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Usted está discutiendo acaloradamente con alguien. Justo cuando le va a explicar lo más importante, se dice a sí mismo: "Estoy soñando". Sin embargo, no se despierta, continúa su disputa, consciente de que no se encuentra en un plano real. Esto es lo que los expertos reconocen como sueño lúcido, un estado que a veces ocurre espontáneamente y otras de forma inducida. Los investigadores lo utilizan mucho para estudiar el funcionamiento del cerebro hasta el punto, incluso, de poder averiguar el contenido de sus sueños.
Como explica Celso Arango, director científico del Cibersam, Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental de España, "el sueño tiene dos fases: no REM y REM. Sólo en esta última se producen las ensoñaciones. A través de técnicas de neuroimagen podemos saber en qué momento se encuentra una persona, es decir, si está o no soñando, pero no podemos saber lo que está pasando".
Los movimientos que soñamos activan las mismas áreas de la corteza cerebral que los movimientos reales. El cuadro es 'Cauchemar', de Louis Janmot: -Acá te traigo el amor- dijo Cauchemar (pesadilla). -¡Noooooooooooooooooo!- fue la respuesta dada a un paso del abismo, corriendo directamente hacia el abismo.
Un grupo de científicos del Instituto de Psiquiatría de Max Planck (Munich, Alemania) ha logrado acercarse a las vivencias nocturnas de los participantes de su estudio. Después de inducir el sueño lúcido en varios individuos, observaron su actividad cerebral mediante resonancia magnética funcional. Les pidieron que soñaran con diversos escenarios. En uno de ellos tenían que mover los dedos de la mano derecha e izquierda. Así es como se dieron cuenta de que se activaban las mismas áreas cerebrales (en este caso, las motoras) tanto en 'estado de ficción' como en la realidad. Es decir, no es necesario que la persona mueva los dedos para que se active la zona del cerebro implicada.
"Comprobamos que existe una correlación entre el tipo de sueño y las partes que se activaban del cerebro", afirman los autores en su artículo, publicado en 'Current Biology', una revista editada por Cell Press. Como las áreas del cerebro están relacionadas con distintas actividades, en función de las que se activen, se podrá conocer más del sueño, pero sólo 'grosso modo'.
Por ejemplo, señala el especialista español, "cuando se trata de la zona motora, el individuo puede estar realizando numerosas actividades, desde correr hasta tirarse en paracaídas". Si el área que se registra en la resonancia es la "sensorial, entonces el contenido de la ensoñación es afectivo. Si la persona en su sueño está pensando, será la zona prefrontal la que muestre actividad".
Como recuerdan los científicos del estudio, el sueño lúcido es una buena herramienta para explorar la conciencia y, de momento, "nos está ayudando a entender mejor el funcionamiento cerebral cuando estamos dormidos". Pero también se utiliza en otros estudios relacionados con la esquizofrenia, en el que participa el doctor Arango.
"Hemos visto que las áreas del cerebro que se activan cuando el paciente tiene una alucinación auditiva [oye voces] son las mismas que cuando alguien le habla al oído", apunta el científico español, que también es psiquiatra en el Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid.
Además de utilizarse en investigación, los sueños lúcidos pueden ser una herramienta en la consulta, equiparable a la hipnosis, por ejemplo, para intentar evitar sueños que son muy traumáticos.