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Columna El mundo en cifras (26-V-12), de Gonzalo Rosado, en El Semanario
En lo que va de mayo, el Peso mexicano se ha depreciado 7.3% frente al dólar, pasando de 13.01 a 13.96. Si consideramos el cambio desde los niveles más bajos en el 2012, la depreciación es de 11.17%, al pasar de 12.55 a 13.95 pesos por dólar.
A diferencia de otras ocasiones, la devaluación del Peso no proviene de una fragilidad en nuestra economía ni de una fuga de capitales proveniente de una mayor incertidumbre en la situación política. En otras palabras, la depreciación no es debido a una causa interna. De hecho, como lo hemos comentado anteriormente, la situación macroeconómica de México es bastante estable, con niveles de deuda pública de 32% del PIB, un déficit comercial de 2.3%, inflación controlada en niveles de 3.4% anual, tasa de desempleo aceptable en 5%, reservas internacionales en dólares en récord histórico y niveles de crecimiento esperado del PIB en 3.7%, por encima de Estados Unidos y Europa.
La razón de la devaluación que estamos viendo proviene de un incremento en la incertidumbre global, especialmente del riesgo de la posible salida de Grecia de la Zona Euro, así como de la crisis económica en España y sus repercusiones en la región. La Zona Euro continúa siendo una de las economías más importantes del mundo como bloque, y una crisis económica en la región implica menor demanda de productos, afectando a las exportaciones de otras economías como Estados Unidos. Si las expectativas de crecimiento de nuestro principal socio comercial se ven afectadas, podremos esperar un impacto directo en nuestras exportaciones a dicho país, lo cual se traduce finalmente en una menor demanda del Peso.
De hecho, no es la primera vez que nuestra moneda pasa por una devaluación debido a factores internacionales. A finales del 2011, el tema de la crisis soberana en Europa resultó en una presión significativa para el Peso, llevándolo a 14 pesos por dólar. El precio volvió a sus niveles normales debido más que nada a que la situación en la Eurozona se tranquilizó, pero los nuevos temores vuelven a tener repercusiones en nuestra moneda.
Las consecuencias en México pueden ser tanto positivas como negativas. Una depreciación del peso vuelve las exportaciones más atractivas, especialmente para Estados Unidos, ya que por la misma cantidad de dólares se pueden comprar más bienes mexicanos. Sin embargo, si la economía de Estados Unidos se debilita, terminaría por reducir la demanda hacia México, a pesar de que el tipo de cambio sea más atractivo. Asimismo, las importaciones de México provenientes de otros países se vuelven más caras y la deuda en dólares que tienen tanto el gobierno como las empresas se incrementaría, lo cual podría llegar a tener un impacto negativo en nuestra economía.
En España, el desplome del consumo pone en jaque el futuro de 75,000 comercios. Las ventas minoristas se han desplomado un 11.3% en abril y ya suman 22 meses a la baja. Los comercios que han echado el cierre se multiplican en todas las ciudades.
Básicamente hay dos escenarios: Si la situación en Europa se recrudece, es decir, si los temores de que Grecia salga de la Zona Euro aumentan, España enfrenta mayores dificultades con sus políticas de austeridad, Francia y Alemania no coinciden con las políticas fiscales que han venido estableciendo con los demás países de la Zona Euro y los datos de Estados Unidos reflejan un menor crecimiento al esperado, los niveles del Peso se mantendrán altos frente a divisas como el dólar.
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, ha matizado unas declaraciones al diario «The Guardian» en las que pedía a los griegos que paguen sus impuestos y admitía estar más preocupada por África que por la eurozona.
Sin embargo, hay algunas razones para pensar que la situación podría estabilizarse, lo que llevaría al peso a niveles “normales” de 12.55 pesos por dólar, según el estimado del mercado para finales del 2012. Grecia aún podría formar un gobierno de coalición y recibir el siguiente tramo de ayuda, permaneciendo así en la Zona Euro y evitando un default (suspensión de pagos) desordenado. Las relaciones entre Francia y Alemania pueden continuar de forma amigable y seguir impulsando el orden fiscal de los países del bloque. Y a pesar de que la situación en España es una de las principales preocupaciones, las acciones realizadas por el gobierno están enfocadas a reducir su déficit fiscal, aunque sea a mediano plazo. En Estados Unidos las cifras podrían confirmar el PIB esperado de 2.3% y 2.5% en 2012 y 2013, respectivamente, lo cual seguiría mandando una señal de fortalecimiento en las importaciones de Estados Unidos.
Hasta ahora, empero, la situación está muy tensa, por lo que la balanza se inclina más a que seguiremos teniendo, al menos en el corto plazo, altos niveles de volatilidad en los mercados y la posibilidad de que el tipo de cambio se dispare por encima de los 14 pesos por dólar.