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Han sido 72 días de amor. Ni más ni menos. Con eso le ha bastado a Kim Kardashian para casarse, vender su boda y separarse. La celebridad estadounidense ha dado a conocer que ha interpuesto una demanda de divorcio contra su actual marido, el jugador de baloncesto Kris Humphries, tal y como recoge la revista People. "Sí, @kimkardashian [citando el perfil de Twitter] ha puesto una demanda de divorcio esta mañana", ha explicado en la red social Ryan Seacrest, el productor de su programa de telerrealidad.
Kardashian y Humphries contrajeron matrimonio el pasado 20 de agosto en una deslumbrante celebración en California. No escatimaron en gastos: 440 invitados, entre los que se contaban Lindsay Lohan o Eva Longoria, espectaculares anillos de compromiso y varios vestidos de la diseñadora Vera Wang para la novia y sus hermanas. Pero todo rápidamente amortizado gracias a las diversas exclusivas que protagonizó -tanto en revistas como en televisión, donde se emitió un programa especial en dos partes con los mejores momentos del enlace- y con las que recuperó la inversión.
Para su divorcio tampoco ha perdido el tiempo. Apenas un par de horas después de que se conociera su separación, ya ha hecho unas declaraciones que recoge People, su publicación de cabecera, esgrimiendo "diferencias irreconciliables". "Espero que todo el mundo entienda que no ha sido una decisión fácil", ha afirmado en un comunicado a E!, la cadena de televisión que emite su programa. "Habría deseado que este matrimonio fuera para siempre, pero ciertas cosas a veces no salen como hubieras planeado. Seguimos siendo amigos y nos deseamos lo mejor el uno al otro".
Kim Kardashian hoy, en el aeropuerto LAX de Los Ángeles, ya sin el anillo de boda.
Los Kardashian se han hecho muy populares en Estados Unidos por participar en diversos realities de televisión que retratan su vida familiar. Las millonarias Kim, de 30 años y la más popular, Kourtney, de 32, y Khloe, de 27, son las hijas del fallecido Robert Kardashian, que fue abogado de O. J. Simpson y Kris Jenner. A la saga familiar se le ha sumado el segundo marido de su madre y dos hermanastras, Kendall y Kylie. Todos protagonizan el programa de telerrealidad Keeping up with the Kardashians, que atrae a millones de personas en la televisión estadounidense.
Kim, famosa principalmente por su asistencia a fiestas de otros famosos y por algún que otro escándalo, y el jugador de los Nets de Nueva Jersey vieron su relación en peligro casi desde el primer día. Los rumores de separación no tardaron en llegar. Desde muy pronto la joven aseguró que su matrimonio no era "ideal". "Estamos recién casados y queremos privacidad", se lamentaba ante la revista People hace pocos días. Este fin de semana se la ha podido ver disfrazada en una fiesta de Halloween a la que acudió sin su todavía marido. Ahora queda por delante el proceso de separación, del que, muy probablemente, pronto podrá verse alguna cara exclusiva.
El sitio X17online.com indica que una de las posibles causas de la ruptura fueron las recientes imágenes en las que Humphries fue captado coqueteando con una chica en Miami.
Sin embargo, el sitio radaronline.com ofrece una versión de un amigo de Kris, jugador de basquetbol, que indica un panorama muy distinto en la relación.
Al parecer, la pareja tenía problemas por el "insaciable ego" de Kardashian y su adicción a la fama.
"Es totalmente insegura y adicta a la fama. Todo es acerca de ella y su carrera, nunca acerca de nosotros (es decir, en el sentido de Kim y Kris). No quiso cambiar su apellido, no le gusta Minnesota, no está lista para tener hijos", señaló la fuente cercana al basquetbolista para quien la pareja nunca debió casarse.
"Básicamente él tenía que hacer todo lo que ella quería, desde filmar el show hasta qué hacer los fines de semana", añadió la misma persona.
La fuente citada por Radar afirma que la boda fue show para la televisión, porque invitaron a gente que ni siquiera conocían y además considera que lo del divorcio estuvo planeado por Kim, pues lo solicitó justo un día antes de que su mamá lance a la venta un libro.
Ahora, el conflicto ha vuelto a tomar fuerza y ya se conoce incluso el nombre de la abogada que ha contratado Kardashian para encargarse de todo el proceso legal. Se trata de Laura Wasser, la misma que ha representado a otras caras conocidas como Angelina Jolie, Ryan Reynolds y la ex mujer del actor Mel Gibson. Además, fue noticia hace unos meses por ser la elegida de Maria Shriver, la ex primera dama de California.
Nada hacía presagiar una ruptura rápida después de una de las bodas más caras y publicitadas de los últimos tiempos. En total, se cree que invirtieron 10 millones de dólares en la ceremonia, celebrada en una mansión privada de Montecito, un pueblo cerca de Santa Bárbara, pero se sospecha que la Kardashian planeó todo para salir ganando en publicidad y venta de exclusivas.
Kim y Kris Humpries el día de la boda.
En la fiesta nupcial estuvieron Lindsay Lohan, Eva Longoria, Venus y Serena Williams, Avril Lavigne y Demi Lovato, que pudieron disfrutar de los montajes extravagantes junto al altar, decorados con cristales de Swaroski, y el menú del muy conocido chef Wolfgang Puck, entre otros lujos.
También se supo que el pastel de bodas, diseñado por la firma Hansen de Los Ángeles, superaba el 1.70 de altura y costó más de 20,000 dólares. Un dispendio que ahora quedará en mera anécdota.