Ayer presentaron en Roma las partes de una gigantesca estatua de mármol del emperador romano Cayo Julio César Augusto Germánico, más conocido como Calígula (12-41 d.C.).

La estatua, de 2.5 metros de altura, fue localizada en enero en Ostia, cerca de Roma, cuando estaba a punto de ser cargada en un contenedor para ser transportada al extranjero.

La pieza, que se encuentra fragmentada en varias piezas, provenía de una excavación ilegal en el municipio de Nemi, donde no se tenía constancia del paso de Calígula, informó el Ministerio de Cultura italiano en un comunicado.

Tras ser restaurada, pasará a ser expuesta en un museo de Nemi. La obra muestra a quien fuera emperador de Roma desde el 37 al 41 d.C. sentado en un trono al estilo Zeus y luce en el pie izquierdo el típico calzado de los legionarios, la «caliga», que había utilizado desde la infancia, lo que le valió el apelativo por el que pasó a la Historia.

Los presuntos responsables de la excavación ilegal han sido ya puestos a disposición judicial. El descubrimiento de la estatua ha permitido a las autoridades italianas llevar a cabo una excavación en la misma zona donde fue encontrada, lo que les ha llevado a descubrir los restos de un complejo termal de la época imperial romana y unas 250 piezas de interés histórico.