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Es un hecho que el Partido de Acción Nacional tiene un área de oportunidad monumental para poder recuperar todas las posiciones políticas perdidas, merced a aprovechar el desencanto ciudadano prevaleciente con las tambaleantes gestiones emanadas del Partido Revolucionario Institucional.
Lo que también es innegable, es que para que el PAN pueda ser considerado nuevamente una alternativa viable de gobierno, debe ser capaz de enviar a la ciudadanía el mensaje de que marcha unido a la contienda electoral y esto, no solo debe ser de dientes para afuera, sino que debe constituir una realidad o se hará notorio lo contrario al primer encontronazo. Con todo y el malestar prevaleciente, si el blanquiazul no marcha unido a la contienda, es muy probable que pierda todo nuevamente. Ojalá se haya entendido y aprendido perfectamente la lección. Ahí está el tricolor que puede dar fe de la veracidad y aplicación de este aserto.
Pero independientemente de la cuestión interna, el PAN necesita sumar adeptos a su causa y mostrarse a los ojos de la ciudadanía como una alternativa de suma, como una opción incluyente e integradora, capaz de realizar las grandes transformaciones que necesita Yucatán y en ese sentido, debe ser capaz de incorporar personajes de otras tendencias o corrientes políticas que puedan coadyuvar a ampliar la expectativa unificadora, porque las aportaciones de buena voluntad de los mejores hijos de esta tierra, más allá de partidismos, colores e ideologías, es lo único que nos permitirá salir adelante, máxime cuando el próximo gobierno y sus finanzas habrán de cargar con la pesada losa que significa la deuda contraída de manera arbitraria e irresponsable por el régimen en turno, más allá de su orden gubernamental.
Así, es menester que Acción Nacional atienda el llamamiento realizado por el prestigiado sociólogo Luis Ramírez Carrillo e incorpore a su proyecto a destacados militantes de otras tendencias políticas, que por diversas razones han entrado en controversia con los institutos de cuya extracción provienen.
Es preciso además, una dirigencia que sepa impostar rumbo y firmeza a las decisiones que se adopten al interior y que provea equilibrio, sensibilidad y sentido común al reparto de posiciones, indispensable para generar un ambiente de armonía en el quehacer proselitista.
Es fundamental para Acción Nacional vincularse de manera eficiente con la sociedad civil y recoger sus más sensibles anhelos, pero también hacerse eco de sus críticas y señalamientos. Lo anterior, permitirá si se produce, reanudar el tórrido romance que alguna vez pudo el blanquiazul entablar con la ciudadanía, especialmente con la de Mérida.
De igual forma, es vital vincularse de manera efectiva con la prensa libre para de algún modo balancear y contrarrestar el cerco informativo que el oficialismo ha tendido en torno de la población del estado, a través de periodistas venales y medios corruptos, dispuestos a difundir cualquier indignidad en aras de mantener no solamente privilegios, sino de proseguir recibiendo los mendrugos con que el oficialismo somete a sus incondicionales.
Es urgente pues, que los panistas presionen para acelerar el proceso de sucesión en la dirigencia estatal y que aprovechen la innegable popularidad y las relaciones con diversas entidades y figuras de poder, que una personalidad como Patricio Patrón representa y es capaz de aportar a la actividad partidista en mérito del factible triunfo en las ánforas.
Quienes amamos a Yucatán hacemos votos fervientes porque el blanquiazul sea capaz de aprovechar esta área de oportunidad y entienda la magnitud de la responsabilidad que implica ser la principal alternativa opositora en el estado.
Dios, Patria y Libertad