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El viernes, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, en una conversación telefónica con su colega venezolano Hugo Chávez, le ofreció la estructura médica de su país para tratarse del cáncer que lo aqueja.
Dilma Rousseff, presidenta de Brasil, en enero de este año, con Hugo Chávez, su colega venezolano.
La llamada la hizo Chávez a la Mandataria brasileña para agradecerle el mensaje de solidaridad que ella le había enviado. Dilma sufrió un cáncer linfático (meses antes de las elecciones) del que, según los médicos, quedó curada. Se considera posible que Chávez haya confiado a Dilma, a quien llama "mi gran amiga", el tipo de cáncer que padece, por ahora un secreto de estado. Aunque según expertos médicos, el dirigente padecería un cáncer de colón.
Ya antes de la conversación con Chávez, Rousseff le había ofrecido al mandatario oficialmente la posibilidad de tratar su cáncer en el hospital Sirio Libanés de São Paulo, el mismo en el que ella fue tratada. Lo hizo a través del ministro de Asuntos Exteriores de Brasil, Antonio Patriota, que comunicó al Gobierno de Caracas el ofrecimiento de la presidenta.
Este viernes, Chávez, por primera vez, ante la insistencia de Rousseff, le comunicó que "va a estudiar la posibilidad" de tratarse en Brasil y que se lo comunicará cuando haya tomado la decisión.
También Lula había ofrecido al presidente de Paraguay Fernando Lugo, el hospital de Sâo Paulo donde había sido operada su predecesora y actual presidenta, para hacer quimioterapia. Lugo viajó a Brasil y fue examinado por un equipo de médicos.
La medicina en Brasil está considerada como una de las más modernas del mundo y concretamente en la cura del cáncer, donde operan grandes cirujanos de fama internacional. El hospital Sirio Libanés de Sâo Paulo está considerado también como uno de los mejores de América Latina.