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Si alguien me hubiera dicho que ese 2 de noviembre de 2008 sería la última vez que vería a mi hermano, no lo hubiera creído; pero así fue. Hoy, después de dos años de desgaste emocional y físico, llegamos a la conclusión de que necesitamos seguir viviendo, señaló el Dr. Alfonso de Jesús Peniche Manzano.
—Todo este tiempo que hemos estado haciendo plantones, investigaciones propias y ofreciendo recompensas, entre otras cosas, ya nos han pasado su factura.
El Dr. Alfonso Peniche Manzano enseña el último mensaje de celular que recibió en abril de 2009 de los captores de su hermano.
Agregó que, en su caso, no sólo se ha alejado de sus amigos, sino que al igual que él, toda su familia tiene miedo, temor a que el secuestro puede volver a darse con algún hermano, hijo o familiar.
—Pero ya no hay nada más que podamos hacer, excepto dejárselo a la justicia divina. ¿Qué más podríamos intentar? ¿A quién más podríamos recurrir si la autoridad que debía ayudarnos se convirtió en un muro de indolencia y desinterés? ¿Qué más podríamos hacer para que la insensible gobernadora Ivonne Ortega tomara cartas en el asunto si hasta tuve que ampararme y ganarle el juicio para ganarme el derecho a una audiencia?
En entrevista en las oficinas de Artículo 7, el Dr. Alfonso Peniche indicó que, si su hermano fue "tragado por la tierra" fue gracias al pésimo trabajo realizado por la Procuraduría General de Justicia del Estado de Yucatán. Ésta se negó a turnarle el caso a los federales, que era la instancia adecuada, a pesar de que les insistió reiteradamente que lo hicieran.
—Se ofendieron cuando les dije que lo mejor es que se declararan incompetentes para la investigación. Lo peor es que, gracias a esa necedad, se perdió un tiempo valioso para poder encontrar a mi hermano.
Como ejemplo citó que, desde el secuestro —ocurrido el 3 de noviembre de 2008— y hasta abril de 2009, recibió numerosos mensajes de los captores de su hermano, pero la Procuraduría no hizo nada por investigar.
—Cada vez que me llegaba un mensaje iba a la Procuraduría. Ahí me tomaban una foto con el teléfono y me decían que me fuera. Ésa era su gran investigación.
Recordó que, en un principio, la policía federal colaboró con la investigación, aportando información importante —como la detección de las llamadas telefónicas de los captores de su hermano a la casa de una enfermera del IMSS— pero no se llegó a más debido a que, el entonces procurador José Alonso Guzmán Pacheco, paró los avances con el pretexto de que "ya había excedido su presupuesto de cien mil pesos, asignado a viáticos y gastos de los federales".
—Luego, como si fuera una burla, en septiembre de 2009, la Procuraduría se declara incompetente en el caso —que es lo que siempre les pedí que hicieran— y turnaron el caso a los federales. Pero para qué, si ya el tiempo se había perdido.
Uno de los tantos plantones que el Dr. Alfonso Peniche Manzano y su familia realizaron para tratar infructuosamente de que las autoridades lo encontraran.
"La incompetencia del gobierno estatal, que costó el rescate de su hermano, también se refleja en que la Procuraduría no pudo probar ninguna de sus ocho líneas de investigación", explicó.
Señaló que, de las hipotesis de homosexualidad, autosecuestro, tráfico de cubanos, drogas, ajiotismo y deudas, entre otras, no se obtuvo ningún resultado.
—Después su investigación se centró en preguntarme qué había averiguado yo, para que ellos pudieran seguir la pista. "Si ése no es mi trabajo, es el de ellos", pensaba.
Visiblemente triste, el Dr. Alfonso Peniche aclaró que su familia no ha parado la búsqueda de su hermano, pero ya no hará mas manifestaciones públicas.
—Hemos hecho lo que pudimos: investigamos, ofrecimos recompensas y hasta fuimos víctimas de estafas, pero no encontramos respuestas.
—De nosotros no ha faltado esfuerzo, pero aunque no sepamos qué fue lo que pasó y por qué, necesitamos seguir viviendo, por el bien de nuestras familias.
Con la voz quebrada y lágrimas en los ojos, el doctor Alfonso Peniche agregó que la lógica les dice que está muerto, pero su corazón cree que está vivo, aunque hayan pasado dos años.
¿Ha soñado con él?
—Una vez... Lo ví entrando por la puerta... (su voz vuelve a quebrarse)
Admitió que, en la búsqueda de respuestas, acudió a un supuesto medium que lo estafó.
—Toda la familia sabía que nos exponíamos a eso, pero necesitamos saber la verdad.
Por otra parte, lamentó que en Yucatán no haya un trabajo profesional en la investigación de secuestros porque en las condiciones actuales puede repetirse la misma situación que con su hermano.
—La gobernadora presume que Yucatán es "un lugar muy seguro". Ojalá que esa seguridad de la que habla sea real y no de fantasía.
El Dr. Alfonso Peniche también pidió a la gente que sepa de la desaparición o del paradero de su hermano que se comunique con él.
—También esperamos que una de las personas que participó en su secuestro algún día se decida a hablar, al menos para decirnos que le pasó a mi hermano, aunque lo haga en forma anónima.
Finalmente, agradeció a todos los amigos y conocidos por su apoyo moral y económico desinteresado; así como también a los medios de comunicación por la difusión del caso. L.I.