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Por Francisco Javier Combaluzier Trava
Los recientes eventos (el 4 de julio de 2011) de cobarde represión, evidentemente patrocinada desde los órdenes de gobierno municipal y estatal, en mi muy amada ciudad natal de Mérida, Yucatán, han revivido en mi mente la pregunta central que el profesor Hans-Hermann Hoppe pretende clarificar en su controvertido libro "Democracy: The god that failed" (Democracia: el dios que falló): ¿Por qué los malos gobiernan?
Este libro de Hoppe, pretende analizar exhaustivamente (para mí lo hace) los grandes errores de la democracia como forma de organización en general, las externalidades nocivas y sus incentivos perversos en su aplicación. Es un libro controvertido porque sus conclusiones van en contra de la manera en que nos han educado, va en contra de los criterios generales establecidos y del clima y de los criterios intelectuales que nos han impuesto.
Para ponerle un ejemplo de lo controversial que es, postula que inclusive la monarquía es un sistema de organización del estado menos nocivo para los individuos que la democracia, pues en la primera un "dueño del país" que va a heredar a sus descendientes esta "propiedad" siempre tendrá mejores incentivos para cuidarla y aún para fomentarla y mejorarla, que un "arrendatario temporal" (que eso son los gobernantes elegidos democráticamente) que básicamente solo tiene motivos para aprovecharse de su posición lo más posible, mientras dura su encargo. El monarca tiene un incentivo a largo plazo para mantener el valor capital del país (de su país), contrario al del gobernante temporal que por el contrario tiene todos los incentivos para saquear la riqueza de los ciudadanos productivos tan pronto y tan rápido como le sea posible...
No es mi intención hacer una reseña o un análisis de la obra de Hoppe, pero dígame usted, si no es lo que actualmente está ocurriendo con los gobiernos estatal y municipal de Mérida, Yucatán.
Los PRIistas que actualmente están a cargo de dichos gobiernos, gente acostumbrada a producir nada, en su vida imaginaron manejar los presupuestos a los que hoy tiene acceso, y con la discrecionalidad con que pueden hacerlo y con la total impunidad que les otorgó el "pueblo" yucateco, cuando democráticamente voto por ellos. En su vida imaginaron tener los jugosos sueldos con que hoy se despachan y consientes de su falta de aptitudes y de su improductividad, saben que nunca más los tendrán en el caso que el voluble "pueblo" les restrinja su confianza en las próximas elecciones (cosa probable después de este descomunal error, que lo fue esta grosera represión).
La prensa local no afín o no cooptada por el gobierno (llámele libre o antigobiernista, da lo mismo, cada quien lo ve según el cristal con que lo mira) sistemáticamente ha publicado pruebas razonablemente documentadas de la rampante corrupción, del derroche y el latrocinio descarado al erario que perpetran los des-gobiernos PRIistas de Mérida y de Yucatán. Por supuesto las instancias gubernamentales que debieran corregir, perseguir y castigar dichos desvíos son parte de estos gobiernos ladrones y por supuesto las denuncias ciudadanas "duermen el sueño de los justos".
Estos funcionarios tienen todos los incentivos para depredar el erario público, al grito de "después de mi el diluvio...", pues además de sentirse protegidos por un corrupto sistema "legal" donde son juez y parte, conocen que esta "oportunidad" temporal de "parasitar" a la ciudadanía pudiese no volver repetirse.
Son parte de las externalidades negativas de la "vanagloriada" democracia...
Pero no se confunda amable lector, no estoy proponiendo la instauración de una monarquía (mucho menos a la "ñora de Dzemul" como S.G.M. o su "alteza serenísima"), o la abolición completa de la democracia, le estoy invitando a reflexionar sobre un aparato estatal, más pequeño, menos peligroso, mas delimitado y más eficiente. Le estoy hablando de una Minarquía, de un estado mínimo dedicado únicamente, y nada más que, a proteger la vida y el patrimonio de los ciudadanos, aun cuando esto lo trataré en posteriores escritos, más adelante, de seguir contando con su amable atención.
Ahora quiero abundar respecto al "otro bando", en esta controversia, en este conflicto del "paso reprimido".
Los des-gobernantes, en su afán de "defender lo indefendible", de justificar su criminal error, han pretendido "partidizar" el conflicto, exponiendo de manera propagandística, sobre todo en sus medios afines y serviles, la especie de que todo se reduce a una provocación "PANista" que de manera espontánea fue atendida por "el pueblo bueno y noble" pero "bravo cuando se le provoca".
Esto no es más que una variante de la "falacia del hombre de paja" que consiste en atribuirle al adversario dichos o hechos que jamás ocurrieron, para seguidamente atacarlo o descalificarlo en base a esos supuestos dichos y hechos falsos.
Me causa escozor por esto, las declaraciones públicas de los agredidos en el "paso reprimido" en los cuales se declaran "ciudadanos libres y soberanos", haciéndole el juego a la falacia de las déspotas, y como si los ciudadanos PANistas fueran una especie de "esclavos de quien sabe qué extraño culto o que extraño amo", y fueran incapaces de asumirse como lo que también son: CIUDADANOS LIBRES Y SOBERANOS (hasta donde el estado nos permite a todos).
El ser PANista, PRDista, libertario, católico o musulmán, "marxista-
onanista", "machote"o "gay", feminista o femenina, y muchos más etcéteras, NO PUEDE SER EL MOTIVO PARA SER DESCALIFICADO, AGREDIDO Y REPRIMIDO y hacerte NO MERECEDOR DE LA MAS ELEMENTAL JUSTICIA.
Esa actitud "mustia" (en su acepción de hipócrita) de tener que revelar públicamente "lo que no soy", para supuestamente obtener "calidad" en mi opinión, ante las descalificaciones de los déspotas, no es más que seguirles haciendo el juego.
Va esta lección que hoy nos da la vida para aquellos que son "tan inmaculados" que no gustan de involucrarse en la "sucia política" ni aun cuando tienen la obligación de hacerlo. Cuando no votas, otros elegirán por ti...
¿Quiénes?
Vamos a ver quienes lo hicieron en las últimas y recientes elecciones en el Estado de México:
Según un estudio del CIDAC, en base a encuestas de salida el día de la elección, http://www.cidac.org/esp/uploads/1/infor_seg_ed-01.pdf que nos muestra quiénes votaron preferentemente por cada partido en ese estado se pueden resumir los siguientes perfiles:
Votaron preferentemente por el PAN, jóvenes de 18 a 25 años universitarios con ingresos familiares mayores a $ 9000 pesos mensuales;
Por el PRI y sus satélites, mujeres de 25 a 35 años con bajos ingresos familiares (de $ 601 a $1,200 pesos mensuales) y bajos niveles escolares (nada y primaria);
Y por el PRD y sus satélites, hombres mayores a 66 años.
O sea los jóvenes más preparados votaron por el PAN, las mujeres más ignorantes y necesitadas (y por lo tanto más sensibles a la coerción y a la compra de su voto) por el PRI, y los hombres de pensamiento mas caduco (nostálgicos tal vez del "Tata Lázaro") por el PRD.
Los jóvenes tienen un reto muy grande, mayúsculo, para que no les roben el país los mas ignorantes y los mas caducos, y los "ciudadanos bien intencionados", esos a los que "no les gusta la política" y que se abstienen de votar hasta "por el menos peor" (que enunciado más arrogante es este), tienen el deber de apoyarlos. No hacerlo ya vimos que resultado tiene...
O ¿Le damos la razón a Hoppe y nos resignamos a que nos gobiernen los más malos?