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El Instituto de Cultura de Yucatán y la Dirección de Cultura del Ayuntamiento de Mérida, jamás me apoyaron cuando les manifesté mi intención de publicar el Atlas de la Jarana en Yucatán, que contiene la historia de nuestra danza folclórica desde sus orígenes y su evolución hasta nuestros días, incluyendo más de cien partituras originales, no existiendo en nuestro medio obra semejante, que preserve nuestro patrimonio cultural, expresó Humberto Novelo Ascencio, escritor, coreógrafo e investigador en entrevista concedida a este semanario.
Historia de la vaquería.- Mencionó que es fundamental preservar nuestras raíces y la vaquería y la jarana son parte de ello. La vaquería yucateca tradicional nace en 1841 en Ticul, cuando la Emperatriz Carlota llega por primera vez y se le ofrece un ambigú, con comida a la usanza de la tierra, abundancia de licores y refrescos. La comunidad indígena de Ticul le ofreció este baile, interpretándose en la primera fase con guitarras y la jarana, que es el instrumento del cual toma su nombre la danza y es una guitarra pequeña que se utilizaba predominantemente para interpretar esa mezcla de ritmos, que es la mitad de la jota aragonesa y andaluza y mitad maya.
La jarana y sus ritmos.- Por ejemplo, el ritmo tres por cuatro es trasunto de la jota aragonesa y el ritmo seis por ocho, que es más rápido, es trasunto de la jota andaluza. Cuando los españoles llegaron a Yucatán por primera vez, trajeron su influencia, su folclor y sus manifestaciones artísticas e intentaron inculcarlas a los indígenas, pero se toparon con cierta resistencia de su parte. Entonces a los españoles no les quedó más remedio que mezclar muy hábilmente las danzas que traían con los sones mayas que existían en la península de Yucatán.
Así evolucionaron los instrumentos con que se interpretaban estas danzas y ritmos: los timbales eran los tunkules con que los mayas hacían sus ceremonias, el rascabuche era la concha de armadillo y así por el estilo.
Cada municipio tiene un modo particular de interpretar la jarana. Existen en nuestra entidad más de cuarenta distintos estilos de hacerlo. Hay pasos que se interpretan sin tener la rima total, porque así lo hacía el abuelo o lo acostumbraba la abuelita. La investigación que he realizado me ha llevado más de treinta y cinco años, asistía a las vaquerías y observaba como los jaraneros hacían sus pasos, todos dispersos. Comencé a anotar todo lo que veía para hacer una notación coreográfica, tras lo que inventé un sistema que se llama Jaragrama, en el cual puedes leer la jarana como si fuera una nota musical, en un tapete que consta de ocho cuadros, teniendo cada cuadro asignado un color y un número. Sirve para aprender a contar, para aprender los colores y para aprender a bailar jarana.
He documentado más de quinientos setenta y cinco pasos diferentes y los diversos estilos de cada población. Las cuarenta y siete comisarías de Mérida tienen un estilo muy peculiar. El criterio se unifica en cuanto a la guía del paso, no al estilo.
Cerrazón institucional y desidia del ICY.- La actitud de las instituciones al plantearles yo el resultado de mis investigaciones ha sido decepcionante: este proyecto se lo plantee al Instituto de Cultura de Yucatán a cargo de Renán Guillermo González, a quien le di más de 350 actuaciones gratuitas cuando era director de la Casa de la Cultura del Mayab, pero al tomar posesión del Instituto me dio las espaldas. Le presenté este proyecto a la gobernadora en tres ocasiones: cuando estaba en campaña, ya como gobernadora y cuando puso la primera piedra del Cobay Xoclán y siempre me remitió con Renán Guillermo, quien invariablemente me daba largas y nada resolvía.
Tampoco la gobernadora.- Uno de los proyectos importantes que se plantearon a la gobernadora fue la creación de un ballet folclórico juvenil del gobierno del estado, para que hubiera una secuencia y hubiera gente que fuera sustituyendo gradualmente a los elementos que fueran saliendo. Me fusilaron el proyecto y lo hicieron de otro modo.
