha preocupado por impulsar esa ganadería.
Propietario de una fábrica de quesos y dulces, elaborados con leche de cabra, Monforte Marfil explicó que a nivel mundial la producción lechera de las chivas se destina en un altísimo porcentaje al consumo directo familiar. Sólo un pequeño índice tiene como meta los centros de industrialización y comercialización.
-Las investigaciones científicas comprueban que sería un éxito rotundo considerar a las cabras como una alternativa de combate a la desnutrición infantil en Yucatán. Las familias de la zona rural tienen todo para desarrollar un programa social, que tenga la crianza de las cabras como eje. Es una ganadería que no necesita una inversión inicial elevada; son animales de talla pequeña y, por ende, de fácil manejo, ¡los pueden manejar niños y mujeres!; pueden vivir en espacios reducidos, como los traspatios; son herbívoros y consumen los vegetales que otros tipos de ganadería no, además que la vegetación local, rica en leguminosas como el huaxim y el jabín, permite una alimentación de bajísimo costo para las chivas -finalizó.