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Siendo el Estado de Querétaro, sede del Constituyente de 1917, que produjo y promulgó nuestra carta magna, uno pudiera suponer que las autoridades locales tienen cierto orgullo por esa cuna y por ende, algo de respeto por el régimen constitucional que de ahí emergió. Pero da la penosa casualidad de no ser así, sino todo lo contrario pues, por estos días se ha realizado allá uno de los atropellos mas descarados a la misma Constitución que los Queretanos tienen para su régimen interior.
El Congreso del Estado llevó acabo la madrugada del 1 de diciembre pasado, con pregones de cinismo y absoluto descaro, una ilegal elección para renovar los consejeros electorales del Instituto Electoral de Querétaro (IEQ) para el periodo 2010-2017, haciendo a un lado ni mas ni menos que el requisito constitucional de las dos terceras partes de los integrantes de la legislatura local, que en el caso que nos ocupa se compone de 25 diputados, por lo que el numero necesario para cumplir la taxativa constitucional es de 17 votos, y no de 15 como fue la votación por la que el PRI pretende hacerse del órgano electoral.
Además de lo burdo de la decisión, el proceso estuvo plagado de irregularidades y maniobras propias del PRI de los peores tiempos: violentando el orden del día que retrasó la sesión por horas como apuesta al cansancio, sin dictamen de comisión u órgano competente, y la confección de una boleta electoral que ya la hubiera querido imaginar Gonzalo N. Santos, en el que nunca apareció espacio alguno para señalar otra opción o votar en contra, por lo que la única alternativa era anular el voto, lo que de acuerdo a la legislación orgánica del Congreso Queretano, significaba computar los votos nulos sumándolos con los votos a favor.
Ello originó que los diputados locales de Acción Nacional abandonaran la sesión en la noche del 30 de noviembre, y no se prestaran a convalidar una elección amañada y el claro agandalle del organismo electoral por parte del PRI que, para contar con la complicidad de la fracciones parlamentarias pequeñas, estuvo dispuesto a "ceder" un consejero de los siete propietarios que componen el IEQ.
Con la salida del PAN no se perdió el quórum para seguir con la sesión por lo que la continuaron hasta la madrugada, aunque dejaron de contar con las dos terceras partes. En ese ambiente de nocturnidad, como si no fuera a llegar la luz del día siguiente, decidieron asaltar al IEQ y atropellar la Constitución, a sabiendas que lo hacían.
Mas allá de que la decisión del Congreso de Querétaro ha sido ya impugnada y previsiblemente pueda ser nulificada por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación - que ya tiene antecedentes importantes en este tipo de casos -, el hecho es muy significativo de la regresión autoritaria que está puesta en marcha en varias entidades del país, incluso en aquellas donde la presencia de jóvenes mandatarios priístas, quiere ser traducida como signo de renovación y modernidad política en ese partido. Nada más lejos de la realidad, pues esas jóvenes figuras han resultado mas premodernas, atrabiliarias y con enormes dosis de cinismo.
De esa especie de Bebesaurismo priísta, es fiel representante el Gobernador de Querétaro, José Eduardo Calzada Rovirosa, envuelto hace apenas un año en un discurso por el cambio y el progreso, y que en los hechos ha venido a restaurar el control político personal no sólo en el Congreso del Estado, sino en una buena parte de los medios de comunicación que han minimizado este grave hecho. Para darnos cuenta de lo que sucede en Querétaro en materia de ese silenciamiento mediático, sólo habría que imaginarnos la reacción que provocaría en el país que la cámara de diputados, pendiente de elegir a tres nuevos consejeros del IFE, decidiera violar la constitución en el requisito de las dos terceras partes que señala el artículo 41, fracción V. Ardería Troya. Pues en Querétaro el tema mismo es sofocado.
El ambiente en esa entidad se ha enrarecido hasta en los mínimos niveles de la convivencia política; ha vuelto el tufo faccioso, el revanchismo y la intolerancia. El 22 de noviembre, en el mismísimo teatro de la República, aconteció un hecho frente al que el gobernador Cavazos Rovirosa permaneció impasible y guardó silencio cómplice, pues no son pocos los que aseguran que su mano estuvo presente: un grupo de porros identificados con camiseta del PRI agredieron y trataron de intimidar a los asistentes e invitados especiales que acudieron al informe de actividades legislativas de la Dip. Marcela Torres Peimbert, entre éstos la coordinadora de los diputados del PAN, Josefina Vázquez Mota.
"El hecho hace constar - expresaron los legisladores federales del PAN en un desplegado publicado en la prensa local -, una escalada de intolerancia y polarización animada, o por lo menos, solapada desde la autoridad estatal misma".
Ahora Cavazos Rovirosa amenaza a los alcaldes panistas en Querétaro de no participarles recursos y apoyos si se suman a la denuncia por la violación constitucional, y promueve entre algunos legisladores y munícipes de Acción Nacional la destitución del Presidente del comité directivo estatal, Ricardo Anaya, quien hasta ahora no se pliega, ni se deja coptar por el Gobernador.
Este asunto es otro botón de muestra del "nuevo" PRI que amenaza con regresar a Los Pinos. El del acicalado Peña Nieto, que da un albazo legislativo para suprimir las candidaturas comunes a unas semanas de que se iniciara formalmente el proceso electoral en el Estado de México, y que por otra parte reduce el tiempo de campaña a la gubernatura a 45 días. El PRI de Cavazos Rovirosa, que no tiene empacho en secuestrar al órgano electoral, para lo que se necesite en el futuro, y por supuesto que no será para una actuación imparcial.