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El doctor José Luis Salinas Gallegos, ameritado oftalmólogo del estado de Jalisco, en amable entrevista, nos dió a conocer los problemas que acarrea la degeneración macular, que es un problema relacionado con la edad y la mejor manera de prevenirla, a través de hábitos de vida saludable.
La degeneración macular asociada a la edad es una enfermedad que afecta a la visión central y es una causa frecuente de pérdida de visión en personas mayores de 60 años. Hoy en día es la primera causa de ceguera legal (por la reducción del campo visual y la cantidad de visión que se pierde) en los mayores de 55 años en los países desarrollados. Como sólo se ve afectado el centro de la visión no siempre se acude al especialista, pero la enfermedad puede limitar mucho las actividades de la vida diaria, impidiendo realizar aquellas que requieran una visión fina central, como leer, conducir, entre otras cosas.
La mácula es una pequeña área en el centro de la retina que se utiliza para mirar las cosas con más detalle. Es la zona de la retina que se utiliza para leer y en ella se enfocan los objetos a los que miramos para verlos con todos sus detalles y distinguir sus colores, sobre todo en condiciones de buena iluminación. El resto de la retina es responsable de la visión nocturna y la visión periférica.
La alteración básica en estas degeneraciones parece estar en el conjunto formado por la coriocapilar, la membrana de Bruch y el epitelio pigmentado de la retina. Estas son las formaciones encargadas de regular el paso de nutrientes hacia la retina y de retirar los productos de desecho que ésta produce. Cuando se altera esta membrana se produce falta de oxígeno y nutrientes en la retina, que puede:
Conducir a la muerte del tejido: Degeneración Macular Seca, que afecta al 90 por ciento de los pacientes. Frecuentemente se da en un solo ojo al principio. Afecta aproximadamente al 30 por ciento de la población mayor de 60 años
Producir un crecimiento de vasos sanguíneos anormales que destruyen las estructuras: Degeneración Macular Húmeda. Puede conducir a una pérdida de la visión central en un periodo de tiempo corto.
Además de la edad, existen otros factores de riesgo: como fumar, historia familiar (que lo haya padecido alguno de los ascendientes) y tener niveles elevados de colesterol.
La epidemiología es el estudio de la distribución y las determinantes de la frecuencia de enfermedad en el hombre.
Se estima que esta enfermedad afecta a un 6,4 por ciento de las personas entre 60 y 75 años y hasta un 20 por ciento de las personas mayores de 75 años. Se considera la causa más frecuente de mala visión en nuestro medio. Algunos estudios demuestran mayor riesgo en mujeres.
Como la retina periférica se encuentra bien conservada, no conduce a la ceguera total y con ayudas de baja visión adecuadas la mayoría de los pacientes pueden incluso volver a leer. No se asocia con ningún tipo de molestia ocular o dolor.
Los síntomas que nos podemos encontrar son:
Parte central de la visión borrosa.- Las líneas rectas pueden aparecer torcidas, inclinadas o desaparecer en algún punto. No se calibran correctamente las distancias y las alturas, por lo que hay problemas para bajar escaleras y cosas por el estilo, cada vez se hace necesaria una mayor iluminación, se puede ser más sensible a las luces intensas o ver luces inexistentes. Cuando la enfermedad está avanzada se aprecia un parche negro en el centro del campo visual.
Es importante acudir al especialista en la mayor brevedad posible en cuanto aprecie alguno de los síntomas comentados. El oftalmólogo deberá realizar una historia clínica y exploración completa.
La exploración incluye:
Prueba de agudeza visual.
Dilatación de la pupila. Permite observar la retina y explorar signos de Degeneración Macular.
Uno de los signos tempranos de la enfermedad es la presencia de las manchas de Drusen (drusas), que son depósitos diminutos amarillos en la retina. No es indicativo de enfermedad pero nos pone en alerta de que puede desarrollarse una Degeneración Macular de grado severo.
Rejilla Amsler: es parecido a un tablero de ajedrez y tiene que fijar la vista en un punto negro del centro de la rejilla; las líneas rectas se ven onduladas.
Si existe sospecha de una forma húmeda de la enfermedad le realizará una Angiografía Fluoresceínica en la que se inyecta un colorante en la vena del brazo y después se toman una serie de fotografías de los vasos de la retina. Es una técnica bastante segura.
