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El reciente hallazgo de un par de esculturas con forma de cabeza de serpiente, permite afianzar las hipótesis sobre la forma que tuvo el espacio ritual hace mil 500 años
Por su posición arquitectónica este Juego de Pelota es el que más se apega al descrito en libro sagrado de los mayas
Un par de esculturas con forma de cabeza de serpiente, que hace mil 500 años formaron parte del Juego de Pelota de la Zona Arqueológica de Toniná, Chiapas, fueron halladas por arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta). El descubrimiento permite afianzar las hipótesis sobre cómo se veía este espacio ritual en la época prehispánica, que por su posición arquitectónica es el que más se apega, en comparación con otros de México, al descrito en libro sagrado de los mayas el Popol Vuh.
El reciente descubrimiento de este par de figuras se suma a otras cuatro similares, localizadas en distintos momentos a partir de 1992, todas ellas en el Palacio del Inframundo, en la Acrópolis del sitio maya. Ambos monumentos, de piedra caliza y de 80 cm de largo, presentan además un estilo de influencia teotihuacana.
El arqueólogo Juan Yadeun Angulo, responsable Proyecto Arqueológico Toniná, informó que el hallazgo par de cabezas de serpiente permitió reforzar una serie de datos que se habían manejado como hipótesis sobre la forma que tuvo esta cancha ritual.
"Con este descubrimiento, el Juego de Pelota de Toniná, de 70 metros de longitud, se convierte en el único ejemplo en México de cómo eran estos espacios rituales en el periodo Clásico (200 - 900 d.C.), cuyos tableros de marcaje consistían en monumentos de animales".
Tras señalar que el estudio de este Juego de Pelota se remonta tres décadas atrás, el arqueólogo del Centro INAH-Chiapas, detalló que a partir de 1992 se encontraron los primero fragmentos de figuras de cabezas de reptiles, enterrados en el Palacio del Inframundo, hasta lograrse completar cuatro en total, aunque las inscripciones del sitio hacían referencia a seis.
"Finalmente, durante los trabajos de mantenimiento en el Palacio del Inframundo, encontramos el par de representaciones de faltaban; contrastamos el hallazgo con la información ya descifrada en glifos, y concluimos que datan de alrededor del 500 d.C.".
De acuerdo con Yadeun, las esculturas de cabeza de serpiente estuvieron empotradas en los laterales de la cancha del Juego de Pelota hasta el año 688 d.C., representando el mito -referido en el Popol Vuh- sobre el movimiento astral; en particular señalaban los equinoccios, los solsticios y la Eclíptica, que es la órbita descrita por la Tierra en su movimiento alrededor del Sol.
"La cancha del Juego de Pelota de Toniná es la que más se apega -en comparación con todas las que se conocen en México- a lo descrito en el Popol Vuh, por ejemplo, es la más hundida, y el libro sagrado de los mayas dice que la cancha del Juego de Pelota del inframundo es el meandro de un caudaloso río. En el caso de la cancha de Toniná hay un río que suele desbordarse y atravesar este espacio.
"Por su posición arquitectónica, el Juego de Pelota de Toniná es el que más relación tiene con los relatos señalados en el Popol Vuh, por eso cuando encontramos las primeras cuatro esculturas de cabeza de serpiente, pensamos que tal vez simbolizaban el Wakah Chan, ‘Seis cielo' o "Cielo elevado", y cuando apareció el otro par de esculturas esto fue confirmado".
Juan Yadeun explicó que el número de esculturas también guarda relación con los antiguos símbolos de poder de los mayas. "Las serpientes son una referencia al cetro de los gobernantes, quienes eran considerados los señores del maíz, aquellos que detentaban el conocimiento alrededor del ciclo agrícola, los tiempos de cultivo y cosecha, que sólo podían determinarse con la lectura del cielo".
Estos marcadores con forma de reptiles permanecieron expuestos hasta 688 d.C., añadió el arqueólogo, al referir que además se asocian con un evento catastrófico para Toniná: su declive.
En esa época, fuerzas aliadas de Palenque -bajo el mando de K'inich Janaahb' Pakal- invadieron Toniná y tomaron preso a su gobernante, Yukno'm Wahywal, "Señor del Fuego", a quien probablemente mataron. En la ciudad hubo una convulsión, "y toda esa iconografía de serpientes y plumas fue destruida y enterrada, porque de alguna manera estos reptiles eran símbolos de los guerreros, mismos que habían sido derrotados.
"La cancha del Juego de Pelota volvió a funcionar en 699 d.C., cuando su gobernante K'inich B'aaknal Chaahk, en revancha derroto diversas provincias de Palenque y había tomado varios cautivos. Entonces las representaciones escultóricas de los prisioneros sustituyeron a los marcadores de cabeza de serpiente. De esa manera recreaban el pasaje del Popol Vuh en el que ‘Los gemelos divinos', Hunahpú e Ixbalanqué, destruyen a los señores del inframundo, en este caso representados por los gobernantes de Palenque", anotó Juan Yadeun.
Las seis esculturas de serpientes están fragmentadas en más en 300 pedazos, las cuatro primeras fueron restauradas y están expuestas en el Museo de Sitio de Toniná, las dos halladas recientemente serán intervenidas próximamente.
Al determinar que en total fueron seis las representaciones que adornaron —hace mil 500 años— la cancha de Juego Pelota de Toniná, se decidió hacer réplicas de éstas para que los visitantes puedan admirar este espacio como lució en la antigüedad, mismas que fueron colocadas durante la reciente Noche de Observación Astronómica, a la que acudieron más de mil 500 personas.