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A lo mejor sólo sucede en los círculos en los que me muevo, tal vez sea una muestra representativa de lo que piensa y siente la sociedad yucateca, lo cierto es que son harto frecuentes las quejas que escucho por el mal gobierno, cada día son más crudas las expresiones de descalificación, política y personal, de la gobernadora. Y, por lo que he podido percibir, son las mujeres las que formulan los señalamientos más agresivos.
Me atrevo a plantear que nunca antes había encontrado tal grado de polarización social en contra de un gobierno. El indudable respaldo social con que la gobernadora Ibóm Ortega inició su gestión, se ha esfumado. Peor aún, se ha tornado en reprobación a su gobierno y repudio a su desempeño político-personal.
Pero el descrédito de Ibóm Ortega y de su gobierno alcanza a su partido, al PRI. Conviene recordar que, durante la campaña del 2007, la promesa de la candidata priísta de "haber aprendido la lección" propició que la sociedad yucateca bajara la guardia y confiara otra vez en el PRI, respaldando entusiastamente a esa joven pueblerina que ofrecía "un cerverismo moderno", una versión corregida del populismo autoritario que encarnó, por más de 20 años, Víctor Cervera.
Pronto, muy pronto, las expectativas de cambio que la sociedad yucateca cobijó se cancelaron: la versión cerverista prometida reeditaba los vicios del viejo populismo -incluso intensificados- pero, de encima, no retomaba las virtudes de los viejos cerveristas, señaladamente, el culto al trabajo, la sensibilidad del caudillo o la austeridad republicana de sus integrantes.
Ante los excesos reiterados de Ibóm, por la comprobada incapacidad de su equipo de gobierno y por el cinismo y la frivolidad con que se desempeñaba la gobernadora la sociedad pasó del desencanto al rechazo, a la reprobación del derroche y de los abusos, a la exigencia de rendición de cuentas.
Y en este punto nos encontramos ahora: con la sociedad, otra vez, dividida y confrontada. Como en los aciagos días del desacato, con la gobernadora "montada en su macho" y, tras ella, la Ola Roja dispuesta a enfrentar con todo a quien ose criticar a su jefa o exprese oposición a alguno de sus mandatos. Intentando apenas coaligar esfuerzos y demandas, dando los primeros pasos de lo que podría llegar a ser una resistencia ciudadana, grupos organizados y líderes de opinión se han atrevido a decir "no" y deslizan la idea de acompañar con acciones sus reclamos al mal gobierno y su exigencia de rendición de cuentas.
Ha sido tal la torpeza demostrada por los colaboradores de Ibóm (en especial, los diputados del PRI y del verde), ha sido tan sumisa, tan intolerante y virulenta, su respuesta a los incipientes reclamos ciudadanos, que tal actitud sirvió de acicate para que grupos y dirigentes se cohesionen y endurezcan sus críticas y reclamos al gobierno, a la gobernadora, a los diputados y al propio PRI.
La soberbia con la que suele conducirse Ibón Ortega y su falta de sensibilidad para percibir y valorar las molestias ciudadanas nos llevan a pensar que el Congreso aprobará la propuesta de Ley de Ingresos del Ejecutivo sin siquiera enmendar alguna de las cifras o de los rubros que la conforman. Cometerían un grave error, pues la sociedad yucateca no es la que les brindó entusiasta respaldo en mayo del 2007 y no es, tampoco, la que ha soportado en silencio y pasivamente la infinidad de agravios y excesos cometidos por Ibóm y sus colaboradores en estos tres años de desgobierno.
Es muy posible que Ibóm y sus asesores económicos, es muy posible que los integrantes del "cuarto de guerra" de la dzemuleña no le hayan conferido viabilidad a una posible reacción ciudadana, organizada, en abierta confrontación con el Gobierno y en contra de los excesos de éste, como sería un BOICOT FISCAL, esto es, NO PAGAR LOS IMPUESTOS ESTATALES: suspender el pago del 2% sobre nóminas, el cobro del 2% por hospedaje, el pago de tenencia y el pago del predial al Municipio correspondiente.
¿Que a pesar de ser posible no es probable una respuesta de esa naturaleza? ¿Que no es viable promover el respaldo social a una medida como esa? Quienes así piensen no estén tan seguros de que algo así no pueda ocurrir en Yucatán, en estos momentos. Menos aún si continúan las agresiones y los excesos de Ibóm y su Ola Roja...