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“No se aprueban las cuentas de 2008 del ayuntamiento de Mérida, el que presidió César Bojórquez…” A coro gritó la mayoría de legisladores pertenecientes al PRI. Desaprobaron las cuentas.
Es la respuesta del grupo, en grupo, en masa, en montón, a las facturas de empresas “fantasma” que el gobierno estatal yucateco ha pagado.
“Desvío de $82 millones en 2008…” El mensaje a la gente en general es el que siempre buscan inyectar: “¿Ya lo vieron? ¡Todos son iguales!”
¿Son realmente iguales todos los grupos políticos? ¿Son todos los políticos gente que sólo persigue puestos para ver la manera de apropiarse de lo ajeno? ¿No hay en México algún grupo político que atraiga gente convencida del deber de ser honesta, porque así conviene al futuro de nuestra sociedad?
La realidad, en números, sería muy diferente a esa “imagen de la realidad” que con dinero público, se le pretende “vender” a la gente en general.
Hoy vivimos en un país que sufre una legislación mediocre en decenas de temas. El electorado —una masa informe que acude 1 día cada determinado número de años a emitir su voto— decidió colocar un presidente del partido A con un congreso totalmente dividido. Durante el siglo 20, cada presidente en su turno tuvo a su disposición cada congreso que le tocaba. Ley que se le ocurría era automáticamente aprobada en su totalidad.
Las peores crisis económicas que ha tenido este país, provocadas por el país mismo, se dieron, todas ellas, durante esos años de poder absoluto en manos de cada presidente —todos ellos emanados del PRI. Durante la última década 2001-2011 hubo 2 crisis totalmente originadas en temas del mundo global. Ninguna —ni la catástrofe de 2009— provocó algo similar a lo que México sufrió en 1994-95 o en 1982-83 y durante todo el sexenio crítico de 1982-88. El sexenio 1988-1994 fue, hoy ya lo sabemos, un singular engaño que finalmente, el miembro más odiado del PRI comenzó a poner en orden.
Las cosas importantes que dibieron haberse hecho fueron sistemáticamente obstaculizadas por los provocadores de las crisis fatales del siglo 20: reforma energética, reforma laboral, reforma educativa, reforma política.
Hay 2 visiones de país, de vida, de política, de gobierno, de leyes, de sistema judicial y son muy diferentes. Por lo tanto, no son iguales “todos”. Lo que no se ha podido hacer es porque ha sido obstaculizado sistemáticamente por un grupo al cual ese efímero elector le da, cada vez que le toca, un poder que sólo usa para impedir los cambios importantes.