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WASHINGTON D.C., 24 de julio.- El cantante británico Elton John aseguró ayer ante el atestado auditorio de la Conferencia Internacional de Sida en Washington "yo no debería estar aquí hoy. Debería estar muerto, seis pies bajo tierra en una caja de madera. Debería haber contraído VIH en los años 80 y morir en los 90. Tal como Freddie Mercury, como Rock Hudson, como tantos queridos amigos suyos y míos".
La dramática intervención de Elton John en el centro de convenciones Walter E. Washington sirvió para poner de manifiesto los costados menos visibles de los padecimientos de los pacientes con sida. Tras sus primeras aseveraciones, recordó que mucha gente, incluyendo desconocidos, le tuvieron compasión cuando luchaba contra sus adicciones y asumía su homosexualidad. Agregó que ha estado sobrio por 22 años y que tiene una pareja que lo ama y un hijo.
Dijo que cree que la gente con sida merece la misma compasión y trato digno que él recibió cuando tocó fondo.
El astro del pop británico recordó que "la vergüenza y el estigma les impiden a los pacientes de esta horrible enfermedad, que ha matado a más de 300 millones de personas en los últimos años, buscar ayuda, tratamiento, protegerse a sí mismos en primer lugar. Yo sentí esa vergüenza antes, que casi me mata. Está matando a gente en todo el mundo. Debemos detenerlo. Tenemos que reemplazar la vergüenza con amor, tenemos que reemplazar el estigma con compasión. Nadie debe quedarse atrás, así es cómo terminaremos con la plaga", aseguró.
"En Estados Unidos hemos visto a Bush preocupado por los derechos de los gays y a Obama firmando una ley que permite a los portadores de VIH viajar a este país (EEUU), por lo que hay que agradecer su compasión y la compasión de todos aquellos que ayudan a los enfermos de sida a superar cada día, a tener acceso al tratamiento", ha recalcado durante el evento. "Hay que terminar con todo lo que evita que la gente sea tratada sea cual sea cual su situación personal. ¡Por el amor de Dios, estamos en el siglo XXI y tenemos que actuar en consecuencia!", clamó.
Horas antes de su discurso, el cantante visitó junto a su marido, David Furnish, el gran mural Aids Memorial Quilt, en el que se recogen frente al famoso obelisco de Washington, fotos e historias de personas que murieron a causa del sida y que han sido expuestas por familiares y amigos para no ser olvidados. "Vengo de ver el magnífico trabajo que han hecho con este monumento y me pregunto por qué no morí yo en los noventa", se preguntaba John. El mural es una idea original de la Fundación Gates y estará en la capital estadounidense hasta el próximo día 25.
Además del artista británico, que acaba de conseguir su primer número uno con un album en 22 años gracias a "Good morning to the night", otros famosos también han querido formar parte de esta conferencia.
La actriz Sharon Stone, que intervino el domingo en la apertura del evento y se encargó de presentar el premio Elizabeth Taylor a los derechos humanos, se emocionó parafraseando en varias ocasiones a la fallecida actriz: "Tenemos que asegurarnos de que cada persona sea respetada sin tener en cuenta su estado físico, raza o cultura"; un propósito que acompañó a Taylor hasta su muerte.
El sida no se detiene solo con tratamiento, sino que se necesitan más herramientas de prevención, en particular una vacuna, para avanzar seriamente hacia el fin de la pandemia, afirmó el filántropo estadounidense Bill Gates ayer en la conferencia que reúne a más de 21 mil especialistas de 195 países para ajustar estrategias contra el sida y la búsqueda de una vacuna.
Aunque el multimillonario confundador de Microsoft aplaudió el mayor acceso mundial a los antirretrovirales (recordó que su fundación financia tanto investigación como atención sanitaria), Gates señaló que debe haber un impulso mayor para erradicar esta epidemia, que lleva tres décadas y 30 millones de muertos.
Aproximadamente 34.2 millones de personas a escala mundial viven con el VIH, y 2.5 millones fueron infectadas el año pasado.
La ciencia tiene ahora las herramientas para reducir la propagación del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) incluso sin una vacuna, y Estados Unidos donará 150 millones de dólares adicionales para ayudar a los países pobres a utilizarlas, dijo ayer el gobierno del presidente Barack Obama en la conferencia mundial más grande sobre el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida).
“Queremos acabar con el sida”, declaró el principal investigador estadounidense del VIH, Anthony Fauci, del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas.
Cuánto tomará la tarea depende de qué tan rápido pueda el mundo adoptar esas herramientas, dijo el especialista, incluyendo hacer que más de las millones de personas que no son tratadas reciban los vitales fármacos que, además, evitan que infecten a otros.
“Sin realizar promesas, sin fechas, pero sabemos que puede suceder”, declaró Fauci en la Conferencia Internacional sobre Sida.
La secretaria de Estado Hillary Rodham Clinton dijo que la meta es una generación sin sida. Eso significaría que ningún bebé naciera infectado, que la gente joven tuviera un riesgo mucho menor de ser infectada que el actual y que la gente que ya porta el VIH recibiera medicamentos para que no desarrollen sida o propaguen el virus.
“Estoy hoy aquí para dejar absolutamente claro que Estados Unidos está comprometido y seguirá comprometido en lograr una generación libre de sida”, dijo Clinton.
Especialistas y funcionarios sostienen que se requerirá un uso inteligente de los fondos para enfocar la aplicación de herramientas de prevención donde puedan tener un efecto más grande en la lucha contra el sida, incluyendo a las poblaciones en mayor riesgo. “Si queremos salvar más vidas, necesitamos ir a donde está el virus”, afirmó Hillary Rodham Clinton ayer.