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La estadounidense Pauline Potter que entró al Récord Guinness como la mujer más gorda del mundo con 330 kilos, está en riesgo de perder su título gracias a la "dieta" de sexo diario con la que ha perdido ya 45 kilos.
Pauline y Alex se casaron en el 2003. A su esposo le fascinaba la figura de su amada que en ese entonces pesaba 270 kilos. Con el tiempo, Alex, que pesa un poco más de 70 kilos, se cansó de vivir con ella y se separaron en 2009.
Tras su divorcio, la mujer se deprimió, lo que la llevo a comer en exceso y aumentar 127 kilos. No podía caminar y tenía problemas de salud.
Al enterarse de que su esposa había sido reconocida como la mujer más gorda del mundo, Alex regresó con ella a finales del año pasado, pues aseguró que lo que más extrañaba era el sexo ardiente con ella.
Ahora, la pareja practica sexo-ejercicios hasta siete veces al día.
De acuerdo con Pauline Potter, aunque no puede moverse mucho en la cama y de que además tiene miedo de que ésta se rompa en algún momento de pasión, ha conseguido quemar hasta 500 calorías en cada sesión, además de reducir la cantidad de comida que ingiere.
Hoy, con un peso de 285 kilos, la mujer está feliz en todos los sentidos. No sólo porque puede caminar y cuidar de si misma, sino porque regreso su gran amor y estímulo para bajar de peso.
Fuente: actualidad.rt.com