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MEXICO, D.F., 12 de junio.- La Selección Mexicana camina sin filo, su tedioso e impreciso fútbol fue decepcionante y por más que el entrenador le busca en el cambio de piezas, no de sistema, no mejoró en ningún aspecto.
El Tri ha salido con la misma cara en los últimos duelos que hasta en el mismo error coincide: la falta de contundencia.
Ante Costa Rica fue incapaz de entender la formidable ocasión que tenía de resarcir la imagen cadavérica con la que se le ha visto en el Hexagonal, y terminó sellando con un 0-0 el duelo de la reconciliación.
El Tri ha salido con la misma cara en los últimos duelos que hasta en el mismo error coincide: la falta de contundencia. Sólo que esta vez con pocas ocasiones de gol y un par de aderezos, la imprecisión de los pases y la falta de sincronización.
Los futbolistas de plano parecen, durante varios lapsos, deambular sin idea y con la motivación maltrecha. Perdieron la paciencia en los minutos finales, al igual que un sector del público que por unos instantes y con un débil sonido empezó con el "¡Fuera Chepo, fuera Chepo!" que no prosperó y por otros minutos lo sustituyó el "¡Sí se puede!".
Ante Costa Rica el Tri fue incapaz de entender la formidable ocasión que tenía de resarcir la imagen cadavérica con la que se le ha visto en el Hexagonal, y terminó sellando con un 0-0 el duelo de la reconciliación.
Lo que ocurrió en la cancha del Estadio Azteca en el primer tiempo era uno de esos episodios caóticos como los que el Tri está acostumbrando en este Hexagonal. Sin pies ni cabeza navegó el Tri en estos minutos, con mucho ímpetu en ciertos momentos, eso sí, pero sin la precisión necesaria entre sus líneas.
Los centros fueron el talón de Aquiles de los mexicanos, no sólo los que iban al área, sino también los que significaban menos peligro. Lo intentaron Salcido, Flores, Barrea, Herrera, y pocos tuvieron el efecto deseado.
El caso más raro es Andrés Guardado, quien siempre ha sido de los que más calidad muestra. No obstante, en el Hexagonal no ha podido tomar la pelota como le gusta, corre pocos metros, le roban el balón, no puede encarar. El nivel de Guardado no se encuentra por ningún lado.
El Tri navegó sin pies ni cabeza, con mucho ímpetu en ciertos momentos, eso sí, pero sin la precisión necesaria entre sus líneas.
Del otro lado, la presencia de Pablo Barrera ha sido muy cuestionada, en gran medida porque no encuentra esa calidad que en el pasado le dio sus convocatorias. Y eso que para este duelo, el entrenador José Manuel de la Torre, le puso atrás a un hombre que se está ganando su confianza como lo es Gerardo Flores, con ambos cruzazulinos se esperaba más por esa lateral derecha que tanto ha quedado a deber.
Además, el Chepo mandó en la contención a Jesús Zabala, el hombre que rompería el juego para el rival y Héctor Herrera, encargado de darle más salida ante la necesidad de los tres puntos en casa. Héctor lo intentó en varios lapsos del encuentro, salía como caballo desbocado, pero siempre se encontró con las piernas rivales en el momento justo o, simplemente, sus tiros no iban al lugar indicado.
Como se esperaba, Costa Rica no arriesgó de más. Cada vez que el técnico Jorge Luis Pinto se enfrenta al Tricolor o a Estados Unidos, presume su línea de cinco, muy ubicada y sólida. En el primer tiempo no fue la excepción, pues si acaso tuvieron una jugada que levantó de sus asientos a los presentes. Un tiro de Joel Campbell que pegó en la base del poste. Y si acaso, un disparo de Bryan Ruíz que se fue por encima de la portería.
Arriba la situación enardecía, y la clara muestra la daba Javier Hernández, el futbolista de perfil pacifico dentro de la cancha y de grata sonrisa fuera de ella, metió un codazo, reclamó al árbitro y fue amonestado.
La angustia se hacía presente y no era para menos. Aldo de Nigris tuvo un balón dentro del área que no pudo controlar y esa fue su historia. La flamante contratación de Chivas estaba muy lejos del área, se bota mucho.
En la segunda mitad también salieron muy encarrilados al frente, pero de igual manera poco conectados. Apareció Carlos Salcido en territorio enemigo, sacó un zurdazo, pero Navas estaba atento.
Mientras el Tri mostraba muchas ganas y un fútbol poco efectivo, el Chepo mostraba toda su molestia desde la banca, manoteaba, se cansaba de dar indicaciones, lo mismo metía las manos a la bolsa del pantalón que las dejaba congeladas. Cada vez que se fallaba, le salía ese gesto de lamento y se iba de inmediato con sus auxiliares, o cuando las decisiones arbitrales no le parecieron, también lo externo.
El técnico mexicano pedía tranquilidad, pero desde la tribuna se percibía toda la tensión que destilaban los de verde.
Entró Raúl Jiménez por Aldo de Nigris, Aquino por Barrera, minuto en el que hubo una rechifla por parte del público, pero no hubo cambios en el funcionamiento, ni siquiera con el ovacionado Giovani dos Santos. No había cambio que ajustara los engranes nacionales.
Costa Rica por poco sorprende, pero Umaña que se encontraba cerca del poste izquierdo de Corona no pudo hacer contacto con el esférico.
Así se marcha el Tri a Brasil para enfrentar la Copa Confederaciones, arrastrando otro empate en el Hexagonal, sin rumbo, dejando dudas a su paso, pero, seguramente, con la firme intensión de encontrarse entre las grandes selecciones a las que se medirá en tierra sudamericana. Lo difícil es hacerlo. (Milenio)