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Contar ovejas para lograr conciliar el sueño no es el único síntoma de que se padece insomnio, la irritabilidad, poca tolerancia a la frustación, la dificultad para prestar atención y la falta de coordinación motriz también son un indicativo de falta de sueño, señaló el Mtro. Jesús Antonio Moo Estrella, docente de la Facultad de Psicología de la UADY.
—Es común que amigos o familiares se quejen de que tuvieron insomnio la noche anterior porque se sienten cansados y somnolientos. Pero, ¿en realidad fue sólo una mala noche o fue insomnio?
Destacó que el insomnio es la repetida dificultad en el inicio, duración, consolidación o calidad de sueño, que ocurre a pesar del adecuado tiempo y oportunidad para hacerlo y que lleve a algunas formas de deterioro del funcionamiento diurno.
El catedrático, quien actualmente estudia un doctorado en trastornos al dormir en la Universidad Autonóma de México (UNAM), manifestó que el insomnio es un transtorno especifíco del dormir, que afecta entre 5% y 10% de adultos, aunque de 20% a 35% de la población general se queja de síntomas relacionados con el insomnio.
El Mtro. Jesús Moo Estrella, catedrático de la Facultad de Psicología de la UADY.
De acuerdo con estudios —agregó— existe un mayor riesgo de padecimiento en las mujeres, con proporción de dos a uno.
Manifestó que, a pesar de que el insomnio es un trastorno que afecta el rendimiento de las personas, no es sino recientemente que está empezando a ser considerado importante.
En Yucatán —mencionó— sólo existen dos profesionistas especializados y en México apenas el año pasado se comenzó a impartir la maestría.
—Hay más de 80 trastornos del sueño y el insomnio es muy interesante porque sólo de este transtorno hay 11 tipos diferentes.
Entre los más comunes citó el insomnio psicofisiológico, que se dispara al momento de acostarse por excesiva preocupación sobre su sueño. Esto ocasiona que presente un elevado nivle de activación somática que impide relajarse. Quienes lo padecen duermen mejor cuando no planean hacerlo o cuando duermen fuera de su cuarto.
El insomnio agudo —agregó— ocurre debido a un estresor, como una separación, presión o despido laboral, cambio de casa, pérdida de un familiar o exámenes finales. Dura unos días o semanas y desaparece cuando se resuelve la situación de estrés o la persona se adapta al estreso.
Dijo que otro insomnio muy común es el ocasionado por mala higiene al dormir. Resulta de realizar actividades que incrementan el nivel de alertamiento a la hora de dormir y por prácticas inconsistentes con la buena organización del sueño.
Como ejemplo, citó cenar demasiado, hacer ejercicio tres o dos horas antes de dormir y el consumo de substancias, como los refrescos de cola, el café, el chocolate o tés.
Explicó que también facilitan el insomnio ver más de dos horas de televisión al día, sin importar la hora; el utilizar la hamaca o la cama como un lugar para estudiar, comer, jugar vídeojuegos o ver televisión.
—La cama o la hamaca sólo sirven para dos cosas: para dormir o tener sexo —recalcó.
Indicó que lo más recomendable es que la persona sólo vaya a acostarse si verdaderamente tiene sueño o está muy cansada.
El Mtro. Moo Estrella señaló que también hay insomnios muy raros, como el idiopático, que suele iniciar en la infancia y persistir hasta la edad adulta. Se desconoce su causa y por ese motivo sólo puede controlarse con terapia psiquiátrica y medicamento.
—También podemos mencionar el insomnio paradójico que ocurre cuando la persona se queja de no dormir, aún cuando no existen datos objetivos de alguna alteración del sueño, además de que tampoco presentan disminución en su funcionamiento durante el día debido a la falta de sueño.
Los seis restantes tipos de insomnio son: 1) ocasionado por trastornos mentales; 2) debido a drogas o substancias, como alcohol; 3) por una condición médica; 4) el no relacionado a una a substancias o a una condición fisiológica conocida; 5) un insomnio fisiológico sin especificar; y 6) el insomnio conductual infantil.
Acompañado, de los estudiantes de Psicología Ingrid Angélica Ruz Santos y Ernesto Isaías Bacelis Zapata, quienes actualmente elaboran para su tesis un instrumento que permita conocer la prevalencia del insomnio en los niños yucatecos de edad escolar, el Mtro. Moo Estrella dio a conocer que en los niños sí hay trastornos del dormir.
De Izq. a der: Ernesto Bacelis Zapata, Ingrid Ruz Santos y el Mtro. Jesús Moo Estrella al finalizar la entrevista.
Al respecto, Angélica Ruz Santos explicó que el insomnio conductual infantil es conocido porque los padres se quejan de las dificultades que tienen sus hijos para quedarse y/o mantenerse dormidos.
Este tipo de comportamiento —añadió— se debe a que el niño presenta asociaciones inadecuadas para dormir, como la presencia de los padres, la televisión prendida, el biberón, las luces prendidas; y también a que los padres no establecen límites adecuados como cuando el niño se rehúsa a ir a su cama o hamaca o no por no establecer horarios fijos para dormir.
El Mtro. Moo Estrella indicó que el ver caricaturas violentas o jugar videojuegos también ocasionan problemas al dormir.
—Otro problema lo puede constituir la siesta. Si los padres dejan que los niños duerman mucho tiempo durante la tarde o a horas inadecuadas, los niños pueden presentar insomnio.
Explicó que para que una siesta sea reparadora y no se vuelva un trastorno del sueño, debe durar entre media y una hora. En el caso de los niños, debe tomarse unas cuatro o cinco horas antes de la hora de acostarse del niño.
Destacó que, en el caso de los niños el insomnio puede ocasionar bajo rendimiento escolar, hacer que los menores parezcan hiperactivos aunque no lo sean e, incluso, interferir en el crecimiento de los menores.
—En los adultos también tiene serias consecuencias, como por ejemplo irritabilidad, poca tolerancia a la frustración, dificultad para prestar atención, alteración de la memoria y disminución de la coordinación motriz.
Dio a conocer que, para tener un sueño reparador, los menores en edad escolar deben tener un periodo de sueño nocturno de 10 a 12 horas; los adolescentes, de 9 horas; los adultos de 7 a 8 horas y la gente mayor de 5 a 6 horas.
En cuanto a recomendaciones para prevenir o combatir el insomnio por mala higiene al dormir —uno de los más frecuentes— hizo las siguientes recomendaciones:
Si se siguen estos consejos —afirmó— la persona podrá ver una gran mejoría en tan sólo dos semanas. L.I.