Dejar que descanse la vista no soluciona nada, incluso empeora; el uso de ayudas visuales como la lupa le ayudará a leer mejor. Se debe utilizar una fuente potente de luz dirigida directamente hacia el papel y si la visión empeora durante el día, se debe recurrir a las gafas de sol.
La clave de la Degeneración Macular asociada a la edad reside en un diagnóstico precoz, porque cuanto más tarde se trate, menos visión se podrá conservar.
Algunos pacientes que tienen la forma húmeda pueden necesitar tratamiento láser (Fotocoagulación con láser), que es normalmente indoloro pero puede producir alguna alteración en la percepción de los colores y verse una pequeña mancha negra (zona de la retina destruida por el láser) que no suele interferir con la visión. La fotocoagulación no es selectiva, por lo que además de los vasos anormales también se daña la retina cuando la lesión se encuentra en el centro. La mayoría de las lesiones reaparecen.
Se ha buscado un método más selectivo, la terapia fotodinámica con verteporfino, que se empezó a ensayar en 1996 y ya hay resultados definitivos y esperanzadores. El tratamiento frena el avance de la enfermedad sin lesionar la retina en el 60 por ciento de los casos y en un 17 por ciento mejora la visión.
Se pueden extraer las membranas en las formas húmedas de la enfermedad, pero los resultados no son muy satisfactorios; el 25 por ciento de los operados pierden visión como consecuencia de la cirugía y más de la mitad no mejoran nada.
Existe otra técnica quirúrgica, la Traslocación Macular para las formas húmedas, pero también es compleja y no está exenta de complicaciones: la mayor parte de los pacientes desarrollan catarata y hay riesgo importante de infección ocular o de una hemorragia. También provoca un importante astigmatismo, que no siempre se puede corregir con gafas y casi siempre visión doble.
Es un nuevo tratamiento utilizado para las formas húmedas de la enfermedad, consistente en cerrar selectivamente los vasos anómalos que han crecido en la retina, con lo que se pretende estabilizar la función visual. Dos tercios de los enfermos tratados se estabilizan y no pierden más visión. No consigue mejorar la visión pero si evita que progrese. La mayor parte de los pacientes requieren repetir el tratamiento dos ó tres veces a lo largo del primer año.
La Degeneración Macular Seca no tiene tratamiento efectivo, pero no quiere decir que vaya a perder la vista. La enfermedad se desarrolla muy lentamente y se pierde algo de visión central con los años; la mayoría de las personas pueden realizar todas las actividades con normalidad, sobre todo si sólo se encuentra afectado un ojo.
La terapia fotodinámica no requiere ingreso hospitalario, es indolora y la única precaución que debe tomar es evitar exponerse a la luz solar o una fuente de luz intensa durante dos días. Se aplica aproximadamente cada tres meses y son necesarias de cuatro a seis sesiones para que pueda ser efectiva. Si no consigue frenar el deterioro es poco probable que vulva a aparecer una revascularización tan agresiva, lo contrario que en la fotocoagulación con láser, que lo hace con la misma agresividad que al principio.
Hay que tener en cuenta que tratar la Degeneración Macular es como curar el envejecimiento, lo que es imposible, pero se puede mitigar y retrasarla. Muchas personas quizás no puedan volver a leer (algunos sí con lupa) pero pueden recuperar la autonomía en sus familias y en la sociedad.
Si tiene la forma seca de la enfermedad, debe ser examinado al menos una vez al año y que le practiquen dilatación de la pupila. Consiga una rejilla Amsler para utilizar en casa para evaluar su visión; es un método rápido y barato para evaluar la enfermedad y consultar con el especialista.
Hay estudios que demuestran que los fumadores tienen mayor riesgo de enfermedad.
Los especialistas dan una serie de consejos para evitar la aparición de esta dolencia:
Protéjase siempre de la luz solar con cristales que filtren la luz ultravioleta, que es muy dañina para la retina.
Siga una alimentación rica y equilibrada.
No fume, vigile el colesterol, la hipertensión y todos los factores que supongan un riesgo cardiovascular.
Revisión oftalmológica anual en los mayores de 55 años, tenga o no tenga problemas de visión, ya que puede aparecer repentinamente en personas que no han tenido nunca ningún problema.
Un ensayo clínico reveló que los antioxidantes, las vitaminas C y E, el betacaroteno y el zinc podían retrasar el desarrollo de la enfermedad.