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Mérida, Yucatán, 28 de octubre de 2010.- Con la celebración del Hanal Pixan reconocemos y revaloramos nuestras raíces, integrándonos
a la festividad más importante del pueblo maya, un festejo que para la UNESCO es considerado como patrimonio intangible no solo por sus características de tradición, sino por invitar a la reflexión sobre la vida y la muerte, expresó el investigador Freddy Poot Sosa de la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, Delegación Yucatán.
La dependencia realizó este día la celebración del "Hanal Pixan (Comida de Animas)" con la colocación de un altar para adultos que reunió todas las características en colores, olores y sabores, con velas, incienso, comida y dulces tradicionales. Además, el rezo del rosario, los cantos de alabanza y una pianola.
Trabajadores indigenistas se reunieron para convivir en esta celebración en la que se ofrenda comida y bebida a las ánimas de los fieles difuntos en Yucatán; la cual para muchos estudiosos es considerada "Ceremonia de ceremonias" realizada para honrar a nuestros ancestros, para establecer y mantener el vínculo entre vivos y muertos.
Para los mayas, la vida humana estaba constituida por el Pixan, regalo que los dioses entregaban al hombre desde el momento en que era engendrado; este fluido vital determinaba el vigor y la energía del individuo, era una fuerza que condicionaba la conducta de cada hombre y las características de su vida futura. El elemento que viajaría al inframundo al sobrevenir la muerte física.
Poot Sosa reafirmó el compromiso de la institución por preservar las costumbres y tradiciones de los pueblos indígenas mayas "desde hace 9 años que se asumió el compromiso tenemos la preocupación y la ocupación por organizar esta celebración con el firmo propósito de preservar esta costumbre de la sociedad maya".
Enfocamos nuestro interés, dijo, en resaltar la cuestión intangible, toda vez que es una celebración que la propia Unesco la considera como patrimonio intangible no solo por la cuestión vistosa de tradición sino por ser un evento de convivencia humana y de profunda reflexión sobre la vida y la muerte como elementos de continuidad, permanencia y renovación.
De acuerdo a las costumbres mayas, el Hanal Pixan se realiza los días 31 de octubre para las almas infantiles, 1º. de noviembre para las adultas, el 2 para los fieles difuntos y se prolonga por ocho días en algunas comunidades.
El altar colocado en la plaza central de la delegación CDI, se respetaron elementos que van desde la cruz, velas, flores típicas de la temporada predominando los colores amarillo y morado. En la mesa cubierta con manteles blancos se colocó la comida entre pibes, tamales de espelón, escabeche, además de las bebidas de chocolate y pozole. También hubo frutas (xek) y dulces tradicionales entre papaya, yuca, camote, ciricote, nance y, panes dulces todo con tal de que las ánimas que visitan puedan saciar su hambre y sed de tan largo viaje. Boletín de la delegación de la CDI en Yucatán.