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Lo políticamente correcto súbitamente se ha convertido en afirmar que los WikiLeaks no son sino manipulación mediática organizada por grandes periódicos del mundo capitalista. Se usa, para sustentar este argumento, el razonamiento de que muchas cosas no son como las dicen. Se empieza con el asunto de que el militar que extrajo la información está ahora preso y con una condena de 52 años de cárcel que comenzó a partir de mayo pasado (2010).
Ese militar había extraído la información y la había colocado en un CD que supuestamente era de música. Assange sólo ha soltado unas 243 notas. Resulta que —según esta teoría de que lo que es, sólo parece— las notas que se van soltando son las que van dejando salir los Estados Unidos, que son los que "mandan" en este asunto.
Es decir, existe incredulidad con respecto a la posibilidad de que Assange haya actuado por sí mismo. La teoría de la manipulación mediática explica que Assange no es el adalid de la democracia que esa manipulación mediática nos quiere vender, sino que se trata de una simple ficha de esa manipulación.
Esta teoría es muy difícil de probar. Para hacerlo habría que vigilar al soldado que está preso por 52 años. Más adelante habrá que vigilar a Assange —si es que es arrestado.
Por otra parte, si uno logra hacerse de un CD con 250,000 piezas de comunicación que van de discretas a secretas, además de que uno tiene espíritu de hacker, lo más "lógico" sería actuar como la información que nos llega nos explica: Assange la lanzó. Pero éste es sólo un razonamiento de parte de quien esto escribe y jamás podría ser "la prueba" de que lo que la manipulación mediática nos quiere comunicar es real.
La página www.wikileaks.com sólo muestra lo que aparece en la figura:
Como puede verse, el único mensaje que uno puede recibir al tratar de llegar al sitio "www.wikileaks.com" es ese letrero. Si usted tiene mayor suerte, por favor, compártalo con nosotros.
Las otras direcciones posibles no presentan nada interesante o bien, no están activadas en la red. El asunto es que, a final de cuentas, alguien les está enviado a estos periódicos las notas y ellos están escogiendo algunas para lanzar. El País ha decidido usar las notas que tienen que ver con la opinión de los Estados Unidos acerca de los países de habla hispana, incluyendo a México. En una de esas notas fue nombrado nuestro estado, Yucatán, como una zona que "goza de niveles de seguridad de nivel europeo" y que, a pesar de eso, "se siente hoy aterrorizado" supuestamente —así deberíamos sentirnos— porque el gobierno "no ha sido capaz de detener a los criminales". Esa note fue aprovechada por el Diario de Yucatán para encabezar su primera plana el día 3 de diciembre de 2010.
Yo vivo aquí, en Mérida, desde hace más de 60 años. No recuerdo un solo día de haberme sentido "aterrorizado" por las razones indicadas en las notas. Pero usted, lector de Mérida o de algún otro lugar del estado de Yucatán, podría opinar diferente. Para eso está el espacio de abajo. Ponga allí su opinión, sobre todo si contradice la que se ha expuesto acá.
Lo interesante es descubrir las apreciaciones equivocadas de los que están tratando asuntos que nos conciernen a todos nosotros —políticos y diplomáticos.
Urge —y ésta sería la conclusión más importante del heroísmo de Assange— diseñar un sistema de gobierno a todos los niveles que permita que quien quiera, esté informado las 24 horas del día de lo que se está decidiendo por ellos. Hoy es posible que quien así lo desea, se quede ante un televisor en tanto se desarrollan los debates en el congreso. Sin embargo, no 100% de ésos son transmitidos. La transmisión se hace en forma selectiva. Cuando algo requiere de una persona concreta para decidir si se muestra o no, estamos hablando de algo que, por definición, no está al alcance de todos y nadie es responsable de no haber podido ver el desarrollo de algún debate.
Los comunicados secretos fueron principalmente asuntos entre diplomáticos de uno y otro país. Aquí estamos hablando de exponer al conocimiento de todo mundo cualquier tema que concierna a personas que no pueden estar presentes para tomar parte en el proceso durante el cual se decidirá algo en su perjuicio o beneficio.
Esto, hoy, tecnológicamente es perfectamente posible. No lo hacemos porque no lo visualizamos y, en vez de ponernos manos a la obra, continuamos quejándonos todos los días de "no saber" qué se esta decidiendo "a nuestras espaldas". Imaginemos cómo hoy, con la tecnología de diciembre de 2010, eso sería posible.
Debates públicos completos. Cada vez que un grupo de legisladores debata sobre algún tema, el que sea, que esté a punto de convertirse en ley o en modificación a la ley, deberá poder ser escuchado y visto por cualquier ciudadano.
Votación ciudadana instantánea. Toda persona que tenga una credencial de elector, podrá entrar a una página web, registrase y encontrarse con un conjunto de asuntos "en proceso de ser decididos". El usuario escogerá el proceso que más le interesa y podrá: 1) emitir comentarios de un máximo de 130 caracteres, 2) votar sí o no por asuntos que se presten a esa forma de selección. Todos los comentarios y los resultados de la emisión de su opinión o voto sistematizado llegarán en forma directa a su representante legislativo —información que podrá deducirse en forma automática del número de la tarjeta IFE entregada.
Tanto votaciones como sugerencias estarán disponibles para el estudio de los demás legisladores. Se esperará que la postura del legislador obedezca el sentido de la petición de sus representados.
Es obvio que no 100% de los ciudadanos estará representado en cada asunto que se resuelva pero, a diferencia de como están las cosas hoy, sí tendrán esa prerrogativa todos los que cuenten con una credencial IFE.