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Mohammed tenía 14 años y lo sacaron de la escuela para participar en una manifestación a favor del presidente de Siria. Pero no quiso concurrir y pidió permiso para ir a casa. "Asegúrense de que muera", fue su sentencia.
Mohammed Abdul Salam Al Mlaessa fue asesinado en Deir ez Zor (Este del país) por no querer participar en una marcha a favor del presidente Bashar al-Assad. Delante de sus compañeros, preguntó si podía irse a su casa y, frente a ellos, recibió el primer disparo en el pecho.
De Mohammed existe esta foto, la cual ha podido hacer su muerte conocida, pero tantos otros casos como el suyo se pierden. El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos quiso rescatar lo que le sucedió el domingo a un grupo de estudiantes, que también se negaron en Hama a participar en una manifestación a favor de al-Assad. Cinco fueron asesinados.
El joven cayó al suelo, pero las fuerzas de seguridad de al-Assad no consideraron su trabajo terminado. Lo golpearon hasta cansarse y después le volvieron a disparar en el costado. "Asegúrense de que muera", fue la orden del comandante de las fuerzas. Así lo refirió el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, una ONG con sede en Londres que se nutre de testimonios de lo que ocurre en el país.
Mohammed, estudiante modelo, asistía a un instituto de excelencia. Su funeral se ha convertido en un nuevo levantamiento: más de 45 mil personas, según el Observatorio. Para dispersar a la gente, los policías utilizaron garrotes eléctricos que provocan parálisis temporal, explicó Mousab Azzawi, responsable de la organización. "Tras las exequias, surgió una marcha espontánea que convocó a 8 mil jóvenes en la que ahora se llama Plaza Libertad".
Más de 3500 en todo el país, según Naciones Unidas, son las víctimas mortales que ha dejado el régimen del presidente de Siria, Bashar al-Assad, desde que comenzaron las protestas el pasado 15 de marzo.
A la concentración, los agentes respondieron con más disparos. Dos personas más fueron asesinadas, pero en todo el país ese día murieron al menos 30; la mayor parte, en Homs (Oeste), la ciudad que se ha convertido en el bastión al que acuden los que han desertado del régimen de al-Assad.
En otras ciudades también hay masacres: Hama (Oeste), Deraa (Suroeste), Idleb (Noroeste). El lunes murieron 40 personas más, ejecutadas por los militares cerca de la frontera con Jordania.