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Monseñor Pedro Agustín Rivera Díaz, rector del templo expiatorio a Cristo Rey, antigua basílica de Guadalupe, mencionó que contrariamente a lo que muchas personas aseveran hoy día, la fe no obscurece la razón, sino antes bien, la ilumina y hay varios testimonios que ejemplifican lo anterior.
I.- ENSEÑANZA BREVE: Comentó que el poeta, el pintor, el novelista y otros artistas más son altamente apreciados porque nos permiten ver las cosas de manera distinta y bella. En lo personal no deja de extrañarme, indicó que no exista un aprecio similar o aún mayor para el hombre creyente. Destacó que en una ocasión le cuestionaron sobre su fe y el rigor científico que debería seguir en sus estudios en la Facultad de Química de la Universidad Nacional autónoma de México. Comentó que su fe, no empobrecía ni sus conocimientos ni su inteligencia, sino que al contrario, los exaltaba, porque le daba la oportunidad de contemplar las cosas desde un punto de vista más, incluso diferente a los que decían no tener fe y que consideraba absurdo que se le pidiera que en lugar de aplicar todas sus cualidades y habilidades, se le pidiera que las restringiera. Agregó que la fe no obscurece la razón, al contario la ilumina y la guía hacia la verdad. La fe, además, nos ayuda a reconocer la belleza trascendente que existe en cada creatura, en especial en el hombre, donde podemos descubrir con mayor facilidad el rostro de Dios, dado que Dios mismo, tomó nuestra naturaleza humana en Jesucristo.
Añadió que Jesús preguntaba: cuando venga el Hijo del hombre, ¿creen que encontrará esta fe en la tierra? En lo personal consideró que sí, ¿de cuántos? Es difícil saberlo, comentó pero por eso dijo trabajar para que sean muchos los que tengan fe y amando a Dios se esfuercen por hacer este mundo mejor viviendo en libertad y compartiendo la verdad. Añadió que estaba seguro que algunos de los que hoy tienen fe, son los que leerán estas líneas y también estar seguro que ellos también están trabajando para que cada vez sean más los que tengan una fe bien formada y tengan un ansia misionera para compartirla.
Por otro lado, destacó, como un dato que debemos reconocer, que la coerción de la fe, incluso a nivel mundial se dirige principalmente contra la fe de los católicos y esto no ha de extrañar, pues, aún entre otras denominaciones cristianas, los católicos somos los únicos que contamos con todo un aparato crítico desarrollado a lo largo de los siglos que hace a la Iglesia, experta en humanidad. La realidad de Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre hace que la teología sea un faro que ilumina la antropología y hace de la antropología un camino para llegar a Dios. El humanismo de la Iglesia ha sido expresado en diversos foros y ha quedado plasmado en diversos documentos, en particular, a través del Compendio de Doctrina Social de la Iglesia Católica, documento que no debería de faltar en ningún hogar católico, lo mismo que el Catecismo de la Iglesia y sobre todo la Biblia, que de una u otra forma diariamente debería ser leída, meditada y comentada, agregó.
II.- VER - JUZGAR -ACTUAR
VER: Subrayó que en varios ambientes políticos, económicos, educativos y de medios de comunicación social, entre otros, se pretenden tomar decisiones al margen de la fe en Dios. Esto en aras de un supuesto rigor científico. De hecho, no solo si un obispo o un sacerdote habla de política, sino también cuando cualquier ciudadano creyente pretende tocar esos temas, no faltan inmediatamente descalificaciones a sus opiniones y el rechazo a sus ideas por ser persona de fe. Argumentos similares son aducidos por grupos abortistas, que incluso negando el dato científico, que demuestra que el momento en que inicia la vida del ser humano es el de la concepción; señalan que esto no tiene fundamento, porque tratarse de un argumento religioso. Ciertamente agregó, estas acciones y argumentos son violatorios, no solo del derecho fundamental de la vida, sino también de los derechos de libertad de expresión y de religión. Estos hechos además de discriminatorios son irracionales porque niegan los datos que la ciencia arroja, manifiestan su ideología relativista que rechaza todo argumento, aún científico, que sea contrario a sus intereses y mentiras, reflexionó.
JUZGAR: Reiteró que ante estas y otras situaciones, en su opinión, lo más grave, no es que se pretendan coartar los derechos de libertad religiosa y de expresión, sino que alguien ignore que no sepa que tiene esos derechos, o no los quiera ejercer o tenga miedo de expresar sus argumentos, incluso científicos, por miedo a ser rechazado por su fe.
ACTUAR: Mencionó que reconociendo el llamado que Dios hace para que dé testimonio de mi fe y la importancia que está acción tiene para el bien de mis hermanos, actuales y futuros, compartiría su alegría por ser católico y también se esforzaría por conocer más las enseñanzas transmitidas por la Iglesia, profundizándolas en el estudio de la Biblia, del Catecismo de la Iglesia y del Compendio de su Doctrina Social. Indicó que quizá lo primero que habría que hacer es comprar un ejemplar de cada uno de estos tres documentos, básicos para la biblioteca de quien quisiera ser cada vez mejor católico y que en caso de no saber donde adquirirlos, lo mejor es consultar al titular de cada parroquia, que sin duda podrá proporcionar debidamente la información, finalizó.