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"Hasta el Príncipe necesita amigos", Nicolás Maquiavelo
Nadie conoce mejor los cónclaves panistas que el Presidente de la República, ha estado involucrado en todos desde 1979 cuando su padre encabezaba la oposición a Abel Vicencio Tovar, tenía apenas diecisiete años.
Mucho ha llovido desde aquéllos tiempos románticos cuando las convenciones eran en el viejo cine "Ópera" enclavado en el céntrico barrio de San Rafael en el DF; el poder se veía tan pero tan lejano. Desde entonces Felipe sabe que cualquier cosa puede suceder en una elección realmente democrática sobretodo con cinco candidatos, algunos recuerdos deben de estarle rondando por la cabeza, las legendarias victorias de José Ángel Conchello y Carlos Castillo Peraza, su propio triunfo sobre Ernesto Ruffo, la sorpresiva unción foxista de Manuel Espino, la desangelada nominación de Germán Martínez.
Hábil como es mueve sus fichas sobre el tablero, aquí no hay negras ni blancas, todas son blanquiazules. Lo único que tienen en común los cinco aspirantes a dirigir el CEN panista es precisamente su relativa cercanía con Calderón, sin excepción todos lo apoyaron en su campaña interna hace cuatro años y han recibido sus órdenes directas de una u otra manera.
No lo duden, el puntero en la carrera es el senador Gustavo Madero y si no hay contratiempos él sucederá a César Nava, claro a menos que los acuerdos no se logren a tiempo y los demás candidatos "se columpien" para ganarle, así le pasó a Medina Plascencia con Espino. El segundo lugar será para Roberto Gil quien puede aglutinar a Calderonistas fuera del "establishment" y a los opositores del yunque, después viene Francisco Ramirez Acuña apoyado por varios gobernadores y lo que queda del foxismo. Los casos de Cecilia Romero y Judith Díaz son distintos, ambas manejan un discurso feminista que lleva ya años gestándose en el seno del partido y que siempre termina igual de trasnochado y vacío; la senadora quiere hacer un papel decoroso, mientras que la ex comisionada de migración ansía regresar a la burocracia panista de la cual formó parte algo así como dos décadas y es en donde realmente se siente cómoda.
La sorpresa sería que Romero superase a Ramírez Acuña sobreviviendo así las dos primeras rondas de votación pero tarde o temprano terminará vendiendo sus votos al mejor postor. Hay un grupo de consejeros que prefieren mantenerse al margen y en los finales de fotografía resultan el fiel de la balanza, la mayoría de ellos considera a Gil Zuarth como un advenedizo por lo que las cosas pueden terminar antes de lo previsto.
Celebro la decisión del jefe del ejecutivo de guardar las formas y no asistir a la sesión del consejo nacional, mucho ha sufrido el PAN por repetir el esquema de un partido sumiso al presidente, pero no olvidemos que son sólo formas, en la eventualidad de una confusión Felipe puede "tirar línea" de muchas maneras, no en balde los panistas son mexicanos y él sigue siendo el Presidente de la República.