627 palabras
Cuatro estrellas
Los girasoles ciegos es una cinta española de José Luis Cuerda —director de La lengua de las mariposas y productor de los primeros tres largometrajes de Alejandro Amenábar (Tesis, Abre los ojos y Los otros)— realizada en 2008 pero estrenada hasta estas fechas.
El guion es de Rafael Azcona, uno de los guionistas más importantes de España. Azcona es autor del clásico italiano La gran comilona (dirigida por Marco Ferreri) y de destacadas cintas de su país natal como El verdugo (de Luis García Berlanga), Belle Epoque (de Fernando Trueba) y Son de mar (de Bigas Luna).
Los girasoles ciegos es el último trabajo de Azcona antes de su fallecimiento en 2008. Basado en la novela homónima de Alberto Menéndez —ganadora del Premio Nacional de Narrativa 2005. La cinta es protagonizada por Maribel Verdú (Y tu mamá también), Javier Cámara (Hable con ella) y Raúl Arévalo (Siete mesas de billar francés).
La historia se desarrolla en 1940, cuando el gobierno del dictador Francisco Franco comenzó a perseguir y asesinar a escritores e intelectuales que no coincidían con su pensamiento político y religioso. Un periodo atroz en la historia de la Madre Patria.
En el interior de una familia, Elena (Maribel Verdú) cierra temerosa puertas y ventanas para esconder a su esposo Ricardo (Javier Cámara), un escritor de ideas liberales amenazado por la persecución franquista. Salvador (Raúl Arévalo), un perturbado sacerdote, llega a dar clases en el colegio donde estudia Lorenzo, hijo de Elena y Ricardo. Al conocer a Elena, Salvador se encapricha sexualmente y comienza a acosarla. La integridad de la familia es puesta en peligro, por un lado el ejército busca a Ricardo, y por otro, las obsesiones de Salvador se tornan peligrosas.
Los girasoles ciegos aborda la falsedad y la hipocresía de la ultraderecha conservadora. Es un melodrama con tintes ideológicos centrados en una época de falsa moral y represión de ideas. Denuncia como los clérigos supieron sacar provecho del gobierno de Franco, en ocasiones atropellando la dignidad de sus feligreses.
Javier Cámara desarrolla eficazmente a hombre taciturno y cansado de vivir en el encierro y la incomunicación. Genial la escena del baño donde debe asimilar, en secreto, una devastadora noticia. Maribel Verdú en equilibrio entre la sexualidad y la tristeza y dando su mejor nota en el clímax de la película. Raúl Arévalo como el extraviado Salvador es el único actor inconsistente en su interpretación.
La dirección artística es digna de elogios por recrear tan bien los años 40; vestuario, utilería y locaciones son enaltecidas por un excelente trabajo de iluminación. Tal vez el formato televisivo juegue en contra del producto final, especialmente en los créditos iniciales y finales, donde la toma congelada del retablo de una iglesia hace ver a la película como extraída de los archivos de una televisora.
Lo mejor: el guion de Rafael Azcona, la dirección de arte y las actuaciones de Maribel Verdú y Javier Cámara.
Lo peor: la presentación de créditos es anticuada y Raúl Arévalo que va de lo convincente a lo sobrado.