826 palabras
MONTEVIDEO, Uruguay, 26 de mayo.- De paso por la ferretería del barrio, a donde fue el martes temprano con su perra Manuela en busca de una tapa para inodoro, el presidente José Mujica aceptó la invitación informal y repentina del club Huracán del Paso de la Arena, ubicado a pocas cuadras de su casa, en Rincón del Cerro, para ofrecer una charla de aliento al plantel que participa en la Segunda División Profesional (B) y se la juega toda para subir a Primera.
Los jugadores habían comenzado hacía poco un nuevo entrenamiento en el gimnasio, porque el día estaba lluvioso. Un grupo separado se mantenía cerca de la puerta y vio llegar un Fusca celeste, similar al de Mujica. “¿Es el Pepe?”, preguntó uno, cuando lo vio llegar al comercio. Al confirmarlo, cruzaron y le pidieron al Presidente que les diera unas palabras de aliento. "Yo sé que usted es hincha de Cerro, pero nos gustaría que nos acompañara", le dijo uno de los jugadores. El Mandatario accedió a darle una pequeña charla motivacional.
El Presidente de Uruguay dona a fondos de ayuda social un 90% de su salario, establecido en unos 12,500 dólares americanos. Vive con 1250 dólares al mes. Más fotos, abajo.
Una vez adentro, vestido de pantalón deportivo y alpargatas, Mujica dijo conocer el origen “humilde” de la institución y su “lucha” por “salir adelante”, relató a El Observador Carlos Rodao, técnico de Huracán.
Huracán del Paso de la Arena fue fundado el 1º de agosto de 1954. Es una fusión de dos clubes integrados principalmente por jóvenes estudiantes del Liceo Bauzá: el “Club Atlético Charrúa” y “La Esquinita Football Club”.
Mujica contó que era “amigo” de Pedro Bossio, uno de los fundadores del club que al inicio cedió el fondo de su casa para levantar la sede.
Para motivarlos, el Presidente les prometió que si se da, asistiría al asado de festejo por el ascenso a Primera División. Les prometió gestiones para poder financiar la permanencia en la primera categoría de Uruguay si logran el ascenso.
Huracán cumplirá este fin de semana con la última fecha del fixture del torneo de Segunda, para luego jugarse la chance en los play off. Allí junto a otros siete equipos jugará partidos, y en caso de salir ganador, será uno de los tres equipos en subir a Primera (junto a Central Español, ya ascendido, y Juventud de Las Piedras o Progreso, todavía disputando la posibilidad).
Los jugadores del club lo despidieron con una ovación. Regresó a su casa con su perra abajo del brazo luego de sortear decenas de fotos. El técnico quedó conforme con el aliento del Presidente, algo impensado para otras sociedades, según confesó, pero entendible por la forma de manejarse de Mujica. (EL OBSERVADOR)
Mujica dice a los cuatro vientos que "con ese dinero me alcanza, y me tiene que alcanzar porque hay otros uruguayos que viven con mucho menos".
Es el mismo que propone donar las jubilaciones presidenciales –esas astronómicas cifras que permanecen cobrando los ex presidentes constitucionales del país- y el mismo que utiliza un simple Chevrolet Corsa como vehículo de transporte oficial.
De repente un Volkswagen Fusca, celeste, muy bien conservado, llegó a estacionarse frente al gimnasio del club. De alpargatas, con equipo deportivo, el Presidente dedicó varios minutos a los jóvenes deportistas, y prometió mayor atención a la institución además de convenir en "comer un asadito si el club asciende a Primera". Mujica sólo es dueño del volcho, mientras la chacra donde vive figura a nombre de la primera dama y senadora Topolansky, la cual también dona parte de su salario. Sin cuentas bancarias, sin deudas, el hombre dice dormir tranquilo y asegura que espera culminar su mandato para descansar, más tranquilo aún, en su chacra de Rincón del Cerro.
El plantel del cuadro cuya práctica presenció el presidente Mujica