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—Mucha gente suele decir: "hoy amaneci 'depre'", pero el término correcto sería "amanecí triste", ya que la depresión no es un estado de ánimo sino una enfermedad, aseguró el Dr.Rodolfo Briones Castro, psiquiatra de la clínica Ignacio García Téllez del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Agregó que la tristeza es en sí un síntoma de la depresión y un fenómeno normal en los seres humanos que se genera ante una frustración o por la pérdida de un bien o un ser querido.
Precisó que la depresión es una afectación del sistema químico cerebral, particularmente la relacionada con la serotonina, la noradrenalina y, en menor proporción, la dopamina. La depresión tiene innumerables clasificaciones.
Entrevistado en las instalaciones del IMSS, el Dr. Briones Castro explicó que se puede hablar de dos tipos importantes de depresión: la endógena, que proviene del interior del individuo y que puede ser originada por enfermedades físicas crónicas, por la dependencia crónica de ciertas sustancias o por genética, heredada de abuelos, tíos o primos y no exclusivamente de los padres.
—El otro tipo de depresión es la exógena y su causa está en el ambiente como, por ejemplo, la pérdida de un hijo o del trabajo o por problemas relacionados con los demás.
Dr. Rodolfo Briones Castro, psiquiatra de la clínica Ignacio García Téllez del IMSS.
La personalidad es un factor para que la depresión afecte a la persona. Si ésta sabe como lidiar con los cambios, tendrá menos problemas.
Advirtió que la depresión que mejor responde al tratamiento es la endógena, ya que el medicamento recetado ayuda a nivelar las sustancias químicas cerebrales.
—Pero quitarle la depresión a alguien que ha perdido un ser querido es mucho más difícil y no sólo se requiere de medicina, sino también de terapia y de las ganas que tenga la persona de salir adelante.
Hay gente que siempre vive deprimida porque no sabe cómo manejar las emociones.
Destacó que, sin embargo, la depresión endógena es la que más suicidios puede causar, ya que puede aparecer súbitamente, "sin avisar".
Citó, como ejemplo, el caso de un paciente que lo tenía todo: una buena posición económica, una gran familia, hijos y un buen trabajo. Pero un buen día simplemente sintió una gran tristeza, un vacío y ganas de morir.
Aunque los síntomas de esta enfermedad se manifiesten desde niños, explicó que, mucha gente puede vivir deprimida sin saberlo.
—Hay padres que pueden ver a sus hijos tímidos, retraídos por un tiempo y luego verlos funcionar normalmente y, luego de unos meses, verlos caer en otra fase de tristeza. Esto puede ser depresión, pero la familia no se ha dado cuenta.
Indicó que, para saber si un niño puede ser víctima de depresión, lo mejor es preguntarse si siempre ha sido "así" o últimamente ha empezado a cambiar. Por ejemplo: no quiere ir a la escuela o se enferma el domingo —por la ansiedad que le provoca ir a clases; o se vuelve más irritable o come más.
Advirtió que aunque puede tratarse de una depresión de tipo genética, el núcleo familiar también juega un rol importante; el hijo puede no sentir que recibe la atención que necesita, tener problemas con sus padres o ser afectado por un cambio como, por ejemplo, de la primaria a la secundaria.
Dio a conocer que, como especialista del IMSS, durante este año trató durante tres días seguidos tres casos de niños de 10, 12 y 14 años que intentaron suicidare debido a la depresión.
—Uno de los casos se debió a la presión que el menor sintió por parte de sus padres para que no bajara las calificaciones; en otro caso, la niña intentó matarse debido a que no supo cómo lidiar con la muerte de su padre.
Los síntomas que permiten sospechar que una persona padece depresión son; 1) tristeza profunda; 2) pérdida de la capacidad para disfrutar; 3) llanto frecuente e incontenible o ganas de llorar constantes; 4) sensación de vacío interno, 5) sensación de soledad; 6) sentirse inútil, culpable o menos valioso que los demás; 7) problemas de falta o exceso de sueño u 8) falta o exceso de apetito; 9) fatiga, cansancio, pérdida de energía; 10) pesimismo, mal humor, miedo a la vida, sentimiento de culpa, pensamientos de muerte; 11) dificultad para pensar o concentrarse; y 12) miedo para tomar decisiones.
Sobre el tratamiento, el Dr. Briones Castro señaló que es variado. Dirigido a un paciente con depresión endógena, el tratamiento puede ser medicado durante un año; la medicación se irá disminuyendo poco a poco en ese lapso. Pero si se trata de una persona con antecedentes de esquizofrenia o bipolaridad en familiares, puede requerir tratamiento de por vida.
—En el caso de la depresión exógena, el paciente puede mejorar con medicamento y terapia. La evolución de su enfermedad permitirá saber en qué momento requerirá más terapia.
Comentó, finalmente, que quienes sospechen que padecen depresión, deben acudir a un médico psiquiatra para un diagnóstico correcto; muchos pacientes recurren a neurólogos o a otros tipos de especialistas, por lo que la depresión se enmascara.
—Salir de la depresión es posible: sólo hay que acercarse al especialista para iniciar el tratamiento. L.I.