Ante el abuso de la libertad de expresión consagrada por el artículo 7 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, como es público y notorio que ocurre con frecuencia con algunas y algunos colegas que se sienten dueños absolutos del derecho de interpretar a su gusto y criterio ese precepto constitucional, urge la creación del Colegio Nacional de Periodistas que se encargue de procesar, discutir y aprobar un Código al que se sujeten quienes elaboramos información y comentarios en los medios de comunicación, impresos o electrónicos.

De aprobarse el Colegio que proponemos, sería esta institución la única que podría enjuiciar y, en su caso, sancionar, a los periodistas que incumplan las normas éticas que establezcan los estatutos que, obviamente, serían minuciosamente redactados con el asesoramiento de destacados constitucionalistas.

En cuanto a la mesa directiva del Colegio, ésta funcionaría a través de un Consejo Ciudadano integrado por personalidades de reconocida solvencia moral y como ejemplo de que esas personas existen y realizan tareas similares, se puede citar el Consejo Ciudadano del Premio Nacional de Periodismo A.C.

Antes de que el general Hugo Chávez tomara el poder en Venezuela., funcionó en ese país el Colegio Nacional de Periodistas, que reguló con gran éxito la actividad de quienes ejercían la actividad periodística con libertad , respeto y honestidad a toda prueba. Sólo eran aceptados en los medios, quienes portaban credencial del Colegio.

En otras ocasiones y momentos, este columnista lanzó la idea de la creación del Colegio Nacional de Periodistas de México, pero fue la voz que clamó en el desierto, quizás porque en ese entonces el medio que publicó mi propuesta no tenía la circulación de más de 600 mil ejemplares que tiene SIMINFORMA.

Si llegara a crearse el Colegio que nuevamente proponemos como un asunto de urgente y obvia resolución , se acabarían los Fernández que se sienten dueños de la Cámara de Diputados que utilizan para agraviar al Presidente de la República con una mantas que difundió el rumor de un supuesto alcoholismo del jefe de la Nación; rumor que la periodista Aristegui difundió como noticia en su noticiero radiofónico., al mismo tiempo que en forma majadera e irrespetuosa pretendió cuestionar al presidente Calderón para que le confirmara o negara tal noticia.

Después del escándalo mediático saltó al escenario el periodista Federico Arreola, miembro destacado del lópezobrerismo, para adjudicarse la paternidad del calumnioso rumor sobre el presunto alcoholismo del Presidente Calderón.

"Lo hice en 2006, en el programa radiofónico de Joaquín López Dóriga, después de que Calderón me calumnió. A una mentira respondí con otra. Hice mal, lo reconozco", confesó Arreola.

Esa falta de ética sería motivo de sanción si existiera el Colegio Nacional de Periodistas, ya que el artículo 7 constitucional establece que "no tiene más límites que el respeto a la vida privada, a la moral y a la paz pública".

La periodista Aristegui no respetó la vida privada del Presidente de la República, al difundir como noticia lo escrito como rumor en la manta de Fernández Noroña.

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