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Miércoles 25 de julio.- La estructura del Sistema Solar, con varios planetas que orbitan casi en el mismo plano geométrico, nos resulta familiar. La hemos visto innumerables veces, publicada en libros escolares o en documentales científicos, pero todavía no sabemos si nuestro sistema, tan ordenado, es una excepción o resulta muy común en el Universo. Los científicos que trabajan en la misión Kepler de la NASA, un fantástico rastreador de planetas extrasolares, han descubierto un sistema planetario que, como el nuestro, también se encuentra en el mismo plano. El sistema Kepler-30 cuenta con tres planetas en una disposición muy apretada. Su descripción, que aparece publicada en la revista Nature, puede ayudar a entender cómo se formó nuestro barrio cósmico y cómo se formaron otros.
Exoplanetas orbitan su estrella, Kepler-30, en una configuración similar a la del Sistema Solar. (Cristina Sanchis Ojeda)
En nuestro Sistema Solar, el ecuador del Sol y los planos orbitales de los planetas están casi alineados, presumiblemente a consecuencia de su formación a partir de un único disco gaseoso giratorio. Sin embargo, muchos sistemas de exoplanetas no muestran esta disposición. Los «Júpiter calientes» aislados -planetas gigantes que orbitan cerca de sus estrellas- están a menudo mal alineados, algunos incluso con órbitas retrógradas.
Uno de los primeros y más espectaculares resultados de Kepler fue el descubrimiento de que algunas estrellas albergan múltiples planetas; el récord actual son seis. El mero hecho de que dos o varios planetas se vean transitando una estrella implica por lo general que orbitan casi en el mismo plano geométrico. Esto es más probable cuanto menor sea la estrella y mayor las órbitas de los planetas en tránsito.
La estrella en el sistema de Kepler-30 es magnéticamente activa y está cubierta por manchas estelares, regiones que son más oscuras y más frías que el resto de la superficie de la estrella. Los autores descubrieron que los tres planetas que transitan la estrella pasan por la misma mancha estelar y lo hacen repetidamente. Debido a que la mancha es mucho menor que la propia estrella, esta regularidad requiere que las órbitas planetarias estén alineadas muy cerca, también con el ecuador de rotación de la estrella. Al igual que ocurre en el Sistema Solar, los planetas de Kepler-30 parece tener su origen en un disco giratorio de gas.
Los investigadores creen que el desarrollo de las técnicas para descubrir planetas fuera de nuestro Sistema Solar permitirá ampliar nuestros conocimientos sobre la formación y evolución orbital de los planetas. (ABC)