El Atlas de la Jarana Yucateca, que acabo de concluir contiene dos mil fotografías en blanco y negro y más de mil fotografías a color. Contiene cien partituras completas de jaranas antiguas, pagadas de mi peculio y diez discos compactos con esas jaranas.
Solitarios esfuerzos.- Estoy haciendo en la actualidad un proyecto consistente en diez videos que contengan cincuenta pasos de jarana, destinados a las bibliotecas públicas del estado para que haya una base solida y firme de como se baila la jarana. En nada he tenido apoyo. Actualmente todo lo estoy haciendo de mi peculio y con apoyo de la iniciativa privada: desde mis investigaciones hasta las clases que imparto.
La vaquería ha experimentado mutaciones con el paso del tiempo. Malamente ha sido sustituida paulatinamente por bailes de luz y sonido.
Atentado contra la tradición.- Quiero hablar con Angélica Araujo porque estoy con los organizadores de la vaquería de Sitpach y del departamento de espectáculos fueron a informar que la vaquería debe concluir a las dos de la mañana y esto atenta contra las tradiciones y costumbres de la vaquería, en las que se habitúa que mientras haya jaraneros, la orquesta debe seguir tocando, hasta que ya no haya nadie bailando. No me explico a quien se le ocurrió esto. En una ocasión, terminamos la vaquería a las siete de la mañana. Aquí en Mérida, fue en 1989. Le pediré una explicación de porque se esta haciendo ésto.
Legado a Yucatán.- Quiero dejar constancia de mi paso por el folclor de Yucatán, dejar testimonio de mi quehacer porque me he entregado a Yucatán en lo folclórico, en la danza y en lo poético. Tristemente nadie es poeta en su tierra: pude darme cuenta de ello, cuando en diversos lugares de los Estados Unidos descubrí que la obra que mas se consultaba para interpretar la cultura maya era El Culto Crotálico de don José Díaz Bolio, investigador y poeta injustamente soslayado y olvidado en nuestro medio.
Otra de las investigaciones que he realizado y nadie ha querido apoyar, es como fue el primer altar maya precursor del hanal pixán, a propósito de la época. Investigué en el Códice de Dresde y diversos códices precortesianos, en la obra de Diego de Landa y de Cogolludo y pude hacer una maqueta del primer altar dedicado a Ah Puch, dios de la muerte. Nadie me ha querido apoyar...
Ahí tengo mi obra, el Atlas de la Jarana, esperando un gobierno que deveras se interese en fomentar y preservar nuestras tradiciones. Tenemos un grave problema de desidia gubernamental en Yucatán. El Instituto de Cultura actual le ha cerrado las puertas a muchos artistas y autores que queremos aportar a favor de la cultura en nuestro estado.
Dos ayuntamientos, un mismo director.- El ayuntamiento anterior (de César Bojórquez), me apoyó publicándome dos posters: uno llamado la jaranera donde enlisto los elementos inherentes a la intérprete de esta danza y otro referente al Hanal Pixán, donde menciono como integrar correctamente un altar. Tristemente el apoyo se esfumó pese a que el director es el mismo, pero ahora lo único que me dice es: "no tenemos dinero".
El ayuntamiento panista siempre tenía dinero y respondió positivamente a mis requerimientos porque sabía que revestían valor cultural.
Perdidas las esperanzas.- Debido a la carencia de apoyo oficial, pediré ayuda a instituciones internacionales. Tengo más de doscientas obras de diverso tipo dedicadas a Yucatán en mi cajón y quiero difundir esto, porque no tenemos comprada la vida, no con afán de lucimiento personal sino por aportar mi granito de arena a la cultura, tradiciones e historia de esta bendita tierra nuestra, tan generosa
Curiosamente tengo reconocimientos internacionales y de Yucatán no tengo uno solo. No los estoy pidiendo, pero esta circunstancia ejemplifica la cerrazón oficial y la falta de trabajo cultural serio. Mis esperanzas de que este gobierno, sea de nivel estatal o municipal se interese deveras en los asuntos de los yucatecos son nulas, finalizó.