447 palabras
Cero estrellas
Por Federico Wilder
Ya está a punto de terminar el 2010 y como es costumbre en Artículo 7 presentaremos las mejores y peores películas del año, según la opinión de un servidor. Por supuesto cada lector tendrá su propio sentir al respecto. Menciono esto a propósito del estreno de Skyline, cinta de ciencia-ficción sobre una invasión alienígena.
Aunque el tráiler prometía un interesante espectáculo de efectos especiales, en realidad el apartado técnico cumple con cuotas decentes, sin llegar a lo apabullante o estar al nivel de las grandes obras maestras del género. Sin embargo, la cinta no resiste el más mínimo análisis de contenido. Su guión es tan mediocre que hasta el espectador más fanático de la ciencia-ficción lamentará haber pagado boleto para semejante bodrio.
En una noche de resaca un grupo de amigos, reunidos en un penthouse en Nueva York, se despiertan por una brillante luz azul que ha caído del cielo. La luminiscencia hipnotiza a todo aquel que la observe de frente, atrayendo a la víctima hasta ser absorbido. Ese es el preludio de una invasión alienígena. Pronto se revelan naves y monstruos tratando de destruir a la raza humana. El grupo de amigos debe luchar por mantenerse con vida.
Skyline no tiene nada que ofrecer salvo personajes escritos con descuido, diálogos insustanciales y situaciones ingenuas. Incluso sus elementos visuales son copias torpes de películas como El día de la independencia, La guerra de los mundos y El día que la tierra se detuvo.
A todo ello hay que sumarle los errores de dirección -cortesía de los Hermanos Strause, responsables también de la mediocre Alien contra Depredador 2- y las pésimas actuaciones de todo su elenco. Sin pies ni cabeza, la historia va de mal en peor hasta lo insufrible. Su escena final es inolvidable por ser el punto más álgido de su deficiencia argumental.
Sí, Skyline es una de las fuertes candidatas a la peor película del 2010. Falta ver si las demás competidoras le permiten ganar tan deshonroso premio.
Lo mejor: evitarla y elegir otra película de la cartelera.
Lo peor: pagar boleto por verla.